Taiwán y China inician cuarta ronda de negociaciones en medio de protestas
Miles de personas protestaron en Taiwán para protestar por el acercamiento económico con el rival político.
Taiwán y China iniciaron hoy, en medio de protestas, su cuarta ronda de negociaciones pragmáticas, de las que Pekín espera un acercamiento político y Taipei ventajas económicas y la relajación del cerco diplomático chino.
"Las negociaciones anteriores han supuesto logros importantes hacia la paz, estabilidad y prosperidad en el estrecho de Formosa ... gracias al consenso de 'dejar a un lado las disputas políticas'", señaló el negociador taiwanés, Chiang Pingkun, presidente de la Fundación Intercambios del Estrecho (SEF).
El jefe de la delegación negociadora china, Chen Yunlin, dijo que los pactos firmados en rondas anteriores "han contribuido considerablemente a mejorar los lazos entre las dos partes ... y el desarrollo pacífico de las relaciones es un consenso generalizado".
Las protestas fuera de la sede de las negociaciones en el Hotel Windsor de Taichung no llegaron a la violencia de la primera visita de Chen Yunlin, en noviembre de 2008, pero muestran la división social hacia los lazos con China.
En esta ronda, sólo está prevista la firma de tres acuerdos menores de cooperación pesquera, inspección, y la cuarentena de productos agrícolas, y cooperación en estándares, metrología e inspección.
El objetivo de las protestas es la supuesta falta de transparencia en las negociaciones y un planeado Acuerdo Marco de Cooperación Económica (ECFA), similar a un pacto de libre comercio, que el Gobierno de Taipei espera firmar en la quinta ronda de negociaciones, prevista para mediados del 2010.
Mientras que el Gobierno asegura que la normalización de los lazos económicos y de transporte con China es esencial para evitar el aislamiento ante la oleada de acuerdos de libre comercio, la oposición teme que Pekín puede utilizar una mayor dependencia para anexionarse la isla.
"Taiwán, como potencia exportadora, debe enfrentar la realidad del poderío económico y político de China y los desafíos de la globalización. China es una oportunidad y un peligro para la isla", dijo a EFE la economista y comentarista política Cristina Chen.
Tras la emergencia económica de China, el palmarés democrático de Taiwán ha perdido valor internacional y las democracias se han plegado a las exigencias chinas de cercar políticamente a la isla, señala la profesora de la Facultad de Estudios Internacionales de Tamkang, Elisa Wang.
"Las democracias dan más importancia al dinero que a los principios", sentenció la politóloga isleña.
El cerco político de China está dañando a la economía isleña, al presionar a todos los países para que no firmen acuerdos de libre comercio con Taiwán, y al impedir que la isla participe en organismos internacionales, dice el economista Huang Zhifeng.
Mantenerse al margen del gran mercado chino ha sido un error en la década pasada, bajo el Gobierno del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), y la isla "ha perdido una década", afirma en un reciente editorial el diario unionista Tiempos de China.
La mayor parte de las grandes empresas taiwanesas llevan años pidiendo al Gobierno la liberalización de los lazos de inversión y comercio con China, favorecen el ECFA y mantienen fuertes intereses en China.
La crisis económica mundial, el creciente poderío económico y político de China, y la creciente globalización suponen, un fuerte desafío para la pequeña isla de Taiwán, poderosa en economía y débil en política.
El actual presidente taiwanés, Ma Yingjeou, del Partido Kuomintang (KMT), ha optado por la distensión con China y el acercamiento económico, con la aceptación de una borrosa unión a largo plazo.
Desde el inicio de la primera ronda de negociaciones en Pekín, en junio de 2008, tras diez años sin contactos, se han firmado nueve pactos en turismo, transporte aéreo y marítimo directo, inversiones y cooperación financiera y judicial.
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