Una de cada cuatro personas a las que se le receta un analgésico opioide los sigue consumiendo por más tiempo
Según estudio de Clínica Mayo, pacientes con antecedentes de consumo de tabaco y abuso de sustancias adictivas tienen más propensión a continuar automedicándose.
Desde hace más 3.000 años que los seres humanos recurren al opio y sus derivados para calmar sus dolores. De esta planta se obtiene la morfina, codeina, heroína y otras sustancias que hoy son parte de medicamentos como el tramadol, metadona, oxicodona y fentanil, todos ellos con un gran poder de adicción.
Es precisamente esta característica la que hizo que un grupo de investigadores de la Clínica Mayo realizará un estudio para saber qué pacientes corrían más riesgo de abusar de estos fármacos.
Según el estudio, puiblicado en la edición de julio de la revista Mayo Clinic Proceedings, una de cada cuatro personas a las que un médico les receta uno de estos medicamentos y por un tiempo definido, continúa su consumo más allá de la indicación.
"Desde el punto de vista del paciente, es importante reconocer los posibles riesgos de estos medicamentos. Personalmente, recomiendo controlar el dolor con métodos alternos, tales como analgésicos no opioides y otros medios no medicamentosos", dice el autor principal del trabajo W. Michael Hooten, anestesiólogo de la Clínica Mayo en Rochester. Según el, esto reduce, o elimina, el riesgo de pasar de estos medicamentos a otro problema que jamás fue intencional".
Si bien el estudio identificó el consumo actual o anterior de nicotina y el abuso de sustancias adictivas como factores de riesgo para el consumo prolongado de opioides, todos los pacientes deben proceder con cautela cuando reciben una receta para analgésicos opioides, insiste Hooten.
De acuerdo a la investigación, las personas más proclives a seguir con el consumo de estos medicamentos eran quienes habían consumido tabaco u otras sustancias adictivas. ¿La razón? La nicotina activa en el cerebro receptores que son muy parecidos a los receptores de opioides.
El estudio
Los científicos emplearon el Proyecto Epidemiológico de Rochester, financiado por los Institutos Nacionales de Salud, para obtener una muestra aleatoria de 293 pacientes que en el 2009 recibieron por primera vez recetas para analgésicos opioides, tales como oxicodona, morfina, hidromorfona, oximorfona, hidrocodona, fentanilo, meperidina, codeína y metadona.
De ellos, el 21%, o sea 61 personas, pasaron a consumirlos de forma prolongada durante tres o cuatro meses; mientras que 6%, o sea 19 personas, terminaron con una provisión de fármacos que superó los cuatro meses.
Hooten advirtió que quel consumo prolongado de opioides, vuelve a las personas más sensibles al dolor (hiperalgesia), por lo que la dosis, duración e historial del paciente deber ser considerado antes de la indicación.
El Proyecto Epidemiológico de Rochester está financiado por el Instituto Nacional del Envejecimiento.
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