Una debilitada Theresa May pone en marcha la ansiada negociación por el Brexit

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A partir de mañana, Londres iniciará las complejas tratativas para abandonar la Unión Europea. La primera ministra atraviesa un complejo momento tras la debacle que sufrió en las elecciones.




Hace un mes, la primera ministra británica, Theresa May, era considerada como la nueva "Dama de Hierro" de Reino Unido y se aprestaba a un triunfo aplastante en las elecciones generales. Sin embargo, la noche del 8 de junio vivió una debacle electoral al perder la mayoría absoluta que tenía con 330 escaños en el Parlamento al conseguir sólo 318 asientos, por lo que formará un gobierno de minoría con los unionistas de Irlanda del Norte.

Como si eso fuera poco, ha recibido una ola de críticas por los atentados terroristas en Londres y Manchester tras las reducciones que hizo a la policía, por el alza de la inflación y el alza del laborismo tras los comicios. También Theresa May fue abucheada cuando intentó visitar la zona del incendio de la torre en Kensington.

Es en este contexto que mañana se pondrá en marcha la primera ronda de negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido para la salida de este país del bloque, un proceso conocido como Brexit. Ello como consecuencia del referendo del 23 de junio de 2016, cuando el 52% votó por abandonar la UE, mientras que el 48% abogó por la permanencia.

El 29 de marzo pasado May activó el artículo 50 de los Tratados de la UE, que contempla la salida de un Estado miembro de la Unión. Desde ese momento, empezó un plazo de dos años para que Reino Unido sea considerado un Estado tercero (lo que se produciría a finales de marzo de 2019), en el que las dos partes intentarán negociar un acuerdo sobre cómo será la salida.

A nivel interno el debate en Reino Unido es si se logrará un Brexit duro o suave. El primero consiste en una salida del bloque sin un acuerdo. Es decir, sin que se haya pactado sobre el libre movimiento de personas.

Por su parte, la Unión Europea ha establecido como sus prioridades los derechos de los ciudadanos. Así, quiere procurar garantías recíprocas para preservar los derechos de los que gozan actualmente, como ciudadanos comunitarios, los británicos y demás europeos que residen a uno u otro lado del Canal de la Mancha. Asimismo, un reglamento financiero único debe asegurar que Londres respete sus obligaciones y compromisos con el presupuesto de la Unión.

Por lo que respecta a Irlanda, la UE no quiere que se cree una frontera cerrada con la provincia británica de Irlanda del Norte para no perjudicar los acuerdos de paz en esa región. Ese tema será una de las discusiones que sostendrán con el Partido Democrático Unionista (DUP) con los que los conservadores de May que buscan formar un gobierno de minoría.

Es justamente este pacto el que tiene al gobierno de Theresa May en vilo. De hecho, el programa legislativo del gobierno, conocido como el "discurso de la Reina", se postergó para el miércoles, dos días después de lo originalmente previsto.

Los analistas británicos han coincidido que los resultados de las elecciones generales no afectarían en las negociaciones del Brexit. Sin embargo, según el diario Financial Times, "el cambio real es que Reino Unido se encuentra ahora menos claro de que lo estaba antes sobre si mantener o no los planes de Theresa May sobre la salida de Reino Unido del bloque".

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