Una grabación por favores políticos pone en apuros a Netanyahu
En ese registro se escucharía al primer ministro israelí conversar con el dueño de un periódico y acordar un pacto secreto.
A medida que pasan los días de 2017, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, parece cada vez más complicado. Eso por dos investigaciones que lleva adelante la policía y por la que el gobernante fue interrogado dos veces la semana pasada en su residencia oficial. Pero todo pareció tomar otro cariz cuando se informó de la supuesta existencia de una grabación de audio, en poder de los investigadores, donde se escucharía al gobernante acordando el intercambio de favores con un empresario de los medios de comunicación.
Hace algunas semanas se supo que la policía israelí, con el aval del fiscal general Avichai Mandelblit, estaba investigando desde hace ocho meses a Netanyahu. Indagan los supuestos regalos indebidos de poderosos empresarios que habría recibido el primer ministro israelí, también supuestamente a cambio de favores políticos. Uno de esos millonarios sería Ronald Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial y miembro de la familia fundadora del grupo de cosméticos estadounidense Estée Lauder. El empresario y filántropo ya fue interrogado por la policía israelí cuando llegó al país con motivo de los funerales del ex presidente Simón Peres.
Pero además, habría una segunda investigación, mencionada por la prensa y que tendría acusaciones más graves de corrupción, de la cual no se sabía mucho. Hasta que el domingo, el diario Haaretz, primero, y el Canal 2 de la televisión, más tarde, revelaron la existencia de esa grabación.
En ella se escucharía al dueño del diario de mayor venta en el país, el Yediot Ahronot, Arnon Mozes, conversando con Netanyahu. Mozes le ofrecería al gobernante una cobertura favorable en las páginas de su periódico, para que se mantenga en el poder, a cambio de importantes beneficios y favores. Además, le pediría a Netanyahu que consiga que el diario gratuito Israel Hayom -propiedad del multimillonario judío estadounidense, Sheldon Adelson, y amigo cercano del primer ministro- no se publique los fines de semana. La grabación habría sido hecha por el mismo Mozes.
Lo cierto es que estos casos vienen a arruinarle el relativo buen momento político por el que atraviesa Netanyahu después de casi ocho años en el cargo. Parecía un político inexpugnable: no tiene rivales internos, la economía del país está en uno de sus mejores momentos, la presión internacional está puesta en la guerra siria, el problema palestino está fuera de la agenda, quien podía complicarlo -Barack Obama- va de salida, y quien lo reemplazará -Donald Trump- se ha mostrado como un decidido aliado de sus políticas.
"La policía no tiene nada en sus manos, porque no hay nada", dijo Netanyahu a los parlamentarios del Likud, su partido, la semana pasada. En su página de Facebook acusó a sus opositores políticos, incluidos algunos medios de comunicación, de querer "hacerlo caer no por medio de elecciones como prevé la democracia" sino montando una campaña en su contra.
Mientras Netanyahu sea investigado, el primer ministro no está obligado a dimitir. Distinto sería el caso de que se le acusara formalmente. En esa eventualidad estaría forzado a renunciar de acuerdo a la legislación israelí. Sin embargo, esto puede ser un camino largo, tanto así que podría perfectamente completarse el actual período de la Knesset (Parlamento), que expira en 2019.
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