Yoko Ono abre gran retrospectiva en España con 200 obras

El Museo Guggenheim de Bilbao acoge el trabajo de cinco décadas de la artista japonesa, de 81 años.




Hay varias versiones de ese primer encuentro, pero la historia más o menos oficial dice que en 1966,  Yoko Ono preparaba el montaje de su muestra individual en la Indica Gallery de Londres, cuando John Lennon ingresó al lugar, curioso por su trabajo. Tras ser presentados por el galerista John Dunbar, el cantante se detuvo ante una de las obras de la japonesa, compuesta por una escalera, una tela pegada al techo y una lupa. Al subir por los escalones y mirar a través de la lupa, Lennon leyó la palabra Sí. Conmovido por la simpleza y positivismo de la pieza, Lennon quiso más, pero Yoko Ono no lo dejó, ya que la muestra aún no se inauguraba. Dunbar la miró y le dijo: ¿Acaso no sabes con quién hablas? Es uno de los  Beatles. Ono dijo no saber de qué hablaba. El flechazo fue inmediato y la artista se hizo inseparable del autor de Imagine.

Con el tiempo, su relación amorosa, sumado a los conflictos de Ono con la banda de Liverpool, terminaron por opacar la obra de la artista japonesa, quien antes de conocer a Lennon ya tenía su propia fama: a inicios de los 60 fue una de las pioneras del arte conceptual e integrante fundamental del grupo Fluxus, que rechazó la transformación del objeto de arte en mercancía.

Hoy, tras 34 años del asesinato de Lennon, la japonesa de 81 años continúa  incólume su cruzada artística. Hace unos días inauguró en el Museo Guggenheim de Bilbao su gran retrospectiva Yoko Ono Half-a-Wind Show, que reúne 200 de sus obras y que ya estuvo en Alemania y Noruega.

Vestida de traje negro, menuda como siempre, usando sombrero y gafas oscuras, Ono se presentó el pasado jueves ante 400 personas, realizando dos performances históricas. En  Sky Piece to Jesus Christ,  los músicos de una orquesta de cámara ejecutan una sinfonía, mientras unos voluntarios los envolvieron con unas vendas hasta que no pudieron seguir tocando. Mientras que en Promise Piece (1966), Ono rompió un jarrón en el escenario y repartió los trozos a los asistentes, haciéndoles prometer que en 10 años se reunirían a pegar las piezas. En la cita, habló con los medios y se fotografió con varias de sus obras: "No siento la edad que tengo. Es como si estuviera entrando  en la segunda fase de mi vida, una nueva yo", dijo.

El motor en la  obra de Ono son las ideas, llegando a ser éstas incluso más importantes que el objeto mismo. Por ejemplo, la artista llegó a componer canciones que sólo existieron en su mente y a organizar conciertos donde el público debía imaginar la melodía. Así y todo, bajo el nombre de Plastic Ono Band, editó varios discos, algunos en colaboración con Lennon.

La muestra en Bilbao recoge fotografías de sus performances más famosas, como  Cut piece, donde Ono, sentada en el escenario, invitaba al público a cortar su ropa hasta quedar desnuda. La obra, realizada por primera vez en Tokio en 1964, impactó a la sociedad japonesa por su irreverencia.

La artista nació en Tokio en 1933, hija de un banquero y una pianista, quien venía de una larga línea de guerreros samuráis. Tras la II Guerra Mundial, la familia se trasladó a Nueva York, donde Ono comenzó a imbuirse en la escena artística y bohemia, contrariando a su padre, quien quería que fuese pianista.

En EE.UU. Ono es influenciada por el arte de Marcel Duchamp, se hace discípula de John Cage y se une al austríaco George Maciunas, fundador de Fluxus. Con todos esos referentes, Ono arma su obra a inicios de los 60 y comienza a hacer ruido en importantes galerías. Llama la atención sobre todo con el ejercicio de sus Instrucciones, órdenes que le da al público para participar en su obra.

Yoko Ono vino a Chile en 1998, exponiendo en el MAC del Parque Forestal y en el Museo de la Solidaridad,  al que donó uno de sus famosos Tableros de ajedrez blanco (se exhibe uno en Bilbao), donde a través de la imposibilidad de realizar una partida,  la artista reflexiona sobre la paz. Gran parte del trabajo de la artista recoge temas como la libertad de pensamiento, la lucha contra el racismo, la homofobia y el sexismo.

En la muestra del Guggenheim hay varias de sus piezas más famosas, al igual que algunos de los mediometrajes que produjo, como Fly, en el que un insecto recorre su cuerpo desnudo. De sus performances también está el registro de una de las más recordadas, realizadas con el propio Lennon: en 1969, durante la guerra de Vietnam, el matrimonio estuvo en cama durante dos semanas, primero en un hotel en Amsterdam y luego en Montreal, promoviendo la paz mundial y llamando a "hacer el amor y no la guerra".

"Sigo pensando que él está en las bellísimas canciones que escribió. Las tenemos en nuestros corazones, así que él está con nosotros", dijo hace unos días Yoko Ono sobre el fallecido Lennon.

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