Afiliados de AFP que se cambian de fondo obtendrían un 30% menos de pensión

"Los constantes cambios de fondos que los cotizantes han realizado en los últimos 20 años han provocado un importante daño patrimonial para los afiliados a las AFP, los que una vez terminada su vida laboral obtendrían un 30% menos de pensión".


Los constantes cambios de fondos que los cotizantes han realizado en los últimos 20 años han provocado un importante daño patrimonial para los afiliados a las AFP, los que una vez terminada su vida laboral obtendrían un 30% menos de pensión.

Así lo revela un estudio realizado por Capital Advisors para un período de 20 años, el que muestra que los fondos en los que existe un mayor daño patrimonial son los dos que están más expuestos a los cambios de afiliados: el Fondo A (más riesgoso al tener un máximo de 80% de exposición a la renta variable) y el Fondo E (más conservador, con un 5% máximo en acciones).

Si bien inicialmente los mayores traspasos de fondos se daban ante escenarios de crisis financieras globales como la de 2008, desde 2012 comenzaron a verse incrementos en el número de movimientos vinculados principalmente a recomendaciones hechas por entidades que impulsaban cambios masivos de fondos. Entre 2020 y 2021 estos movimientos tuvieron mayor protagonismo debido a la crisis global provocada por el covid 19 y a la incertidumbre política local.

Según un informe de Ciedess, en mayo de 2021 se registró la mayor cantidad de movimientos desde el inicio de los multifondos, con 1.930.873 traspasos totales, mientras que en abril de igual año y octubre de 2020 se dieron el segundo y tercer mayor número histórico, con 1.884.756 y 1.672.553 traspasos totales, respectivamente. Últimamente, los cambios de fondos se han visto aminorados por la entrada en vigor de la ley nº21.314, que establece que las empresas y personas que hagan estas recomendaciones serán supervisados por la Comisión para el Mercado Financiero y la Superintendencia de Pensiones.

Pese a esta restricción impuesta por el regulador, las personas deben tener claro que estos movimientos no han sido inocuos, dado que los traspasos, en promedio, no han resultado ser oportunos y han terminado perjudicando al afiliado promedio.

Detalles del estudio

El estudio simuló el ciclo de vida laboral de una persona (en este caso un hombre), el que usualmente se extiende por 40 años: asume que está invertido en el Fondo A los primeros 25 años, en el Fondo C los siguientes 10 años y en el E los últimos 5 años. Bajo ese supuesto se simuló la acumulación de riqueza de un afiliado que nunca se cambia de fondo -y que, por lo tanto, recibe el “retorno efectivo del fondo” en que estuvo invertido para cada tramo etario- versus el cotizante que se mueve entre fondos y que obtiene el retorno del “afiliado promedio” para cada tramo etario.

Estos dos afiliados parten a los 25 años con cero saldo en sus cuentas de capitalización individual, cotizan mensualmente $75.700 -que corresponde al 10% de cotización obligatoria para el sueldo promedio de Chile- hasta los 65 años y no registran lagunas previsionales.

En la imagen 1 se puede apreciar las rentabilidades efectivas anotadas por los distintos fondos -y que recibe el cotizante que se mantiene en ellos- y el retorno del afiliado promedio que se cambia de fondos. Como se ve, las mayores diferencias -por lo tanto, el mayor daño patrimonial- se registran en los fondos A (2,2% anual de daño patrimonial) y E (0,9% anual de daño patrimonial), que son los dos más expuestos a los cambios. El fondo C es el único que no exhibe un detrimento para los cotizantes.

Imagen 1

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Lo anterior implica que al cabo de 40 años, el afiliado que aplica la “práctica” de moverse de fondos acumula $180 millones, mientras que quien no lo hace logra un ahorro previsional de $237 millones: un 30% más de recursos o lo que es lo mismo, un 30% más de pensión (imagen 2).

Imagen 2:

imagen 3

Análisis por quinquenios

El período bajo estudio -octubre de 2002 a junio de 2023- se separó en cuatro quinquenios para los fondos A y E, que son los que registran la mayor actividad, y para el Fondo C, que es el más estable (imagen 3).

Imagen 3

imagen 2

En los fondos A y E, los primeros cinco años prácticamente no hubo movimientos de afiliados y no se registra daño patrimonial. Por el contrario, el cuarto quinquenio fue el que tuvo más actividad, debido al aumento de las recomendaciones de cambio de fondos por parte de asesores y los retiros del 10% de fondos previsionales aprobados por el Congreso. Eso hizo que este último período exhiba el mayor daño patrimonial para el afiliado. En el Fondo C, por el contrario, que es donde existe la menor proporción de cambios de fondo, el afiliado promedio no ha sufrido daño patrimonial.

Los movimientos entre fondos de AFP han costado caro y eso solo tiene perjuicio para los afiliados, quienes ven afectados sus ahorros para la vejez. Lo que nos demuestra el análisis es que en períodos en que ha habido más movimientos o en fondos que han experimentado más traspasos, como el A y el E, ha existido un mayor perjuicio patrimonial. Por tanto, el mensaje final es a mantenerse invertido en el fondo que corresponda a su edad o tolerancia de riesgo. La teoría dice eso y la práctica ha demostrado lo mismo.

*El autor es socio de Capital Advisors.

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