SEÑOR DIRECTOR:
La colusión de los casinos es otro caso en que competidores se saltan las reglas del mercado para obtener beneficios económicos ilícitos y donde nuevamente existe una falta de competidores: solo tres grandes empresas abarcan casi la totalidad del mercado.
En estos casos no solo el mercado paga las consecuencias de quienes evaden la libre competencia, sino que también los consumidores. Desde luego, en otros casos es sencillo advertir la afectación a los consumidores, como ocurrió en la colusión de supermercados, farmacias o papel tissue, pero en este también existe.
Las principales afectadas con esta colusión son las municipalidades donde se sitúan los casinos, pues recibieron menos ingresos que los que habrían recibido si los coludidos hubiesen competido. De haber recibido más recursos, aquello se habría traducido en más y mejores beneficios sociales, es decir, bienestar para la ciudadanía: salud, educación, mejoramiento de espacios públicos, etc. Pero esos sueños de mejorar la calidad de vida se truncan por la participación irregular en las licitaciones.
Por ello que la sanción solicitada de una multa del doble del beneficio económico que percibieron los casinos, así como el término de las concesiones obtenidas producto del acuerdo, es adecuada por afectar la libre competencia.
Pero no puede quedar ahí. Para que el sistema de protección de libre competencia y consumo funcionen de la mano, no solo es esperable que se acoja el requerimiento, sino que también, en su momento, sean obligados a indemnizar a todos aquellos que recibieron menos beneficios sociales y vieron empeorada su calidad de vida como consecuencia de la colusión.
Antonio Olivares Contreras
Abogado de Conadecus
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.