El mercado de pases

Pasada esa ilusión, los dos comandos han apostado por incorporar nombres que les den realce a sus propuestas, con figuras atractivas para los medios, y así poder tener control de la agenda.



La segunda vuelta electoral por la presidencia entre José Antonio Kast y Gabriel Boric es como esas antiguas peleas de boxeo a varios asaltos. En una situación como la actual, cada día, cada semana es un round distinto que debe ser ganado. La razón es que ninguno de los dos sacó una cantidad de votos comparable a Lagos, Bachelet o Piñera, por lo que tiene que lidiar cuesta arriba en un espacio donde los votos no son traspasables, ni medibles en categorías políticas. Hay una zona ignota que debe ser abordada por las candidaturas, donde hay frustración, temores y desconfianza hacia la política. Ilusamente varios escribieron esta semana que es una campaña por el centro, desconociendo que ese espacio es como la leyenda de El Dorado: una zona milagrosa inexistente, conocida más por leyendas que certezas. Cabe recordar, como hace ver Carlos Ruiz en una entrevista a este medio, que esa zona fue la más golpeada por la fuga de votantes.

Pasada esa ilusión, los dos comandos han apostado por incorporar nombres que les den realce a sus propuestas, con figuras atractivas para los medios, y así poder tener control de la agenda. En el comando de Boric, la llegada de la doctora Izkia Siches genera muchas más certezas que todo el grupo del Frente Amplio, formado por personas que piensan y se ven iguales. También ha reforzado el flanco débil de seguridad con el experto Eduardo Vergara, y con economistas reconocidos en el mercado por su aversión a las aventuras fiscales.

Al frente, José Antonio Kast dio una ventaja de dos días a Boric por el enredo de Johannes Kaiser. Llama la atención ese error de aficionados, dados los talentos de quienes tienen a cargo la comunicación en dicho comando. El diputado electo no solo dijo cosas bárbaras sobre las mujeres y las víctimas de violaciones a derechos humanos en redes sociales, sino fue a un matinal a defender sus ideas, ante el silencio del equipo de campaña de Kast. El peligro de que se instale que alrededor del exdiputado hay sólo una derecha cavernaria tiene que ser rebatido antes que sea definitivo en la mente de los electores.

Por suerte para JAK, en los días siguientes el equipo del Partido Republicano también entró en el mercado de pases al lograr incorporar a la subsecretaria Daza en su equipo. La llegada de la heroína de la pandemia es un acierto que fue reconocido por la propia doctora Siches. También agregó valor que en la voz de economistas reputados se aleje esa idea estrambótica de bajar impuestos, disminuir prestaciones sociales para hacer crecer más al país.

Pero los esfuerzos de ambos no son suficientes, ni el error de Kaiser es definitivo. Todavía las candidaturas tienen que dejar claro, fuera de toda duda, que se harán cargo de la profunda crisis sanitaria, económica y de legitimidad que vive el país. Uno de los efectos de la antipolítica es la extrema volatilidad de los votantes, como lo han demostrado los procesos recientes con resultados muy distintos en elecciones separadas por pocos meses.

El efecto que tiene incorporar figuras de gran valía para la opinión pública como los mencionados resuelve en parte el problema, pues asocia capacidad de gestión y gobernabilidad, pero un conteo de quién reúne más personas valiosas no será lo que determine el resultado de la segunda vuelta. La pelea seguirá dándose en la gran mayoría de los electores que temen o desconfían.