Infancia capturada

encerrona

SEÑOR DIRECTOR

Recientemente, un adolescente de 16 años atacó a dos guardias en un supermercado. La semana pasada otro joven de la misma edad participó en una encerrona. Diariamente observamos situaciones similares, y si bien la incidencia global de este tipo de delitos con participación de menores de 18 años, no supera el 10 % de las denuncias en cifras oficiales, cabe preguntarse si no existe una prevalencia mayor no reportada que es invisibilizada desde el tratamiento que le da el sistema a los niños y niñas menores de 14 años.

La oferta pública para apoyar el desistimiento temprano de conductas delictivas es limitada, hay buenos ejemplos como el Sistema Lazos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, pero se requiere de un músculo más desarrollado en el intersector, en especial desde la oferta del Sename y desde la Subsecretaría de Niñez, en tratamiento y en prevención. Hay que detectar los factores de riesgo que hacen que un niño sea vulnerable al involucramiento en el delito por parte de bandas u organizaciones que se nutren de su inimputabilidad.

El inicio de trayectorias delictivas deriva en la consolidación de comportamientos que van definiendo adultos prolíficos en conductas antisociales, que progresivamente se agravan, haciendo más difícil su reinserción social. Es hora de dejar de llegar tarde e impulsar una decidida agenda larga de prevención social, rescatando de la captura delictiva a quienes deben vivir una infancia sana, fortaleciendo a la familia, la escuela y la comunidad con herramientas que garanticen resultados protectores. No demos por perdida esta batalla.

Marcelo Sánchez

Gerente general Fundación San Carlos de Maipo

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