La pobreza más allá de las estadísticas
Por Felipe Bettancourt, Centro de Políticas Públicas, Facultad de Economía, Universidad San Sebastián
Esta semana, el gobierno anticipó un aumento de la pobreza en el país por la mayor inflación. Ésta ha afectado de forma relevante el precio de los alimentos, que sirven de base para el cálculo de la línea de la pobreza. Más allá de lo evidente de este impacto, se extraña un rol más proactivo del Ejecutivo.
Luego de décadas de avances en la reducción de la pobreza en nuestro país, Chile sufrió un alza de la pobreza por ingresos, reflejada en la Casen 2020. Sin embargo, este incremento fue menor al proyectado. En concreto, la pobreza llegó a un 10,8%, cuando la Cepal proyectaba un 15,9%. Esto fue gracias a las medidas sociales excepcionales implementadas durante el periodo más álgido de la pandemia del Covid-19, como fue el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
Reducir el impacto de la crisis en la población más vulnerable fue sin duda algo relevante, pero que no puede llevarnos al conformismo. Es hora de retomar el trabajo país para continuar con el desafío de reducir la pobreza. Trabajar por ello no se trata simplemente de una estadística, sino de mejorar la calidad de vida de quienes viven con menos recursos.
El gobierno ha anunciado una serie de medidas sociales desde el comienzo de su mandato, muchas de las cuales dan continuidad a iniciativas de la administración anterior. El último paquete de medidas tenía como principal acción un bono de invierno. Pero, en el entendido que necesitamos de otro tipo de iniciativas sostenibles en el largo plazo para reducir la pobreza, ¿cuál es la hoja de ruta para retomar este camino? ¿Hay un horizonte de trabajo más allá del 4 de septiembre?
Una de las alertas de la última Casen 2020, fue el gran efecto en los ingresos del trabajo. Por ejemplo, en el caso del primer decil, éstos cayeron en promedio casi un 90%. ¿Cuál es el plan para volver a crecer y crear empleos? Es relevante que el trabajo por superar la pobreza también considerare reducir la dependencia de las transferencias del Estado, cuando eso es posible.
Otro elemento clave tiene relación con enfocarse de forma clara y efectiva en las personas que viven bajo la línea de la pobreza, considerando sus distintas realidades. ¿Estamos haciendo algo distinto a esas medidas excepcionales?
Retomar el trabajo por la reducción de la pobreza es tarea del gobierno, pero no debe hacerlo solo. Es clave promover un trabajo colaborativo con la sociedad civil organizada, articulada en fundaciones y emprendimientos sociales, que deben ser mirados no como prestadores de servicios, sino como socios claves en este desafío. Este es un cambio que debe ir de la mano con incorporar una mirada que ponga a las personas en el centro. ¿Veremos señales más concretas al respecto?
Llevamos cuatro meses de gobierno, y en un clima de incertidumbre y complejidad económica que no vivíamos hace años, ya es hora de tener un plan al respecto.
El llamado es a que pasemos a la acción. No hay tiempo que perder.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.