Los beneficios de una buena gestión de criterios ESG

FILE PHOTO: A power-generating windmill turbine and the church of the village are pictured during sunset at a wind park in Ecoust-Saint-Mein
REUTERS/Pascal Rossignol/File Photo

Por Arturo Brandt Rivas, abogado, Consultor en Grupo Vial Abogados, profesor Adjunto Vermont Law School de Estados Unidos y presidente de la Asociación Chilena de Derecho Ambiental

Hasta hace pocos años no se consideraban los criterios ambientales, sociales y de gobernanza -denominados ESG por sus siglas en inglés- a la hora de medir el impacto de las inversiones, ni menos se valoraba que ante la ausencia de ellos, las empresas podían quedar al margen del interés de los inversionistas.

En este sentido, las recientes tendencias apuntan hacia objetivos cada vez más amplios en relación a estos criterios, al punto que se ha migrado desde la mirada tradicional del dónde “no debo invertir” a la visión que señala “dónde tengo que invertir”.

En este contexto y en el plano local, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), publicó en diciembre del año pasado, la Norma de Carácter General 461 que incorpora nuevas exigencias de información sobre sostenibilidad y gobierno corporativo en las memorias anuales de las empresas.

Lo anterior apunta a que los inversionistas y el público en general puedan evaluar y seleccionar aquellas alternativas en que estarían mejor resguardados sus intereses y así distinguir las compañías más preparadas para identificar, cuantificar y gestionar sus riesgos.

Pero más allá de cumplir con dicha regulación y mirar esta norma solamente como una obligación, es necesario detenerse a identificar las ventajas que un buen desempeño de los criterios ESG puede generar en una empresa en el mediano y largo plazo, como también considerar que el incentivo debe venir por los beneficios y no por una exigencia regulatoria, que no siempre es bienvenida.

En esta línea, es necesario consignar que los resultados de una buena gestión de los criterios ESG, no son inmediatos, sino que a mediano y largo plazo.

Dicho lo anterior, un buen desempeño en los criterios ESG ayuda a las compañías a acceder a nuevos mercados y expandir los existentes. Es decir, estudios han revelado que las compañías que desarrollan actividades sociales con las comunidades y son percibidas favorablemente por ellas, tienen mayores facilidades para extraer recursos naturales, con menores demoras en sus procesos productivos.

Del mismo modo, un buen índice ESG favorece la preferencia de los consumidores. Es decir, cada día los consumidores están examinando el origen de sus productos y la forma cómo están siendo producidos, de modo de favorecer a aquellos que cumplen con ciertos estándares ambientales-sociales, aún si estos tienen un mayor precio.

Otro beneficio importante de una buena gestión de estos criterios, es la reducción de costos derivado de la medición y adecuado control de emisiones producto de la exigencia normativa. Es decir, lo que no se mide no se sabe.

Por otra parte y un aspecto no menor, es la atracción del talento. Es decir, un buen desempeño ESG ayuda a las compañías a atraer nuevos empleados, debido a la motivación de los postulantes que buscan empleos con un sentido de propósito determinado.

A todo lo anterior se suma la reputación, que es otro riesgo que las compañías miran de cerca, y que los consumidores cada día están dispuestos a pagar un mejor precio por bienes y servicios con mejores índices ESG.

En definitiva, está claro que aquellas compañías que primero avancen en esta dirección serán premiadas por los mercados.

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