Milei en medio de la tormenta política

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Milei en medio de la tormenta política. REUTERS/Pilar Olivares

La irresponsable promoción que el Presidente de Argentina hizo de una criptomoneda que terminó en un fiasco, revelan que Milei aún no comprende bien las limitaciones que impone el cargo, poniendo en riesgo los éxitos de su propia gestión.



El Presidente de Argentina, Javier Milei, atraviesa por la peor tormenta política en lo que lleva de su mandato, luego del escándalo que se produjo a raíz de la inesperada promoción que hizo en su cuenta de X sobre la criptomoneda $Libra. En su posteo -luego borrado- el Mandatario señaló: “¡La Argentina liberal crece! Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos. El mundo quiere invertir en Argentina. $LIBRA. ¡Viva la libertad carajo”. El posteo tuvo éxito, porque a muy poco andar la moneda alcanzó una valoración superior a los US$ 4 mil millones, para luego generarse una corrida y provocar millonarias pérdidas en miles de inversionistas.

Milei guardó silencio algunos días, para luego, en una entrevista televisada, ensayar una explicación que ha resultado fuertemente cuestionada, no solo porque luego se descubriría que Santiago Caputo -un estrecho asesor presidencial- intervino para censurar una parte en que justamente se refería a las aristas judiciales que se le podrían abrir a Milei a raíz de este caso, sino porque en vez de asumir su propia responsabilidad el Mandatario se justificó en que él no “promocionó” la criptomoneda, sino que se limitó a su “difusión”, argumentando que quienes invirtieron en ella sabían que lo estaban haciendo en un instrumento altamente volátil, comparándolo con ir a invertir al casino.

Tras el escándalo se han iniciado acciones judiciales en Estados Unidos y en Argentina, además de solicitudes de juicio político, esto último improbable que prospere producto de la actual correlación de fuerzas políticas, sin perjuicio de que la imagen del Mandatario ha quedado fuertemente manchada, al aparecer involucrado en un posible caso de fraude, además de desatar roces con sus aliados políticos, como el PRO de Mauricio Macri, que han reprochado duramente el actuar de Milei en este caso.

Irónicamente, esta tormenta política ha ocurrido justo cuando el gobierno de Milei había cosechado importantes triunfos. La inflación de enero alcanzó el 2,2%, su menor nivel en más de cuatro años, otra señal de que las estrictas políticas de contención de gasto y de ordenamiento fiscal están dando resultados. Asimismo, el gobierno había logrado que la Cámara de Diputados aprobara el proyecto Ficha Limpia -ahora lo debe conocer el Senado-, con el cual se busca impedir que funcionarios condenados en segunda instancia por corrupción puedan postularse a cargos de elección popular, un golpe directo a la expresidenta Cristina Fernández.

El paso en falso que ha dado Milei lo ha dejado muy expuesto, revelando que el Mandatario aún no comprende bien las limitaciones y responsabilidades que conlleva el cargo de Presidente de la Nación, donde naturalmente un jefe de Estado no puede prestarse para ningún tipo de marketing ni de promociones con carácter comercial, mucho menos alimentando inversiones especulativas. Sorprende la falta de visión de Milei para anticipar los negativos efectos que se podrían derivar de este tipo de acciones, como también la debilidad de su círculo más íntimo, donde hay una manifiesta falta de contención para impedir que ocurran traspiés como estos.

Aunque de momento es incierto cómo evolucionarán las acciones judiciales que han sido anunciadas, así como los eventuales juicios políticos, el episodio es ilustrativo de cómo acciones irresponsables o el personalismo pueden poner en riesgo una gestión de gobierno que había logrado ganarse la confianza de la mayoría de los argentinos.

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