Postura del PC frente al fraude en Venezuela
El fraude cometido por el régimen de Maduro ha sido un claro parteaguas dentro del Partido Comunista, consolidando la existencia de “dos almas” en su interior.
Había expectación por la forma en que el Partido Comunista (PC) reaccionaría frente a la contundente definición que formuló el Presidente Boric en relación con el grotesco fraude electoral que llevó a cabo el régimen de Nicolás Maduro. El Mandatario planteó que “no hay duda de que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones”, y que Chile no reconocerá ese “falso triunfo”, esto luego de que el Tribunal Supremo de Justicia validara los resultados.
A pesar de que el presidente del PC y otros miembros del ala “tradicional” semanas antes ya habían reconocido el “triunfo” de Maduro, los planteamientos del Mandatario obligaron al partido a tener que definir una postura institucional, especialmente porque el ala “disidente” -donde por de pronto se cuentan todos los ministros de Estado que pertenecen al PC- habían tomado distancia del régimen venezolano. Dicha deliberación tuvo lugar este fin de semana en una hermética reunión de la comisión política, tras lo cual se emitió un deslavado comunicado.
Es desconcertante que el texto en ningún momento califique a dicho gobierno como “dictadura”, y que no tenga ninguna palabra en que siquiera se haga mención a la descarnada represión que el régimen ha emprendido en contra de la disidencia. También se demanda de la comunidad internacional abstenerse de adoptar posturas que puedan fomentar un clima de confrontación en Venezuela. Con todo, el partido reconoce que es prerrogativa del Presidente la conducción de la política exterior, y comparte el llamado de países de la región para que se entregue el desglose de las actas del proceso eleccionario, lo que debe ser validado por veedores internacionales imparciales, plegándose a la postura que ha expresado el gobierno chileno, al igual que la mayor parte de la comunidad internacional. Y aunque lo escueta de la redacción igualmente ha dejado margen para que el ala “tradicional” continúe con la defensa del “proceso bolivariano”, el hecho de que el PC institucionalmente se haya visto forzado a poner en cuestión los resultados es un paso que no cabe minimizar.
Ha sido especialmente contrastante constatar que luego de esta declaración los ministros de Estado del PC han manifestado su estricto alineamiento con la política de Estado que respecto de Venezuela fijó el Presidente; en ello también han cerrado filas otras figuras emblemáticas de la tienda, como la presidenta de la Cámara de Diputados. En cambio, el presidente del PC se negó a calificar al régimen como dictatorial, lo que le valió duras críticas desde distintos sectores del oficialismo, que no logran entender por qué el PC se empeña en seguir defendiéndolo.
El fraude cometido por el gobierno venezolano ha sido un claro parteaguas dentro del PC, consolidando la existencia de “dos almas” en su interior. Se trata de un fenómeno impensado, en un partido que se ha caracterizado por cuadros muy disciplinados y de defensa a ultranza de regímenes como el cubano, el nicaragüense y ahora el venezolano. El fraude de Maduro no es el único tema donde se han visto estas posturas opuestas, también en la prisión preventiva de Daniel Jadue y el operativo policial en Villa Francia. La medición de fuerzas de la “disidencia” y el sector “tradicional” dentro del PC será uno de los fenómenos más interesantes de la política chilena.
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