Volviendo a las cavernas
Por Pía Mundaca, directora ejecutiva de Espacio Público
A pocos días de iniciado el año escolar 2022, una protesta de alumnas de dos liceos de Providencia puso sobre la mesa hechos de profunda gravedad: hombres de un liceo de la misma comuna tenían un grupo de Whatsapp en el que compartían fotos íntimas de las escolares, en el cual incluso se señalaba que podían hacer algo como “La Manada”, aludiendo a la violación realizada a una mujer el año 2016 en España. La alcaldesa Evelyn Matthei actuó con rapidez; se suspendieron las clases en la comuna para levantar los antecedentes y se entregaron las pruebas a la justicia. En palabras de la edil: “el protocolo del colegio queda chico frente a un caso como éste”.
La semana pasada, una menor de 14 años fue violada dentro de su establecimiento educacional; habría sido encerrada bajo engaños por un estudiante del mismo liceo. El alcalde de Renca puso a disposición apoyo psicológico, jurídico y social, e hizo la denuncia a la Fiscalía el mismo día. Además, se solicitó autorización a la Seremi de Educación para que todos los establecimientos educacionales de la comuna sean parte de una jornada de reflexión el día de hoy. Tanto en Providencia como en Renca fuimos testigos de gravísimos hechos de violencia sexual. Por último, el día de ayer conocimos un video anónimo en el cual se amenazaba con llevar a cabo una masacre escolar en un establecimiento de Quinta Normal, la voz distorsionada señalaba explícitamente “los eliminaremos sala por sala”.
A estos hechos acontecidos en establecimientos educacionales se suman otros, que refuerzan la gravedad del momento. Hace una semana un hombre fue linchado luego de que un grupo de personas creyera que iba a robar, como si aquello justificara el quitarle la vida a alguien. Por otro lado, durante el fin de semana conocimos un video que mostraba cómo un grupo de personas pateaba en el piso a un Carabinero en el centro de Santiago.
Pareciera ser que estamos volviendo a las cavernas y que la intensidad de este tiempo, repleto de desafíos, está impidiendo que revisemos con profundidad por qué la violencia se ha tomado nuestras relaciones humanas. Las consecuencias de la pandemia en la salud mental, las formas de relacionarnos, y también el impacto en la violencia de género son elementos insoslayables, lo anterior se combina con un sentimiento de rabia presente incluso antes del estallido social. Quisiera sumar también, el rol que pueden tener las redes sociales y la facilidad con la que se difunden o se llevan a cabo dinámicas violentas, sobre todo en tiempos de encierro, donde la tecnología ha sido prácticamente la principal manera de relacionarnos. Por otro lado, también hay que considerar dentro de estas posibles causas la legitimidad que ha alcanzado en el país el “tomarse la justicia por las propias manos”, lo que pone en serio riesgo nuestro estado de derecho.
Hay deficiencias sistémicas que están dañando nuestra convivencia, y es un deber reaccionar con urgencia.
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