Anales del espionaje en Chile

A la caza de un espía es el libro de Jorge Molina, quien se volvió adicto a investigar y tiene dos nuevas ideas.




Cuando investigaba para su libro sobre Orlando Berríos, Crimen imperfecto, al periodista Jorge Molina le dieron el dato de un ex agente que había trabajado con el químico de la Dina. Lo encontró en Pudahuel, pero el tipo no quiso hablar. Después de meses de llamadas consecutivas, el ex militar se decidió a contar su historia. Enfermo de cáncer, abandonado por su mujer e hijo luego de reconocer sus crímenes, el anónimo agente le aseguró al periodista que, tras salir de la Dina, había hecho un buen servicio a su país: durante siete horas le contó sus acciones como espía del servicio secreto chileno en Argentina y Uruguay. A partir de allí, Molina, quien lleva más de 13 años reporteando casos judiciales, se embarcó en una investigación que le tomó bastante más tiempo y que resultó en el primer libro escrito en el país sobre espionaje.

A la caza de un espía (editorial Catalonia) narra las historias paralelas de la dura vida de este agente, los últimos 40 años del servicio secreto en Chile, y una indagación general sobre espionaje, que vincula el rastreo del misil Cóndor hecho en Argentina con Alemania, Italia y Egipto. Molina encontró toda suerte de personajes y cosas raras durante su investigación, como la historia de un agente de la Fach detenido por espionaje en Mendoza que logró escapar de la cárcel en una peripecia insólita. Escrito como novela, con ambientes bien documentados y numerosas notas que dan cuenta de la fidelidad de los hechos, el libro se lee de un tirón. Molina se volvió adicto a investigar y tiene dos libros en proyecto: uno sobre una red de espionaje chileno tendida hacia los submarinos argentinos, y otro sobre el crimen organizado transnacional que opera en Chile: Son cuatro o cinco historias sobre tráfico de armas, drogas y personas, las mafias que hoy mueven el mundo.

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