Por qué y cómo hacer un detox digital este fin de semana

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Los iPhone permiten revisar tu tiempo de pantalla diario, y según un estudio publicado en el diario The Guardian, el usuario promedio pasa entre tres a cuatro horas al día frente a su teléfono. Si a esto le sumamos otros dispositivos como tablets y computadores, probablemente las horas frente a la pantalla sean aún más. Sin embargo, considerando que el smartphone es una herramienta de trabajo, de entretención, comunicación y también un medio para informarnos, no parece tan alarmante que lo utilicemos ese tiempo. Pero si multiplicamos esas horas por los 365 días del año, es más de un mes lo que pasamos frente a la pantalla del celular.

Ahora que muchas comunas del país se encuentras bajo cuarentana total, y que las demás tiene instrucciones de no salir de la casa excepto para aquello estrictamente necesario, es muy posible que nuestras horas conectados al computador, tablet y teléfono sean todavía más. Es por eso que es importante saber que la exposición a los aparatos electrónicos no es inocua. "Estar conectado a las pantallas nos lleva a estar con el foco en muchos frentes, lo que genera mucho estrés", explica la psicóloga clínica y coach, Emilou Marguirott. "Hay un aumento en la carga cognitiva que nos hace estar siempre alerta, porque estamos pendientes de qué está pasando en nuestros celulares. Eso activa el sistema de recompensa cerebral, donde satisfacemos de manera inmediata, a un click de distancia, aquello de lo que necesitamos proveernos".

Y es en ese mecanismo de recompensas donde podría estar la respuesta de por qué pasamos cada vez más tiempo con nuestros dispositivos electrónicos en la mano. "Cuando el shot de dopamina no tiene límites se transforma en una enfermedad, porque lo que activamos es el mismo circuito de adicción", explica. "Entonces ante cualquier amenaza o situación que nos genere malestar, buscamos recompensas externas. Y la forma más rápida de obtenerlas es precisamente a través de un juego en el celular o en las redes sociales".

Al igual que lo que ocurre con otras drogas, para muchas personas los celulares se han convertido en un objeto adictivo y alejarnos de ellos, aun que sea por tiempos cortos de tiempo, es beneficioso. "Alejarnos de las pantallas trae grandes beneficios", dice Marguirot. La especialista explica que el sistema de regulación emocional de calma es el que activamos cuando nos sentimos seguros, en confianza. "Nuestro habito en la vida cotidiana es regular la amenaza con el hacer, con el logro de ser productivos. Por eso pausar unos días, alejarse de tantos estímulos visuales y auditivos de las pantallas es evitar esa tendencia automática a reaccionar ante los estímulos y descansar de ello. Podemos continuar haciendo lo que haya que hacer, pero de manera consciente y con atención plena".

Sin embargo, no basta solo con las buenas intenciones. Los estudios en neuroplasticidad han mostrado que el cerebro cambia según nuestras experiencias, ya sea para bien o para mal. "El cambio es experiencia dependiente necesitamos encarnarlo para poder integrarlo. No sacamos nada con leer un manual sobre detox digital si no lo hacemos y no lo ponemos en práctica", agrega Marguirott.

Una recomendación de la especialista es aprovechar este tiempo para cultivar los vínculos con las personas cercanas. Y si tenemos la posibilidad de compartir la cuarentena con miembros de nuestra familia, con la pareja o amigos, debemos aprovechar este tiempo para fortalecer estas relaciones. Pero además explica que este puede ser uno de los usos positivos que sí podríamos darles a las pantallas en tiempos de encierro. "Estas herramientas son útiles para comunicarnos con nuestra familia en periodos de confinamiento, pero es la cantidad de tiempo que pasamos frente a las pantallas el problema", aclara. "Las horas sin supervisión que pasan los niños o nosotros mismos pegados al celular sin una conexión real, es lo que no nos beneficia".

¿Cómo desconectarse? Emilou Marguirott recomienda elegir una actividad que podamos disfrutar y hacerla con plena consciencia. Puede ser algo tan simple como comer conscientemente. Hacerlo lento, prestando atención a los detalles de la experiencia como los sabores y las texturas. "Podemos dedicar tiempo a escribir, ya sean pensamientos propios o una carta para alguien, pero de puño y letra. Podemos escuchar música, caminar en el patio o meditar", explica. Independiente de la actividad que se elija para el tiempo que dure la desconexión digital, lo importante es hacerlo sin juicios. "El crítico exigente que llevamos dentro debemos dejarlo a un lado", agrega.

Mientras más practiquemos el detenernos, el alejar las pantallas y conectarnos con otras cosas como la naturaleza, jugar con los niños o leer un buen libro, más va a crecer nuestra capacidad de atención plena y más podremos usarla para nuestro beneficio cuando termine el período de detox digital. "Al practicar nuevas actividades podemos ir abriendo vías de acceso graduales a aquellas cosas que valoramos realmente y que se nos pierden de vista cuando estamos pegados a las pantallas", agrega la especialista.

Y para que los buenos hábitos del detox perduren, nuestros propios celulares cuentan con herramientas al alcance de la mano. ScreenTime –una de las aplicaciones incluidas en los dispositivos Apple que operan con iOS– permite determinar un tiempo máximo de uso para nuestras redes sociales favoritas como Instagram, Facebook o Youtube. Lo mismo puede hacerse en Android descargando la app Wellbeing.

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