Cómo trabajar en un espacio no apto para el trabajo

Productividad y teletrabajo Paula



Para que el proceso integral de adaptación del teletrabajo sea saludable, el psicólogo organizacional, Ph.D en Educación y Tecnología y fundador de Smart Coach, Isaías Sharon, explica que hay que tener en cuenta que existen al menos dos etapas: la primera tiene que ver con cambiar ciertos elementos de nuestra vida cotidiana que faciliten precisamente la adaptación al nuevo contexto. “Los procesos adaptativos generan estrés y desgastes emocionales, que tienen a su vez un impacto en nuestro desempeño y la obtención de metas o resultados. Entonces, es fundamental que nuestras expectativas y velocidad se ajusten de acuerdo a esa realidad y curva de aprendizaje”, señala.

La segunda etapa tiene que ver con cuando le agarramos la mano a las nuevas estrategias. Ahí es importante identificar que si bien el desempeño aumenta, cambia el foco, porque en el contexto actual hay que atender múltiples variables al mismo tiempo, como el día a día de la casa, de la crianza y de las dinámicas de convivencia. “Tenemos que ser conscientes respecto al hecho de que estamos en un proceso de cambio y no podemos medir los resultados en ningún área de nuestra vida de la misma forma en la que los medíamos antes, porque estamos viendo cómo nos adecuamos”.

Acá seis recomendaciones del especialista para lograr un mejor desempeño laboral en un lugar o contexto no apto para el trabajo.

  1. Establecer una rutina: Según Sharon, este primer punto es complejo porque la mayoría de las personas suele entrar en la lógica de romper con las rutinas, pero esto se da porque en realidad son rutinas que no les agradan o acomodan. Y por ende, quieren escapar de ellas. El foco, según propone el especialista, debiese ser el de construir una rutina que nos permita combinar tres factores claves: poner el foco en aquello que queremos, tanto a nivel personal como familiar y laboral; la obtención de resultados diarios, aunque sean pequeñas conquistas –cuando se logran resultados se siente un nivel de gratificación que hace que aumente nuestra motivación y estímulo, y disminuya el estrés–; y la incorporación de elementos de disfrute y distracción, como un tiempo para el ejercicio, para la lectura, para hablar con alguien o para realizar un hobbie. “Los ratos de disfrute no pueden estar reservados únicamente para el fin de semana, hay que incorporarlos en la rutina diaria”, explica.
  2. Construir espacios de encuentro y conversación: Sharon explica que los seres humanos necesitamos sociabilizar porque es una manera de drenar nuestras emociones. En ese sentido, si vivimos acompañados, es fundamental destinar un momento del día a la conversación: a preguntar cómo está el otro y verbalizar lo que estamos sintiendo. Y en esa verbalización, dar paso a un espacio en el que se acojan los sentimientos. Si se vive sola o solo, es clave recurrir a las redes de apoyo mediante los medios de comunicación. “Está comprobado que las personas totalmente aisladas tienen más riesgos de presentar dificultades de salud mental”, explica.
  3. Acotar las expectativas: Según Sharon, han surgido dos grandes discursos respecto a cómo destinar el tiempo durante la cuarentena. Algunos creen que es el momento para reinventarse y hacer de sí mismos la mejor versión. Otros, en cambio, creen que es un momento para quedarse tranquilos y no hacer nada. “Yo diría que más bien hay que acotar las expectativas y eso no puede ser hacerlo todo –porque eso implicaría mucha presión, especialmente en este contexto–, pero tampoco tirar la toalla. Cuando las expectativas son demasiado bajas, en todo ámbito, se genera una desmotivación y eso afecta nuestra energía diaria. Y cuando son demasiado altas e irreales, nos acercamos a la posibilidad de frustrarnos y nos rendimos antes de tiempo”, explica. “Por eso, hay que ajustar las expectativas con uno mismo y con el resto, en virtud de lo que es real y saludable para cada uno”.
  4. Crear un ambiente: Sharon explica que hay un grupo importante de la población que no vive en un lugar que les permita separar lo laboral de lo doméstico. Mientras que otro grupo sí cuenta con espacio pero no sabe usarlo. “Más que destinar un espacio exclusivamente al trabajo, la recomendación es la de crear, en la medida de lo posible, un ambiente; quizás trabajar en la mesa del comedor, pero cambiar algunas cosas u ordenarla de una manera mientras sea el espacio de trabajo, para así construir un hábitat que me permita separar. Somos animales de costumbre y si trabajo en cualquier lugar o a cualquier hora, a nuestra cabeza le va costar integrar en qué espacio pasa qué cosa y eso da paso al estrés y a una mayor presión”.
  5. Asegurar los insumos necesarios: “Supongamos que logramos la recomendación número uno e identificamos que una actividad que nos relaja mucho es cocinar. Si no cuento con los implementos para cocinar, la experiencia se vuelve más molesta que de disfrute”, explica Sharon. “Así mismo, hay que asegurar los insumos necesarios para que la experiencia del teletrabajo no implique una pérdida de tiempo, estrés y presión por querer lograr un resultado y no contar con las herramientas para poder hacerlo. Muchos de estos implementos deberían ser provistos por el empleador, y si no lo son, el colaborador tiene el derecho y deber de hacer la solicitud”.
  6. Contar con sistemas de apoyo: El especialista advierte que no es del todo sano pretender hacer todo lo anterior o cualquier otra cosa solo con los recursos o habilidades personales. “Necesitamos hacernos el trabajo –todo trabajo o quehacer– más fácil y para eso la construcción de sistemas de apoyo es fundamental. Los sistemas de apoyo son cualquier elemento externo a nuestras competencias personales que nos permitan alivianar la carga o facilitar nuestras actividades cotidianas; ponerse alarmas, coordinarnos con los vecinos para las compras del supermercado, usar un calendario. La gente a la que llamamos para hablar también son parte del sistema de apoyo”, explica Sharon. “Está comprobado que las personas que tienen más y mejores sistemas y redes de apoyo se enferman menos, cuando se enferman se recuperan más rápido y se declaran más satisfechas. Ayudarnos en esto sin duda trae beneficios a nivel laboral y de bienestar y salud mental”.

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