Efecto pandemia: 74% mujeres presenta problemas de acceso a anticonceptivos

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A nivel mundial, 49 millones de mujeres en países de mediano a bajo ingreso no estarían accediendo a estos métodos durante la pandemia, lo que sumaría más de 15 millones de embarazos no deseados.




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Según el Instituto de Guttmacher, el COVID-19 puede tener un efecto catastrófico en la salud sexual y reproductiva de países de mediano a bajo ingreso, se espera que en éstos haya una caída de más de 49 millones de mujeres con una necesidad insatisfecha de anticonceptivos, lo que llevaría a más de 15 millones de embarazos no deseados*.

Para Chile, esta información es alarmante, en especial cuando la segunda encuesta realizada por la Corporación MILES en junio 2020, muestra cifras como que el 45% de los encuestados presentó dificultades para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva y que un 74% vio dificultado el acceso a métodos anticonceptivos desde la llegada del COVID-19 a Chile en los centros de salud pública*.

El Dr. Guillermo Galán, experto en anticonceptivos y speaker webinar SOCHOG “Realidad y Ficción de Anticoncepción y COVID”, es enfático al señalar que “diferentes instituciones como la Sociedad de Ginecología Infantil y de la Adolescencia (SOGIA), la Sociedad de Ginecología y Obstetricia (SOCHOG), el Colegio de Matronas y Matrones de Chile y la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Atacama han hecho una serie de webinars, comunicados y consideraciones que abordan esta temática, en espera que surjan lineamientos desde el Ministerio de Salud”.

En este contexto, han surgido una serie de recomendaciones para enfrentar la pandemia desde el punto de vista de la salud reproductiva. Una de ellas es la recomendación de implementar métodos de consulta a través de videollamada o llamada telefónica. “En algunos Cesfam se está implementando un sistema de call center y sistema de llamado telefónico posterior a cargo de la matrona o matrón a cargo. Esto es esencial para poder dar continuidad y seguir atendiendo a las pacientes que lo requieran”, indica el Dr. Galán.

¿Cómo impacta el COVID-19 en el uso tradicional de anticonceptivos?

Es conocido que las pacientes usuarias de anticonceptivos que contienen estrógenos o derivados pueden presentar efectos secundarios que incluyen la obstrucción de vasos sanguíneos en las piernas y pulmones por coágulos (trombosis venosa). “Ante un escenario relacionado a COVID-19, se cree que este riesgo pueda aumentar en los casos complicados de COVID-19, especialmente en las mujeres que requieren hospitalización”, destaca el especialista.

¿Es seguro que siga usando mi anticonceptivo de siempre durante la pandemia?

Las recomendaciones sugieren no hacer un cambio masivo de anticonceptivos, ya que no existe evidencia que sugiera tal acción. Ahora bien, para el Dr. Galán “si la usuaria tiene o cree tener COVID-19, debe consultar a su médico, ya que las recomendaciones establecen el cambio a progestina pura para aminorar el riesgo de algún evento trombótico en las pacientes que requieren hospitalización”.

¿Qué pasa con el inicio de la terapia anticonceptiva en consultas por telemedicina?

“Especialmente en los casos de pacientes nuevas o en donde no es posible saber datos clave como la presión arterial, se recomiendan los anticonceptivos de progestina pura que son seguros para prácticamente todas las mujeres”, recalca el Dr. Galán.

¿En qué formatos encuentro los anticonceptivos de progestina pura (sin estrógeno)?

  1. Píldoras: el Dr. Galán señala que “en este caso, es importante recordar y enfatizar que la píldora debe tomarse diariamente y principalmente a la misma hora, sin que se presente un retraso más allá de 3 a 12 horas, dependiendo del producto escogido, a fin de que no pierda su efectividad”.
  2. Anticonceptivos de larga duración (sistemas intrauterinos e implantes): “tienen el inconveniente de que la paciente tiene que asistir a una institución de salud para su administración, generando un contacto directo entre el personal de salud y la paciente y en estos momentos puede ser no la mejor alternativa”, comenta el Dr. Galán.
  3. Inyectables trimestrales de autoadministración (una inyección cada 3 meses): “garantizan un mayor tiempo de protección versus las píldoras de solo progestágeno y al ser autoadministrados, evitan que la paciente deba acercarse a un centro de salud/clínica o necesitar la ayuda de un tercero (profesional de salud) como en el caso de los intrauterinos e implantes”, puntualiza.

¿Qué pasa si tengo o tuve COVID-19?

Para el Dr. Galán, en estos casos, “se debe realizar una evaluación individualizada y contextualizada de la paciente en la que, de considerar un cambio en el tratamiento anticonceptivo, queda a criterio del médico o la matrona tratante”.

Respecto a pacientes COVID-19 positivo y anticonceptivos, el Dr. Galán indica que “se evalúa el cambio de un método anticonceptivo combinado (dos ingredientes: estrógeno más progestina) por uno de solo progestina, según la gravedad de la paciente”. Si la paciente requirió hospitalización o tratamiento anticoagulante producto del COVID-19, “se recomienda que la paciente siga un tratamiento anticonceptivo de progestina sola de alta eficacia, cuya efectividad no dependa de errores en la administración”, argumenta el especialista.

Gentileza Pfizer Chile S.A.

*Referencias:

1. Riley, T. et.al; (2020). Estimates of the potencial impact of the COVID-19 pandemic on Sexual and reproductive health in low- and middle-income countries. Guttmacher, 46:73-76.

2. Corporación MIILES. (2020) Resultados de la segunda encuesta sobre el acceso a Salud Sexual y Reproductiva. Disponible en https://mileschile.cl/

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