Los ejercicios de Kegel fueron creados por el doctor Arnold Kegel en la década de 1940 y sirven para prevenir o resolver varias molestias. Pueden, por ejemplo, ayudar a alcanzar un mayor placer sexual, pero también están relacionados con la prevención de la incontinencia urinaria. La kinesióloga Odette Freundlich, especialista en piso pelviano de la Clínica Las Condes, explica: “Los ejercicios de Kegel por mucho tiempo han sido considerados como la clave para fortalecer esa zona. Básicamente consisten en la contracción reiterada del músculo pubocoxígeo y sirven para localizar y fortalecer la zona del periné”. En esta línea se suele pensar que están dirigidos solo a embarazadas o personas post menopáusicas, pero lo cierto es que cualquier persona puede realizarlos.
“La incontinencia urinaria tiene mucho que ver con la pérdida del soporte de la uretra, es decir, la alteración anatómica del piso pélvico, y fortalecer los músculos que están en la pelvis femenina puede favorecer la continencia”, explica el Dr. Rodrigo Guzmán, uroginecólogo de la Clínica Alemana, y agrega: “En ese sentido, los ejercicios de Kegel pueden ayudar a evitar el escape”. El profesional destaca la importancia de realizar los ejercicios con la orientación de un kinesiólogo(a) especialista en piso pélvico, para así entrenar los músculos de la forma correcta.
Una buena alternativa para entender si se están haciendo los ejercicios de la manera adecuada es a través de biofeedback o biorretroalimentación, un equipo diseñado para identificar la contracción, siempre dirigido por un especialista. Éste permite medir cualquier progreso y si el movimiento se realiza como corresponde.
Para evitar un eventual desencadenamiento de incontinencia urinaria, lo ideal es realizar los ejercicios de Kegel durante el embarazo y después del parto, ya que ambos estados son de los factores de riesgo más comunes, al igual que el paso de los años. “Las causas más frecuentes de la incontinencia urinaria son las que tienen que ver con cualquier alteración que pueda ocurrir en la anatomía del piso pélvico”, explica el Dr. Guzmán: “Y en ese sentido el embarazo per se es un factor de riesgo, ya que las hormonas hacen que las estructuras del suelo pélvico de soporte estén un poco más laxas, lo que favorece el escape de orina”.
El Dr. Guzmán también afirma que es habitual ver que las mujeres sobre exijan su vejiga, sin mantener una rutina saludable en cuanto al hábito miccional, es decir, de cuándo ir a orinar. El médico recomienda mantener una buena ingesta de líquido de manera diaria, idealmente agua, y sin excederse: “Una persona normalmente activa debería tomar entre uno y dos litros de agua al día”. ¿Y cómo no sobre exigir la vejiga? “Hay que ir al baño cuando la vejiga avisa”, dice el uroginecólogo, haciendo hincapié en la importancia de no aguantar la orina, algo muy frecuente, especialmente durante la jornada laboral. Este punto es esencial, ya que a largo plazo puede traer desagradables consecuencias.
Recomendaciones para realizar ejercicios Kegel en el día a día:
- La kinesióloga Odette Freundlich propone: “Con un espejo en posición acostada y rodillas al pecho, mirar el área genital y observar cómo se contrae y relaja la vagina, sin que exista contracción de abdomen piernas o glúteos. También es posible introducir un dedo en la vagina y percibir cómo se contraen y relajan los músculos del periné”.
- La ginecóloga de la Clínica Dávila, Dra. Karina Sequeira destaca la importancia de primero reconocer los músculos de la zona, y una forma fácil de hacerlo es al orinar, intentando cortar el chorro urinario, lo que permite identificar el área a ejercitar: “Luego hay que aplicar el movimiento en cualquier momento del día, ojalá 10 repeticiones de uno corto y dos largos, tres veces al día”.