El hombre que rescata la comida que sobra
Luis Sáez, director del Departamento de Gestión Agraria de la Usach y experto en desperdicios de comida, es uno de los líderes del movimiento Disco Sopa Chile, que recoge las verduras y frutas que las ferias descartan, porque son más pequeñas o más feas, y las transforma en ensaladas y jugos que comparte con la comunidad. Llevan dos eventos y 270 kilos de comida recuperada.
Paula 1179. Sábado 1 de agosto de 2015.
El problema del descarte de comida que aún es consumible, lo conoce bien Luis Sáez, director del Departamento de Gestión Agraria de la Universidad de Santiago. En 2014 colaboró con la investigación que realizó la Organización para la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) a nivel latinoamericano y cuyo informe fue publicado en mayo pasado. Además, junto a académicos y alumnos de la facultad dieron vida al movimiento Disco Sopa Chile, que trabaja en crear conciencia sobre el despilfarro alimentario.
¿Cuántos desperdicios de comida se van al tacho de la basura en Chile?
No existen cifras oficiales. Los únicos datos que tenemos son los que ha publicado FAO a nivel regional, que nos hablan de pérdidas cercanas a los 220 kg per cápita al año y donde casi un tercio se pierde en la etapa de producción y otro tercio en las ventas. Lo que estudiamos acá fueron cuatro productos en esas dos fases –lechugas, papas, arroz y pan– porque son alimentos básicos en la canasta y, claro, nuestras cifras coinciden con esas proporciones.
¿Cuáles son los parámetros de los supermercados para estimar que un producto fresco debe salir de los estantes?
No está tan claro porque, en mi opinión, se le da bastante importancia a la apariencia, al tamaño y a la homogeneidad. En Chile tenemos premios a la sandía o al zapallo más grande y ponemos eso como parámetro de calidad. Esos criterios influyen directamente en el descarte de alimentos. Como ejemplo, en Chile las lechugas todavía se venden por unidad y todos compran las más grandes y bonitas, y las más pequeñas se descartan. Lo que planteamos es que se deberían vender por hoja o por kilo y así se considerarían las más chicas que, además, en términos de gusto son más tiernas, más ricas.
"Hice una estimación y una familia podría ahorrar al menos $160 mil al año si se preocupara de no realizar desperdicios en papas, lechugas, arroz y pan", asegura Luis Sáez.
¿Qué impacto podría tener que fuéramos más eficientes en el manejo de alimentos?
Una familia podría ahorrar al menos $160 mil al año si se preocupara de no realizar desperdicios en papas, lechugas, arroz y pan. Y en términos de proporción, probablemente un 20% más de la población se podría alimentar de todas maneras con esos desperdicios.
¿Qué medidas podrían tomar las personas en su vida diaria en ese sentido?
El almacenamiento es importante. Por ejemplo, cuando las manzanas maduran emiten un gas que se llama etileno y provoca la maduración de otros frutos; la idea entonces es no juntarlas con alimentos que puedan madurar demasiado. Los plátanos no se deben guardar dentro del refrigerador porque el frío los daña. Es muy importante comprar los productos que se necesitan una vez a la semana, no más alejado que eso porque se echan a perder. Y darles más importancia a las ferias libres, que tienen precios más accesibles y es donde se produce la mayor cantidad de desperdicios de frutas y verduras.
Con Disco Sopa Chile están por el rescatar esos productos frescos que se botan. ¿Cómo nació esa iniciativa?
Disco Soupe es un movimiento que nació en 2012 en Alemania y que luego se replicó en otros países. Consiste básicamente en organizar eventos con un tono festivo, con música en vivo y donde la comida se prepara con verduras feas que recuperamos de Lo Valledor y ferias locales: tomates, lechugas, cebollas, plátanos con las que hacemos sopas de verduras y brochetas de frutas y jugos.
¿Qué evaluación hicieron de esos eventos?
En el primero recolectamos cerca de 200 kg de comida y en junio otros 70. Llegaron hartos voluntarios y les pedimos que prepararan sus platos para que les perdieran el miedo a los productos, que parecen feos pero que están en buen estado. Haremos un nuevo evento el 9 de septiembre en la Facultad de Teología de la Usach. Y estamos en conversaciones para hacer una alianza con Lo Valledor: para ellos la comida que sobra es un problema porque va a parar a la basura y ven que nosotros podemos ayudarlos a solucionar eso.
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