Exceso de histamina: cuando lo que comemos se transforma en un problema
En primavera, recurrimos a los antihistamínicos para combatir las alergias. Sin embargo, a veces no pensamos que lo que comemos también puede ser responsable de un exceso de histamina en el cuerpo, desencadenando síntomas molestos. En esta entrevista, la nutricionista Belén Sánchez, especialista en patologías digestivas, explica cómo se vincula nuestra alimentación con ciertas reacciones alérgicas.
Es primavera, la temporada de alergias por excelencia, y probablemente hablar de antihistamínicos se vuelve natural. Sin embargo, pocas veces pensamos en el origen de la palabra. Toda parte de la histamina, un compuesto que nuestro cuerpo produce de forma natural y que se libera en reacciones alérgicas desencadenadas por alguna sustancia extraña, como el polen.
“La histamina juega varios roles en el organismo, pero en exceso puede generar molestias”, explica la nutricionista Belén Sánchez (@nutricion.bs), Máster sobre nutrición clínica en la Universidad Complutense de Madrid y especialista en patologías digestivas. Aunque nuestro cuerpo produce naturalmente histamina, también está presente en diversos alimentos. Aquí es donde las alergias y la nutrición se entrelazan.
“Consumir alimentos con histamina no debería ser un problema”, comenta Sánchez. Agrega que el cuerpo tiene enzimas encargadas de procesarla. “Así como la lactosa tiene su propia enzima que es la lactasa y que se encarga de digerirla, las enzimas encargadas de procesar la histamina son la diaminooxidasa (DAO), que degrada la histamina extracelular, y la N-metiltransferasa, que actúa sobre la intracelular. Sin embargo, cuando estas enzimas reducen su función por factores genéticos, farmacológicos o inflamatorios, se acumula histamina en la sangre y aparecen síntomas parecidos a las alergias”.
Entre estos síntomas, la especialista menciona rojeces en la piel, granitos, dolor de cabeza o migrañas, hinchazón, gases, dolor de estómago, diarreas, náuseas, flatulencias, ansiedad, insomnio, síntomas de rinoconjuntivitis, sofocos, asma e incluso arritmias. En resumen, es muy importante mantenerla controlada.
Según Sánchez, el exceso de histamina en la sangre se debe principalmente a un desequilibrio entre la histamina acumulada y la capacidad de degradación. “Entre las principales causas está la sobreproducción histamina generada por exceso de algún grupo de bacterias, así como también el excesivo consumo de alimentos altos en histamina”, dice. Una tercera causa son problemas gastrointestinales como el colon irritable, inflamación y SIBO, y el consumo de fármacos inhibidores de estas enzimas.
– ¿Cuáles son los alimentos altos en histamina?
Los quesos, el chucrut, los embutidos, ciertos pescados y mariscos, la clara de huevo, el chocolate, la soja, los ahumados, el café y el kéfir, entre otros. De todas maneras no es necesario eliminarlos para siempre ni en su totalidad, pero mientras no se resuelva la alteración, se recomienda priorizar alimentos bajos en histamina para reducir los síntomas.
– ¿Qué ocurre con el alcohol?
El vino tinto es particularmente problemático porque contiene histamina y además inhibe la enzima DAO. Por eso muchas personas experimentan dolor de cabeza, congestión, estornudos, sofocos, asma o empeoramiento de otros síntomas al tomarlo.
– Mencionaste que algunos fármacos también son inhibidores de esta enzima.
Así es. Algunos medicamentos, como los antiinflamatorios (por ejemplo, el ibuprofeno), pueden inhibir la DAO. Por eso es importante tomarlos solo bajo supervisión médica y durante el tiempo indicado.
– ¿Además de la alimentación, hay otros factores que influyen en el exceso de histamina?
Sí, el ciclo menstrual, por ejemplo. Dependiendo de la fase en que se encuentre la mujer, los niveles de estrógenos pueden influir en la actividad de la enzima DAO. Esto significa que en ciertos momentos del mes podría haber una menor capacidad de metabolizar la histamina.
– Entre los síntomas mencionaste ansiedad e insomnio. ¿Cómo se relacionan con la histamina?
La histamina regula neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, por lo que un exceso puede alterar el equilibrio emocional. Aunque la ansiedad tiene muchas causas, un exceso de histamina podría hacer a una persona más propensa a episodios de ansiedad o dificultad para dormir.
– ¿Se puede diagnosticar el exceso de histamina?
Sí, pero no es común que se soliciten estudios específicos, ya que los síntomas suelen confundirse con otras condiciones. El diagnóstico comienza con la evaluación de los síntomas y se confirma con exámenes de sangre que miden los niveles de histamina, la actividad de la enzima DAO o incluso a través de pruebas genéticas.
– ¿Cómo es el tratamiento?
Debe ser personalizado. En general, involucra a un médico, que evaluará si se necesitan antihistamínicos o suplementos de DAO, y a un nutricionista, que guiará en la implementación de una dieta baja en histamina. Cada persona tiene una sensibilidad distinta, por lo que es clave ajustar las recomendaciones a su caso particular.
– ¿Es posible sanar completamente?
Sí, pero no siempre es sencillo identificar el origen del problema, ya que puede deberse a múltiples factores. Actualmente, se están realizando numerosos estudios para entender mejor estos mecanismos y desarrollar tratamientos más eficaces.
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