Granos ancestrales: la respuesta a una alimentación saludable
A pesar de que la alimentación de los chilenos es deficiente y que los niveles de obesidad son alarmantes, existe un creciente interés por llevar una dieta sana basada en frutas, verduras, legumbres y semillas. Aquí te contamos por qué sumar a esa lista los llamados granos ancestrales.
Según la encuesta Nacional de Consumo Alimentario, solo un 5% de la población mantiene una dieta saludable, mientras que el 95% restante requiere cambios en su alimentación. El estudio realizado por el Ministerio de Desarrollo Social y Elige Vivir Sano a más de tres millones de hogares chilenos, asegura que tres de cada cuatro adultos tienen sobrepeso y obesidad, cifra que en los niños llega al 60%.
Si bien la pandemia ha empeorado estos hábitos alimenticios, existe un interés de la población por alimentarse de forma saludable. De acuerdo al informe”Radiografía de la Alimentación en Pandemia”, realizada por Aramark y Cadem, aunque los chilenos creen que comer sano es caro y difícil, están conscientes de la importancia de llevar una alimentación saludable. De hecho, el 88% de los encuestados considera que la alimentación tiene un impacto importante en la salud, asociándose a una serie de beneficios como sentirse mejor, prevenir enfermedades y alargar la vida.
En esta intención por llevar un estilo de vida más saludable es que aparecen soluciones muy fáciles de llevar a la práctica, como beber más vasos de agua al día, comer frutas y verduras, rechazar los alimentos procesados y preferir los llamados granos ancestrales.
“La tendencia mundial se dirige hacia una alimentación más saludable. Se busca evitar cualquier tipo de toxicidad en los alimentos, tanto en su variedad nutricional como en su procedencia. Esto ha llevado a las semillas ancestrales a los primeros lugares de preferencia, ya que tienen tremendas cualidades nutricionales para nuestro organismo, las cuales hoy son más importantes que nunca”, explica Mauricio Araya Roa, terapeuta con especialidad en fisiología y nutrición y director de Calidad de Vida Chile.
Ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y prebióticos, los granos ancestrales son un grupo de semillas y pseudocereales que no han sido alterados o modificados genéticamente durante el paso de los años. Entre ellos se encuentran la quinoa, teff, amaranto, trigo escanda, kamut, fonio, chía, trigo sarraceno, açaí, cebada, canela, nerone y cúrcuma.
“Estos granos tienen la particularidad que no han sido modificados genéticamente ni forman parte de una crianza selectiva, por lo tanto, son más naturales. Al ser menos procesados, tienen más vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, siendo mejores que los granos más procesados”, afirma la nutrióloga Sabrina Wigodski.
Para el médico naturopata Jorge Azócar, “los granos ancestrales mantienen altos los niveles de fuerza y energía, permiten que el cuerpo almacene nutrientes y reducen el riesgo de infecciones. Sin embargo, se han ido olvidado con la tecnificación de la industria alimentaria y el procesamiento de los alimentos”.
Preferidos por nuestros ancestros indígenas, muchos de estos granos fueron considerados sagrados por las culturas Inca y Azteca. Mauricio Araya explica que según nuestro ADN o procedencia no todos tenemos la misma capacidad de absorción de nutrientes ni tenemos los mismos beneficios que cualquier otra persona del mundo. “Por ejemplo, si nuestra procedencia es sudamericana, tendremos mejor absorción de los nutrientes de la quinoa, chía, amaranto y algarrobo. Es necesario analizar cuáles son los alimentos menos intervenidos y más apropiados para nuestra alimentación frente a la absorción que tengamos de dichos alimentos”.
Según el director de Calidad de Vida Chile, la mayoría de estos granos cuenta con una alta fibra de dietética, proteína y, excluyendo a los trigos, también son libres de gluten. “Todo esto es tremendamente necesario en cualquier alimentación, sin importar la edad. El gluten debilita la vellosidad intestinal, su absorción e incluso su barrera de protección, lo que provoca la falta de nutrientes esenciales por falta de absorción. Reemplazarlo por estos granos ancestrales aumenta nuestros niveles nutricionales y defensas naturales”, agrega.
Sobre las porciones que tendríamos que consumir en nuestra dieta, Wigodski recomienda determinarlas según cada persona en particular, “pero podríamos hablar en general de 1-2 tazas al día”. La especialista añade que lo ideal es consumir pseudocereales ancestrales, ya que estos tienen más y mejor cantidad de proteínas. Estos son: quinoa, amaranto y trigo sarraceno. “Estos también son útiles para veganos y vegetarianos, ya que aportan mayor cantidad de proteínas y de buena calidad o valor nutricional”, explica Sabrina.
Sus beneficios
Antioxidantes, multivitamínicos y ricos en fibras son algunos de los beneficios que poseen los granos ancestrales. Cuáles son y qué poseen cada uno de ellos es lo que acá explica Jorge Azócar:
Quinoa: Es considerada un pseudocereal puesto que no pertenece a la familia de las gramíneas, pero su alto contenido en almidón la hace perfecta para ser utilizada como si fuera un cereal. Es considerada como un superalimento por su gran aporte de proteína. Además de proteínas completas en alta proporción, posee compuestos antioxidantes y antiinflamatorios.
Teff: Fue una de las primeras plantas cultivadas por el ser humano. Poseen una gran cantidad de fibra alimentaria y además contiene los ocho aminoácidos esenciales.
Amaranto: No solamente es comestible su semilla, sino también sus hojas. Es un alimento con un alto valor proteico, por encima de la leche de vaca. También es alto en calcio, fósforo, hierro, potasio, zinc, vitamina E y vitamina B.
Trigo sarraceno: Está indicado para dietas de pérdida de peso, puesto que posee ‘fagomina’, que retarda la sensación de hambre.
Chía: fue un alimento básico para aztecas y mayas. Son muy energéticas y aportan proteínas completas, mucha fibra, fósforo, calcio y manganeso, así como omega-3, tan escasos en el mundo vegetal.
Açaí: esta baya amazónica, usada tradicionalmente con fines medicinales, es rica en fibra y vitaminas A y C, así como en antocianinas. Además aporta el cardiosaludable ácido oleico.
Cúrcuma: utilizada durante siglos en la medicina india, posee curcumina, cuyo potente efecto antiinflamatorio se ha comparado con el de medicamentos como el ibuprofeno y la hidrocortisona.
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