La encrucijada para frenar la violencia digital hacia niñas y niños
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Según datos de la más reciente Encuesta Nacional de Polivictimización analizados por el Observatorio Niñez Colunga, en Chile 1 cada 5 niñas y niños entre 7° básico y 3° medio reportan haber sido víctimas de violencia digital en el último año. En un contexto de debate sobre el acceso de niñas y niños a la tecnología, ¿qué sabemos sobre las interacciones en estas plataformas?
El debate parece haberse desatado con más fuerza que nunca durante el último año: ¿pasarle o no un celular a una niña o a un niño? ¿Y desde qué edad? Una simple búsqueda en google arroja que, a nivel de titulares, los artículos publicados por medios de comunicación de todo el mundo son cada vez más tajantes: “Quitarles a los alumnos el móvil es como quitarle la droga a un adicto”. “Los teléfonos móviles están matando a nuestros hijos: qué podemos hacer al respecto”. “Los pediatras alertan: los riesgos de las pantallas en niños menores de seis años”. “Pongamos fin a la infancia basada en el teléfono ahora”. Incluso medios estadounidenses han reportado que los propios tecnólogos de Silicon Valley no quieren que sus hijos usen los dispositivos que ellos fabrican e incluso hoy contratan a niñeras como “policías antipantallas”.
Es que el uso de celulares durante la niñez plantea múltiples desafíos. “La evidencia es cada vez más contundente respecto a que hay una asociación entre el uso de pantallas y distintos problemas: en el desarrollo, entre los más pequeños, hasta problemas de salud física y mental a medida que las niñas y niños crecen”, explica la directora del Observatorio Niñez Colunga, Paloma Del Villar. Además de los efectos nocivos asociados a la exposición y uso de pantallas, existen problemas vinculados a las interacciones que se dan en estas plataformas. Según datos de la última Encuesta Nacional de Polivictimización, publicada en marzo de 2024 y analizada en detalle por Observatorio Niñez Colunga, 1 cada 5 niñas y niños entre 7° básico y 3° medio reporta haber sido víctima de violencia digital en el último año.
“El mundo digital es un espacio público, donde se empiezan a reproducir los mismos fenómenos que ocurren en entornos análogos, como la violencia de género y la discriminación”, explica Del Villar. “Pero además, la falta de interacción cara a cara limita el desarrollo de la empatía, por lo que los malos tratos se dan de manera más libre y menos controlada. Por eso hoy darle un celular o acceso a internet a un niño o niña sin supervisión es como dejarlos solos en una plaza, sin la guía de un adulto. Sin el acompañamiento adecuado, el mundo digital es un lugar donde los niños aprenden de lo que ven y de las interacciones que tienen, pero no siempre encuentran ejemplos positivos o saludables de comportamiento.” comenta.
Los datos muestran que 1 de cada 3 adolescentes han vivido alguna vez en la vida violencia digital y 1 de cada 5 ha vivido estas experiencias el último año. Según el artículo “Ciberacoso: qué es y cómo detenerlo” de UNICEF, en la mayoría de los casos, la violencia digital y cara a cara van de la mano: “Lo que vemos entre las y los adolescentes que viven en Chile, es que el 65% de los que experimentaron violencia digital en el último año, vivieron también otras expresiones de violencia entre pares. Pero existe un tercio que sólo vive acoso de manera digital”.
Por otro lado, un 4% de las niñas y niños encuestados experimentan ciberacoso, es decir señalan que los molestan, acosan o hacen sentir mal por medios digitales de manera permanente, más de una vez al mes. “Estos son los niños que viven la expresión más dura de la violencia digital, que sufren de malos tratos o acoso sexual por internet de manera permanente”, enfatiza la socióloga.
![la cifra de la semana Paula](https://www.latercera.com/resizer/v2/5IJ2NYFCLFCSFAPXJ6NL2UJFIA.jpg?quality=80&smart=true&auth=3640917a6151de5ed82f1f9f0a586ce67304a69829f1ddbd95b93d832042c880&width=790&height=527)
El análisis del Observatorio Niñez muestra que la violencia digital tiene distintas expresiones. “La encuesta de polivictimización nos permite ver distintas aristas del fenómeno. Por ejemplo que un 17% de las y los adolescentes han vivido acoso sexual por internet alguna vez en la vida”, explica la directora del Observatorio. Las niñas son quienes viven con mayor frecuencia este problema. “En Chile la violencia sexual se da principalmente hacia ellas y eso se repite a través de las plataformas digitales. Los datos más recientes muestran que un 15% de las niñas ha sido víctima de acoso sexual por internet el último año, cifra que triplica a la que declaran los niños. Por otro lado, 1 de cada 20 niñas dice que sufre este tipo de acoso de manera permanente”, enfatiza Del Villar.
Otro dato relevante que levanta Observatorio Niñez Colunga es que muchas veces hay adultos involucrados en este tipo de interacciones. De quienes señalaron haber vivido acoso sexual por internet en el ultimo año, un 38% señala que la persona que la acosó era un adulto.
¿Cómo abordar este fenómeno? La directora del observatorio señala que se deben tener dos enfoques: uno para prevenir que estas situaciones ocurran y luego otro para responder cuando están sucediendo. “Hoy distintos expertos están llamando a retrasar el acceso a las redes sociales. Eso tiene un efecto preventivo y protege la salud mental de niñas y niños. Retrasar el acceso a las redes sociales, se justifica no sólo para limitar la presencia de estas interacciones violentas, sino que también por los daños que hace la exposición a pantallas en sí”, explica Paloma Del Villar. De hecho, la socióloga comparte la mirada que han tenido autores como Jonathan Haidt, autor del libro “La generación ansiosa”, quien plantea que, para proteger a niñas y niños de los efectos que están generando las pantallas y la tecnología, países, padres y escuelas deben empezar a tomar cuatro medidas concretas: nada de teléfonos inteligentes (con acceso a internet) antes de los 14 años; nada de redes sociales hasta los 16 años, implementar una política de establecimientos escolares y salas de clases sin teléfonos y promover espacios de juego libre que los saquen de las lógicas digitales, para reconectar con los vínculos personales. “Si los cuidadores dan acceso al mundo digital es clave seguir las recomendaciones pediátricas: limitar el tiempo en línea y supervisar el uso. Además, cuando hay violencia digital, muchas veces detrás hay otros tipos de abuso o conflictos entre pares. Por eso, es fundamental educarlos sobre cómo interactuar en redes y ayudarlos a reconocer el acoso. Los adultos también tienen que estar atentos y abiertos al diálogo, para que los niños sepan que pueden contar lo que les pasa”, remarca la directora del observatorio.
“Es importante establecer límites y normas, pero sobre todo fomentar actividades y espacios sin tecnología donde niñas y niños se puedan vincular de otra manera, libres de pantallas y libres de violencia”, dice Del Villar. “Si ellos sienten que las plataformas digitales son los únicos espacios donde pueden jugar o tienen que estar para generar vínculos, obviamente va a ser más difícil. Los cuidadores tienen que hacer acuerdos para fomentar otros tipos de interacción y retrasar el acceso a las redes. Pero es tarea de los adultos ayudarlos a salir de ahí y ver otras alternativas”, dice.
Si crees que estás siendo víctima de violencia digital recuerda que puedes pedir ayuda. Habla con alguien de confianza: algún integrante de tu familia, profesoras o consejeros. Si no te sientes cómoda, puedes llamar o chatear con alguien que te aconseje en distintas línea de apoyo: Línea Libre (1515), la Hora Segura, Fono Infancia (800 200 818) y Fono Niños (147).
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