Marcial Tagle con delantal
El actor revela sus secretos de cocina mientras prepara un mahi-mahi, un pescado de Isla de Pascua.
Los mejores pescados
Compro los pescados en el Mercado Central, en la marisquería Los Pochos. Tienen de todo: salmones, albacoras, congrios. En la casa los trozo yo mismo y los congelo por porciones para que sea más fácil cocinarlos después.
Moldes caseros
Tengo miles de moldes. Me encanta decorar los platos. Un dato bueno, bonito y barato: comprar cañerías de PVC de distintos diámetros, cortarlas como anillo, y usarlas para moldear el arroz, la quínoa, los porotos, por ejemplo.
Manos sin olor
Inmediatamente después de cortar ajo o cebolla me lavo las manos con agua fría, sin soltar el cuchillo que acabo de usar. Funciona.
Mujeres y postres
No hay que engañarse. Las mujeres comen postre. Al restorán llegan grupos de amigas que piden postre y champaña. Si uno quiere impresionarlas con una comida tiene que concentrarse en el postre. Se quedan con ese gustito dulce.
Restos
Soy buen pobre. Armo comidas con las sobras de días anteriores. Ayer molí medio quesillo que tenía en el refrigerador, lo mezclé con salsa de soya y unas alcaparras que me habían sobrado de un carpaccio. Hice una salsa exquisita para el aperitivo.
Platos chicos
Es mejor que la gente se repita el plato tres veces que servirle uno lleno. Es un asunto de estética y de principios: la presentación de la comida es fundamental.
Hierba anestésica
Masticar hojas de menta ayuda a calmar el dolor de muelas.
Porotos sin hollejo
Sacarle el hollejo a los porotos es una lata. Para evitarse el trabajo basta echarlos a cocer con bicarbonato. La proporción es de media cucharada por cada kilo de legumbres. Después del primer hervor se pasan por agua fría. El hollejo sale solo.
Masa de supermercado
La masa de hoja del supermercado es excelente. La uso para hacer empanadas y como base para todo tipo de quiche.
Pulpo porfiado
Típico que el pulpo queda duro. Para que quede blando hay que poner un tomate en la olla donde se cocina y dejarlo enfriar en el mismo caldo.
División del trabajo
Me encanta cocinar y a mi mujer le encanta que le cocinen. Pero no lavo los platos ni llorando. Eso lo hace ella. O el lavavajillas. Hay que dividir el trabajo. Así quedamos todos contentos.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.