Mi mascota y yo: La carta que anticipó la llegada de Simba

mi mascota y yo Paula

Cuando este perrito llegó a la familia Romero Moncada, nadie imaginó que era la mascota exacta que Javiera, la hija del medio, había soñado desde niña. Varios años atrás, le escribió una carta al Viejo Pascuero pidiendo un cachorro con sus mismas características, y ahora, por una coincidencia asombrosa, ese deseo se estaba haciendo realidad.




Hace algunas semanas, mientras ordenaban las cosas en casa, los padres de la familia Romero Moncada encontraron una carta que Javiera (17), la hija del medio, había escrito a los nueve años para una Navidad, pidiendo al Viejo Pascuero un perro. “No pido un perro solo para poder jugar, sino para tener un verdadero amigo y muy fiel al cual poder contarle mis problemas […], es el regalo más importante para mí. Si me lo traes, no sabes lo feliz que me harías. (Quiero que sea un cachorro que no crezca mucho, que sea bonito y de un color cafecito claro o medio rubio)”, decía la carta.

Lo curioso de este hallazgo fue que, aunque nadie recordaba que Javiera había pedido un perro con esas características, Simba es tal cual ella lo describió.

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Fue el 3 de marzo de 2024, con tan solo dos meses, que este perrito se convirtió en el sexto integrante de esta familia. Llegó como un regalo sorpresa de los padres para sus hijos, algo totalmente inesperado, ya que cada vez que los tres hermanos habían pedido tener una mascota a lo largo de su vida, su papá se había negado rotundamente. De hecho, en algún momento los hermanos pensaron en adoptar un perro en secreto, convencidos de que su presencia cambiaría por completo el ambiente de la casa.

Cuando los padres llegaron con Simba, la primera en conocerlo fue justamente Javiera. No podía creer que su sueño de tener una mascota finalmente se había cumplido, cuenta. Menos que fuera tal cual lo pidió hace casi diez años. Su pelaje es café claro, con algunas manchas blancas, y sus ojos verdes siempre llaman la atención. De hecho, cada persona que lo conoce comenta lo bonito que es.

Desde que entró a la casa y en menos de cinco minutos, Simba logró lo que rara vez ocurría: reunir a toda la familia en el living, compartiendo una felicidad genuina. “La llegada de Simba fue como cumplir un sueño. Siempre quise una mascota, pero no imaginaba todo lo que traería consigo. Nos trajo amor, alegría y risas”, expresa Javiera.

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Aunque la familia Romero Moncada siempre ha sido unida, Javiera reconoce que cuando Simba llegó, las cosas no estaban del todo bien. No había grandes conflictos, pero cada uno había caído en la rutina de pasar la mayor parte del tiempo en sus habitaciones, interactuando solo durante las comidas. Sin embargo, desde ese día, los hermanos comenzaron a pasar más tiempo en el living que en sus habitaciones, pendientes de cada movimiento del cachorro. Según Javiera, Simba causó un impacto positivo en su familia, los unió mucho.

El padre era el más reacio a tener una mascota, siempre argumentando que un perro requería demasiada atención, que representaba un gasto adicional y que debía ser un animal de patio, destinado a cuidar el hogar. Sin embargo, todas esas ideas quedaron atrás. Hoy Simba tiene total libertad para moverse por toda la casa e incluso decide con quién dormir cada noche. “Para mis hermanos y para mí, es uno más, y para mis papás, su hijo menor. Es el regalón de la casa. Lo amamos mucho. Incluso, todos al llegar, saludamos primero a Simba haciéndole cariño”, confiesa Javiera.

Ha pasado un año y Javiera ya no se imagina la vida sin su perro. “En solo un año, cambió por completo la dinámica de esta casa con todo el amor que nos entrega. Se ha convertido en un pilar fundamental para cada uno de nosotros, especialmente para mi mamá. Eso es algo que valoro mucho, porque sé que cuando mis hermanos y yo nos vamos a estudiar y mi papá a trabajar, ella siempre tiene compañía”.

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