Mujeres contra lo aparente

Llegan dos libros que cuestionan silencios y supuestos culturales, escritos por intelectuales ligadas a la crítica cultural masiva.




La trampa del pensamiento positivo (Turner)

Bárbara Ehrenreich es una doctora en biología y activista norteamericana de 70 años que escribe en la revista Time y se ha pasado la vida investigando las grietas del sistema americano. En este libro hace polvo el  tan celebrado pensamiento positivo típico de Estados Unidos, que hace rato tambalea: es el país que consume más ansiolíticos del mundo y está al final en el ránking de percepción subjetiva de la felicidad. "En el siglo XIX, apareció el pensamiento positivo como formulación sistemática entre un grupillo diverso y fascinante de filósofos, místicos, curanderos y señoras de clase media. Entrado el XX, ya se había convertido en una corriente de moda e iba ganando proyección al asociarse con otros sistemas de pensamiento tan potentes como el nacionalismo. Más tarde, logró hacerse imprescindible también para el capitalismo", explica. "El pensamiento positivo es en realidad un brillante método de control social, ya que anima a la gente a pensar que no hay nada malo en el sistema (la economía, la contaminación ambiental). Y que lo que está mal tiene que ver con usted, con la actitud personal de cada uno". Un ensayo brillante para dar rienda suelta al escepticismo salvaje, y cambiar el optimismo ciego por el humor realista. A Chile llega en marzo.

En su libro Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo. Bárbara Ehrenreich hace polvo el tan celebrado pensamiento positivo típico de Estados Unidos.

Vulva, la revelación del sexo invisible (Anagrama)

Mithu M. Sanyal (40) es una periodista e historiadora alemana de origen indio, experta en cultura popular. Se propuso escribir una "pequeña historia cultural de Occidente a través de la representación del genital femenino en la vida cotidiana, el folclore, la medicina, la mitología, la literatura y el arte". Se trata del relato de algo impreciso y mal nombrado, pues el órgano sexual femenino ha sido objeto de negación desde Grecia hasta el sicoanálisis: "Según Aristóteles, solo el hombre disponía de suficiente energía para desarrollar partes sexuales completas. Galeno veía el genital femenino como un genital masculino invertido. Y la postura de Sigmund Freud se expresa con esta fórmula: se coge un ser humano –es decir, un hombre–, se le quita el pene y así se obtiene una mujer", escribe la autora. El capítulo de la mitología, uno de los más entretenidos, habla de la vieja y desvergonzada diosa Baubo, que mostraba su vulva en fiestas femeninas. Una historia subterránea fascinante que recién empieza a despuntar, de la mano de artistas y científicas.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.