Siempre hay opciones para mantener una vida más amigable con el medioambiente, y el caso de la higiene femenina no es la excepción, ya que también existen alternativas que no solamente son un aporte en ese aspecto, sino que, además, muchas veces pueden resultar convenientes desde un punto de vista económico.
Se calcula que cada año se botan alrededor de 100 mil millones de productos para la menstruación, los que terminan en vertederos y océanos, siendo un factor muy relevante en la polución planetaria, especialmente si se considera que alrededor de un cuarto de la población mundial tiene su periodo mensualmente. Según reportes de la UNICEF, una de cada cuatro personas tiene la regla entre dos y siete días cada mes, lo que permite concluir que en total se menstruaría durante casi siete años a lo largo de la vida.
A la cantidad de basura que se genera, se suman los datos que arroja un estudio realizado por el Instituto Real de Tecnología de Estocolmo que concluyó que además de lo nocivos que resultan estos desechos, también lo es su producción, específicamente en el procesamiento de sus materias primas, ya que es en ese eslabón cuando más se contamina.
Una de las opciones más conocidas como alternativa a los productos tradicionales es la copa menstrual, un recipiente de silicona quirúrgica hipoalergénica que se introduce en la vagina y retiene el líquido por un largo período de tiempo.
Paula Valenzuela, fundadora de Mia Luna, empresa chilena desarrolladora de copas menstruales, explica: “Una toalla higiénica tarda aproximadamente 500 años en degradarse y el aplicador del tampón un poco más, ya que contienen sustancias como látex, dioxinas, polvos absorbentes y otros químicos que dañan el medioambiente y los mantos acuíferos”.
Andrea Huneeus, Ginecóloga Infanto Juvenil de la Clínica Alemana, comenta sobre la copa: “Puede durar entre cinco y 10 años, por lo que es muy económica a largo plazo. Además, al ser reutilizable, reduce la contaminación ambiental”. Igualmente, la doctora aclara: “Usarla de la manera correcta requiere de tiempo. Una mujer puede tardar hasta tres meses en aprender a manipularla y usarla bien”. El doctor Manuel Donoso, ginecoobstetra y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, agrega: “Alrededor de un 20% de las mujeres refiere incomodidades al comenzar a usarla, pero luego de un par de meses de utilización la mayoría se acostumbra al sistema y les parece mucho mejor que las toallas o tampones”.
Otra opción son las toallitas reutilizables, que están hechas de fibras naturales y que luego de utilizarse, simplemente se remojan y lavan con agua y jabón. Tal como en las desechables, dentro de la oferta de las reutilizables hay distintos tamaños y nivel de absorción. La ginecóloga de Clínica Indisa, Carmen Luz Alvarado, señala: “Las toallas higiénicas, independientemente de la marca o del material que sean, pueden producir dermatitis de contacto (picazón y enrojecimiento) en la zona vulvar. En estos casos, pueden ser de utilidad las toallas reutilizables, ya que las fibras naturales en general no producen alergia”.
Otra alternativa aún masificada en Chile es la ropa interior especialmente confeccionada para la menstruación. “Calzones lavables cuya tecnología y capacidad de absorción se ha ido mejorando progresivamente”, explica la doctora Huneeus. Son productos hechos en su mayoría de algodón con un porcentaje de poliéster y lycra y que tienen una vida útil de alrededor de dos años, pero que después se pueden seguir usando como un calzón normal. Además, son anti olores y cuentan con una tecnología cuya efectividad ha logrado mucha aceptación, especialmente en Europa, transformándose en otra posibilidad para ayudar a reducir mes a mes el impacto que provoca la utilización de elementos cuyo tiempo de uso es desproporcionado en comparación a su efecto ambiental.
La decisión sobre qué usar es personal y va a depender de las necesidades y preferencias de cada mujer. Pero en un mundo donde los niveles de contaminación son preocupantes, estar al tanto de alternativas más ecológicas es siempre una buena idea.