Miedo a perder el trabajo: ¿Cómo enfrentarlo?
Según la última encuesta Workmonitor que se elabora todos los años en nuestro país, el 12% de los consultados siente “mucho miedo” de perder su actual empleo. Este porcentaje es el más alto registrado desde que se comenzó a hacer el estudio en Chile hace 20 años. Y es que, a pesar de las medidas que ha tomado el gobierno para hacer frente a la crisis económica asociada a la pandemia, el pronóstico en temas laborales es gris. La tasa de desempleo según los últimos datos del INE alcanzó su punto más alto en toda una década llegando al 8,9% durante el primer trimestre del 2020.
Ante escenarios que se vislumbran complejos, es difícil mantener la calma. Pero negar la realidad tampoco lo es. “La negación no nos hace bien porque nos ponemos en una situación de no querer ver la realidad por miedo y eso nos da una sensación fantasiosa de que todo está bien, cuando realmente no lo sabemos”, explica Tatiana Mechasqui, psicóloga clínica especializada en terapia con mujeres que ocupan cargos de alto rendimiento. “Eso no nos permite reaccionar adecuadamente a lo que realmente está pasando y estar informados y preparados para cuando tengamos que actuar”. Lo recomendable según la terapeuta tampoco es irnos al polo opuesto dejándonos llevar por los pronósticos poco auspiciosos y caer en el pánico colectivo que podría estar generándose al interior de los equipos de trabajo. “Hay que mantener un equilibrio. Estar informados de qué está pasando a nivel país, pero también tener momentos de desconexión para relejarnos profundamente y salirnos del contexto del día a día”.
Según el estudio Workmonitor, la desconfianza y el temor ante posibles despidos es transversal. Pero los trabajadores mayores de 55 años son los más preocupados ante el panorama actual de desempleo. A su vez los menos afectados por la incertidumbre laboral son las generaciones más jóvenes entre 25 y 44 años. “Es normal que el rango de mayor edad sienta más temor porque las posibilidades de conseguir un nuevo empleo son más bajas para ellos”, explica Natalia Zúñiga, directora de comunicaciones de la consultora en recursos humanos Randstad. “Si a esto sumamos que el teletrabajo ha sido la modalidad en la que están desempeñando funciones la mayoría de los trabajadores, es posible que su expertise con la tecnología sea menor, lo que aumenta sus aprensiones sobre su continuidad en la organización”.
A pesar de las medidas para la protección del empleo que se han implementado, la última encuesta que publicó Ipsos en la que se consultó a los chilenos por este tópico y su sensación frente a la pandemia, también da cuenta de que existe mucha aprensión respecto de la seguridad laboral. El 83% de los encuestados dice que teme ante la posibilidad de perder el trabajo y el 82% siente miedo de no poder pagar sus cuentas si no dispone de dinero al quedarse sin su fuente de ingresos.
Tatiana Mechasqui es enfática en aclarar que no debemos confundir el ser realistas con siempre situarnos en el peor escenario posible. “Imaginarnos sin casa, sin trabajo, sin poder pagar el colegio de los niños es una situación que genera mucha angustia. Pero debemos preguntarnos, ¿ese escenario que estoy imaginando responde realmente a una realidad palpable? ¿Qué evidencias tengo de que esto pueda pasar? Si esto ocurre, ¿realmente no voy a poder ser capaz de manejarlo?”.
La psicóloga propone que en primer lugar evitemos ponernos en el peor escenario posible, pero que, si nos vemos en una situación de eminente peligro de perder nuestra fuente laboral, incluso entonces es fundamental echar un cable a tierra respecto de cuáles son las implicancias reales que esto tendría. “A veces el peor escenario no es tan real, pero si hay una probabilidad efectiva de que ocurra un buen apoyo para sentirnos más tranquilos y claros es planificar ese escenario de la mejor manera posible”.
La especialista agrega que cuando tenemos pensamientos muy tendientes a lo catastrófico dejamos de ver el panorama completo y eso es peligroso. “Estamos haciendo una selección de los aspectos negativos y esa visión selectiva de la realidad nos convence de que vamos para allá y que todos los pronósticos catastróficos se van a cumplir”, explica Tatiana Mechasqui. “Tenemos que tener mucho cuidado con nuestro diálogo interno en momentos como estos sobre todo si nos damos cuenta de que estamos cayendo en un monólogo más bien catastrófico. Porque entramos en un terreno de lo especulativo ‘y si me echan del trabajo’, ‘y si no puedo pagar las cuentas’ y todos esos supuestos lo único que hacen es generarme ansiedad innecesaria”.
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