Nuestras lectoras preguntan: ¿Estar en casa podría afectar la autonomía de mi hija o hijo?

Maternidad Paula

La maternidad, al ser un mundo desconocido para quienes se enfrentan a ella por primera vez, viene llena de preguntas e incertidumbres. En Paula queremos acompañarte en este proceso muchas veces complejo, buscando las respuestas a tus inquietudes.




LA PREGUNTA“Mi hija menor (5) siempre ha sido muy regalona. Eso ha implicado que la autonomía sea un tema que debemos trabajar constantemente con ella. Fue así en el jardín y luego cuando entró al colegio pasó lo mismo: después de unos meses la profesora nos llamó para contarnos que le costaba comer sola porque se distraía fácilmente y que –a diferencia de la mayoría de los niños de su curso– había que darle el almuerzo. Lo mismo al momento de ordenar y guardar sus cosas, nunca lo hacía sola. Soy una madre relajada y entiendo que cada niña y niño tiene sus tiempos, pero como lamentablemente están dentro de un sistema escolar que los mide a todos con las mismas expectativas, el año pasado me puse la meta de que este año –que pasó a Kínder– le haríamos una rutina más estricta de comidas, idas al baño y actividades que incluyan el orden de sus cosas. Pero justo llegó el coronavirus y la cuarentena y nada de esto ha sido posible. Como yo estoy full teletrabajo tengo poco tiempo para acompañarla en sus actividades y reconozco que la mayoría de las veces se me hace más fácil darle la comida rápido antes que estar dos horas intentando que ella coma sola. Lo mismo con el resto de sus cosas. Si le pido que ordene, tengo que estar con ella, poner una canción y hacer todo mucho más lento. Sé que estamos en una situación excepcional, pero también veo que esto va a durar mucho tiempo y que en niños tan pequeños, ese tiempo es muy valioso. Por eso me gustaría saber si efectivamente estoy afectando su autonomía y qué debería hacer para mejorarlo”.

María Paz (42), arquitecta.

LA RESPUESTA

El desarrollo de la autonomía personal es un objetivo prioritario en la educación de una niña o un niño. Es autónomo aquel que es capaz de realizar por sí mismo aquellas tareas y actividades propias de su edad y de su entorno socio cultural. “En palabras simples una niña o niño autónomo no es dependiente, no requiere de ayuda continua y suele tener iniciativa. Y aquellos que tienen pocos hábitos de autonomía, podrían presentar en el futuro dificultades en el aprendizaje y en la relación con los demás”, explica Karina Navarro, psicóloga infanto juvenil.

De ahí la importancia del desarrollo de la autonomía en los menores, ya que normalmente cuando progresan en este aspecto, también lo hacen en su aprendizaje y relación con los demás. “Si a las niñas o niños les hacemos todo, no se genera en ellos la necesidad de aprender, es decir, inhibimos ciertas habilidades, desde cuestiones cotidianas como lavarse los dientes, hasta la facilidad para resolver un conflicto entre pares. Con esto no digo que tengamos que dejarlos solos aprendiendo, en este proceso debemos estar los cuidadores o padres guiandolos y sobretodo haciendo un refuerzo positivo que es clave en el proceso de aprendizaje”, agrega Navarro.

Los primeros pasos en el camino a la autonomía en niñas y niños hasta los 6 años se ve en distintos ámbitos como higiene personal -ir solo al baño, cepillarse los dientes y ducharse-, vestimenta -que incluye elegir la ropa y ponérsela-, comer solo, sin ayuda, y en el juego disfrutar solo o compartiendo con otras niñas y niños. En cuanto al orden, ser capaces de guardar los juguetes que ocupó.

Para lograr estos objetivos se requiere principalmente de una rutina y de esta manera esa acción se transforma en un hábito. Con una práctica adecuada –dice la experta– los hábitos se adquieren en 20 a 30 días. “Incluso se pueden lograr antes si hay un reforzamiento positivo y le explicamos por qué es importante que lo haga solo. Una buena idea a esa edad es mostrar con el ejemplo, es decir, lavarnos los dientes juntos en la noche puede ser mucho más efectivo que cantarle la canción, porque entienden que es algo que hay que hacer, que todos en la casa lo hacemos”, dice.

“En este contexto de pandemia se entiende que estamos en una situación excepcional, sin embargo, no deberíamos dejar de preocuparnos por la autonomía de las niñas y niños ya que las personas aprendemos normas y límites entre los 3 y los 5 años. Es una etapa clave del desarrollo” dice Navarro. Y agrega: “Lo que debemos intentar, en la medida de lo posible, es incorporar estos aprendizajes en las nuevas rutinas familiares que se armaron por la cuarentena. Si vamos a almorzar todos juntos, nos vamos a lavar todos las manos antes. Son hábitos que igual van fomentando la autonomía. Después levantamos todos la mesa, aunque la niña o niño de 4 años lleve sólo una cuchara. O si después de jugar no queremos perder una hora esperando que guarden sus juguetes solos, lo correcto sería guardarlos juntos y no ordenar mientras ellos están haciendo otra actividad”.

¿Cómo les enseñamos?

La especialista explica que primero es importante decidir qué le vamos a exigir y preparar lo necesario. Si queremos que se vistan solas o solos en las mañanas, es importante que la ropa esté a su alcance, que sean prendas fáciles de poner para su edad, que le exijamos que lo hagan todos los días y que evitemos apurarlos y entregarles mensajes como ‘prefiero hacerlo yo, lo hago más rápido que tú’. También dice que es clave, antes de partir con la rutina, explicarle cómo se hace, sentarse con ellos, mostrarle dónde está la ropa y decirle que desde ese día va a ser una niña o niño más grande, que se viste solo y que lo hace muy bien. “Ese refuerzo positivo es importante porque hay un reconocimiento. Es lo mismo que ocurre con los adultos en el trabajo. Cuando vas tomando decisiones y viene tu jefe –que en el caso de las niñas y niños sería la figura de la mamá o papá– y te dice que lo hiciste bien, significa que puedes comenzar a tomar ese tipo de decisiones solo. Eso es autonomía”, aclara Karina.

Quizás los primeros días va a necesitar ayuda, pero cada día será menos. “Sobre todo en este tiempo les digo a los padres que es una suerte de inversión a futuro. Que piensen que son dos o tres semanas hasta que adquiera el hábito y luego de eso va a ser una tarea menos para ellos. Hay que tener paciencia y, aunque estemos en un periodo difícil para todo el grupo familiar, no debemos perder de vista que trabajar la autonomía de las niñas y niños tiene muchas consecuencias para su futuro, como el desarrollo de la responsabilidad y capacidad de concentración, pero principalmente la seguridad en sí mismo y el autoestima”, concluye Navarro.

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