Nuestras lectoras preguntan: Desde que emprendí me siento agotada, pero no puedo parar

emprender

La vida de los trabajadores independientes suele ser bastante romantizada. Y aunque sí tiene muchos beneficios, como la flexibilidad horaria, por ejemplo, también carga con bastante peso (emocional y físico) de ser uno mismo quién mueve la máquina. Este ‘hacerlas’ todas, sobre todo al principio, resulta extenuante, agobiante y desafiante. ¿Cómo lograr un equilibrio entre el hacer y el autocuidado? Eso es lo que necesita saber nuestra lectora.




LA PREGUNTA:

“Hace un año y medio que me independicé. Ha sido agotador, y aunque también es gratificante cumplir este sueño, he sido súper irregular en mi desempeño. Me siento muy cansada, pero como muchas emprendedoras, no puedo parar. Necesito mantener el foco a lo largo del tiempo y a la vez no ‘quemarme’”.

Rocío, 41 años

LA RESPUESTA:

Para muchas personas, emprender parece un reto cautivador y motivante, sobre todo teniendo en cuenta que ya no resulta llamativo quedarse en el mismo trabajo durante mucho tiempo. En ese sentido, llevar a cabo una idea de negocio propio, que permita gestionar el tiempo y aportar en lo que nos sentimos talentosas, puede ser muy interesante. Sin embargo, no es para todos.

“Concretar esa idea que venimos pensando hace algún tiempo, que creemos es nuestra zona de genio, puede resultar más complejo de lo que creíamos, ya que es necesario generar ciertas ganancias económicas que nos permitan vivir de ese emprendimiento, o al menos que nos genere algún aporte para que no sea solo un hobby. Es necesario planificar y gestionar un plan de negocios, por ejemplo. Sobre la marcha vemos todo lo que significa lograr el resultado esperado, sumado a que las mujeres solemos ser muy autocríticas, y hacer frente a todos los desafíos y multitareas, por lo que, muchas veces no nos quedan horas del día para hacer todo lo que esperamos. Tener todo eso en consideración, nos permitirá prepararnos técnica, mental, anímica y socialmente, así como generar redes de apoyo”, explica la psicóloga especialista en gestión de personas y emprendedora en Fortalece Consultora, Ana María Abarca.

Emprender, sobre todo al principio, requiere de estar muy presente y resolver muchas cosas, en varias ocasiones, sin apoyo. Por lo tanto, es muy natural sentirse cansada y abrumada. Hay ciertas acciones que se pueden implementar, que servirán a quienes están a punto de emprender y también a las que ya se atrevieron, como nuestra lectora.

Nutrirse de otras experiencias

“Al iniciar un emprendimiento y durante éste, conversar con otras mujeres emprendedoras permitirá contar con otras experiencias para incorporar aquellos elementos que no habíamos considerados o mejorar lo que ya estábamos haciendo. Si es posible, contar con algún referente a seguir, o alguien que nos pueda ayudar y aconsejar en nuestro proyecto. También es bueno intentar planificar desde el comienzo y ponernos metas; desafiantes pero realistas. Preguntémonos hacia dónde queremos ir con nuestro negocio, dónde nos gustaría estar de aquí a fin de año y al próximo año. Anótenlo, y vayan viendo qué necesitan para ir hacia allá”, sugiere la especialista.

Considerar las vacas flacas y aumentar la organización

Emprender es una decisión que aumenta la incertidumbre. Para que el dinero no sea una preocupación tan grande, “es bueno considerar el tiempo que podemos estar con menos o sin ingresos. Recomiendo hacer una matriz de los elementos importantes y urgentes, catalogando las acciones críticas (importantes y urgentes) y claves (estratégicas). Esto hará que la mayor parte de energía se dirija a esas actividades, que son las que más impactan el negocio, y no perder tiempo en tareas menos importantes. Con la matriz anterior, hagámonos una agenda. Nuestro cerebro necesita ciertas certezas, tratemos de programar las actividades, ojalá semanalmente, para que podamos dedicarnos a aquellas actividades claves, y no quedar con esa sensación de agobio de que hice mucho en la semana, pero no avancé nada”, aconseja Ana María.

El autocuidado, un punto para agendar

Cumplir con las tareas de esta agenda dejará espacios, así sea pequeños, para descansar y dedicar al ocio. Es bueno reconocer y celebrar lo logrado. “Un elemento central para nuestra gestión emocional es reconocernos, y las mujeres tendemos a hacerlo poco. Celebremos cada logro que tengamos, aunque lo encontremos pequeño. Reconocernos a nosotras y a nuestras amigas de forma más constante, nos ayudará a poner el foco en lo positivo. No hay que olvidar generar espacios de cuidado, parar y hacer actividades que nos hagan bien de forma diaria. Esto cuidará nuestra salud física y mental. También es importante pedir ayuda, hacer comunidad. Todo resulta mejor y más llevadero cuando contamos con más compañía. Y, por último, poner en práctica la autocompasión, no castigarnos con lo que no resultó como queríamos, es parte del aprendizaje. Nos aporta resiliencia y sabiduría, en caso que queramos intentar otro emprendimiento”, concluye.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.