Otoño en el Parque Metropolitano
Aunque se acabó la temporada de piscinas, el gigantesco parque santiaguino que se extiende sobre el cerro San Cristóbal sigue repletándose: cada fin de semana, 20 mil personas visitan este vergel urbano, el cuarto más grande del mundo. Aquí, novedades para redescubrirlo con el cambio de follaje.
Paula 1170. Sábado 28 de marzo de 2015.
Aunque se acabó la temporada de piscinas, el gigantesco parque santiaguino que se extiende sobre el cerro San Cristóbal sigue repletándose: cada fin de semana, 20 mil personas visitan este vergel urbano, el cuarto más grande del mundo. Aquí, novedades para redescubrirlo con el cambio de follaje.
Los aborígenes lo llamaban Tupahue, que en mapudungún significa "lugar de Dios", pero el Cerro San Cristóbal obtuvo su nombre actual en 1540 cuando Pedro de Valdivia, tras acampar a sus pies al llegar de Perú, lo bautizó en honor al patrono de los viajeros. Muchos ignoran que de este cerro salieron las piedras para construir calles de la ciudad y hasta pisos del Palacio de La Moneda, ya que funcionó como cantera desde 1780. Para comienzos del siglo XX, los frecuentes derrumbes causados por la explotación, sumados a los reiterados pedidos de convertir la zona en parque, llevaron a que en 1917 se promulgara la ley de expropiación de terrenos y creación del parque, con un diseño encargado al celebrado paisajista franco-argentino Carlos Thays. Con la inauguración del funicular y del Zoológico Nacional en 1925 el parque se amplió, y en 1966 todo el conglomerado –junto a la piscina Tupahue y la Casa de la Cultura Anahuac, inauguradas el mismo año– pasó a ser el Parque Metropolitano de Santiago: el parque urbano más grande de Chile, con 737 hectáreas verdes en pleno Santiago, que al año recibe 4,5 millones de visitas.
Llegar en bicicleta
Hay tres rutas pavimentadas para subir y bajar el Cerro San Cristóbal en bicicleta, una de las actividades deportivas preferidas por los visitantes: por Pío Nono (5,5 km), Pedro de Valdivia (3,9 km) y una que comienza en La Pirámide (6,6 km). En la cumbre hay un sistema gratuito de custodia de bicicletas.
Todos los sábados y domingos, entre 9:30 y 13 hrs, hay talleres gratuitos de yoga, zumba y gimnasia aeróbica, entre otros.
Comer en un nuevo restorán
Vista: pocos restoranes hacen honor a su nombre tan literalmente como este: frente a las mesas del Vista –que abrió a mediados de 2014, donde antes funcionaba la Enoteca– se despliega uno de los paisajes más majestuosos de la ciudad, que en los días más limpios permite admirar la imponente Cordillera de los Andes. Ambientado con muebles sobrios de aires vintage, la comida está a la altura del espacio, a cargo del chef Nicolás Barrios, quien se formó en España y luego trabajó con el banquetero chileno Guillermo Rodríguez: centolla magallánica con quínoa y caviar negro ($ 7.800), lomo de ciervo con strudel de berenjenas y arándanos ($13.000) y una selección de aguas chilenas minerales, glaciares y termales. Acceso por Pedro de Valdivia Norte, fono 22335 4463. www.vistasantiago.cl
Dos imperdibles este mes
Documental en el Zoo: además de los 1.000 animales nativos y exóticos para conocer en el Zoológico Nacional –que recibe casi 6.000 visitas cada fin de semana–, en abril se exhibirá en el ZooCine el documental Entre animales, que muestra el trabajo tras bambalinas que realizan veterinarios, guardafaunas, personal de nutrición y educadores en el lugar.
Hacer la ruta patrimonial al mural tupahue: la tercera semana de abril, este recorrido guiado invita a conocer algunos hitos del parque, como el Santuario de la Inmaculada Concepción, el Torreón Victoria y el Salón Tudor, entre otros, a través de una charla íntima: solo 20 personas por salida. Gratis (no incluye el valor del funicular). Fono 22730 1473.
Conocer la flora nativa chilena
Los fines de semana hay recorridos guiados para conocer el Jardín Botánico Mapulemu, un edén de 4,5 hectáreas creado hace más de 30 años y habitado por todo tipo de flora nativa: palqui, chagual, canelo, maitén, pehuén, litre o guayacán. Muchas de estas especies se cultivan dentro del mismo parque, en el vivero We-Aliwen, donde se trabaja en reproducción, conservación e
investigación forestal. "En el parque estamos haciendo la reforestación más grande de la Región Metropolitana: 100 mil árboles nativos que contribuyen a bajar la temperatura, reducir el dióxido de carbono y capturar hasta 50 toneladas de polvo en suspensión al año. Es un aporte ecosistémico impresionante", dice Mauricio Fabry, director del parque. Sábados y domingos, 11 y 15 hrs. Entrada liberada.
Palqui
Paseo por el Jardín Japonés: diseñado en 1978 por el arquitecto Tadashi Asahi, ostenta cerezos que en primavera dan su icónica flor. Gratis.
Coordenadas
Pío Nono 450, Recoleta. El parque abre todos los días y es gratuito para peatones y ciclistas. Horarios, accesos, precios para vehículos y mapa en www.pms.cl
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