36 horas y seis escalas: los detalles de la travesía de Boric para arribar a China

Boric en China
El Presidente en su arribo a Chengdú.

Lecturas sobre el país asiático, juegos de mesa y hasta pan de masa madre hecho por el ministro Juan Carlos Muñoz acompañaron el largo vuelo de ida del Mandatario, en el que, además, aprovechó de ponerse al día en reuniones con los secretarios de Estado que lo acompañan.


Eran alrededor de las 11.00 del jueves pasado cuando el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, apareció en el aeropuerto de Chile. La imagen sería habitual, de no ser porque el día anterior, a las 19:44 horas, había subido una foto en el mismo lugar para anunciar su viaje a China, el primero en el mandato del Presidente Gabriel Boric.

El motivo fue que habían cancelado el vuelo del canciller a Sao Paulo, por lo que tuvo que cambiar todo su itinerario de un viaje que sabían que iba a ser complejo y finalmente tuvo que optar por la conexión Buenos Aires-Frankfurt-Chengdú, este último lugar donde Boric aterrizó este sábado al mediodía.

Al Mandatario lo esperaban varias actividades en el país asiático: estrenar la Chile Week este domingo y para participar del Foro de la Franja y la Ruta en Beijing, como parte de una visita internacional que tiene como foco fortalecer la alianza comercial y estratégica entre ambos países, con énfasis en reactivación económica, tecnología, infraestructura e innovación.

El vuelo del Presidente -en el que lo acompañaban los ministros Camila Vallejo (Segegob), Juan Carlos Muñoz (Transportes), Jessica López (Obras Públicas) y la subsecretaria Claudia Sanhueza (el resto de la delegación viajó en vuelos comerciales)- finalmente duró alrededor de 36 horas, tuvo seis paradas -Brasil, Cabo Verde, Madrid, Egipto, India y China- y dejó varias anécdotas.

Los integrantes del gabinete, de hecho, fueron preparados para la odisea de un trayecto tan extenso. La vocera, por ejemplo, llevó un juego de mesa llamado Dobble -en el que le ganó a la mayoría de los pasajeros- y varias lecturas en su Kindle, entre ellas, una sobre la historia política reciente de China y su Presidente, Xi Jinping, con quien se reunirá este martes junto al Presidente.

El jueves el Mandatario llegó algo atrasado al Grupo 10 de la FACh -desde donde despegó el vuelo-, porque salieron conversaciones impostergables en La Moneda que tenían que ver con la delicada situación que enfrenta el Presupuesto 2024 -bajo el fuerte asedio de la oposición contra la directora, Javiera Martínez-, y también la discusión por el fallo de las isapres y la solución que propuso la Comisión Técnica del Senado.

Apenas el avión abandonó el país, el partido de fútbol de Chile contra Perú fue tema inmediato y Boric no escondía su frustración al no poder ver el encuentro. El más futbolero de los presentes fue el ministro Muñoz, quien, en medio de la escala en Brasil, se acercó a la prensa a ver el gol del empate de Uruguay contra Colombia en Barranquilla.

También aprovechó de mostrar su talento con el balón: compartió un video jugando por su equipo “Newcastle” en el que se pasaba al arquero con lujo incluido. Pero del resultado de Chile no hubo noticias hasta la segunda parada en Isla Sal, Cabo Verde, cuando llegaron los aplausos.

Entre medio, nuevamente el protagonismo se lo robó Muñoz, quien compartió un pan de masa madre a todos los presentes en el vuelo que él mismo había preparado días antes. Aunque también los tripulantes se ganaron aplausos y buenas palabras de parte de las autoridades, por el servicio a bordo, ya que a pesar de lo largo del vuelo hubo varias sorpresas, incluidos churros con chocolate.

Al llegar a Madrid, la tercera parada, recién Boric pudo ver los goles del triunfo de Chile y no escondió su felicidad al enterarse de que dos jugadores con pasado en Universidad Católica -equipo del que el Mandatario es hincha- habían sido protagonistas en el segundo gol de Chile. Para celebrar hizo el gesto de la franja, maniobra clásica de los hinchas cruzados.

Pero no todo fue fútbol en Madrid. El embajador de España, Javier Velasco (muy cercano a Boric), lo esperó para verlo en la escala, pese a lo corta de la parada. El diplomático, luego de darle un abrazo apretado a Boric y saludar a todos los presentes, consiguió una salita para que los pasajeros pudieran estirar, por primera vez, las piernas debajo del avión. Los más hambrientos aprovecharon de probar el jamón ibérico.

En ese lugar, además, Boric homenajeó a los pilotos que han realizado los vuelos humanitarios a Tel Aviv, los comandantes Cristián Jiménez y Enzo Penna. Con un discurso, aplausos y un palmetón en la espalda los alentó para sus próximas travesías.

Luego, rápidamente el Mandatario volvió a su despacho en el avión para retomar la lectura (reconoció que en las últimas semanas estuvo leyendo sobre historia política de China). En el mismo lugar, durante el extenso viaje, Boric aprovechó de ponerse al día con los ministros presentes, convocándolos uno a uno a conversar a su oficina.

El siguiente destino fue Sharm El-Shejj, Egipto, donde nuevamente hubo espacio para estirar las piernas en los salones VIP del aeropuerto. Eso sí, el Presidente no bajó del avión, por lo que el embajador Roberto Ebert se quedó con las ganas de saludarlo, aunque no había informado de su presencia.

Así se lo manifestó el diplomático a los ministros. “Mándele saludos al Presidente. Lo esperamos con los brazos abiertos en Egipto”, le dijo el embajador a los ministros, antes de subirse al transporte que regresaba a todos al avión. En ella el ministro Muñoz, aprovechó de bromear: “Estoy fiscalizando, donde están sus tarjetas BIP”.

La última escala en la India, a diferencia de las anteriores, no tuvo mucho movimiento, ya que todos estaban ansiosos por llegar y ya el Presidente preparaba sus primeras actividades de la gira. Pero hubo un episodio que disfrutaron los presentes: en el último tramo, a la izquierda del avión, se alcanzó a ver el monte Everest, por lo que los ministros, como Muñoz y Jessica López, sacaron celulares para guardar el registro.

Del viaje a China, más allá de la incertidumbre por la comida y la expectación por los lugares turísticos, ninguna de las autoridades quiso adelantar mucho. Han advertido y reiterado que es muy importante plantear los asuntos políticos, sobre todo en materia de derechos humanos, en reuniones privadas y no en lo público, porque China es el principal socio comercial y estratégico de Chile.

El encuentro más importante será el martes, cuando Boric se reúna con su par chino, Xi Jinping, en el Foro de la Franja y la Ruta. En esa instancia, además, existe incertidumbre por la eventual presencia del mandatario de Rusia, Vladimir Putin. En todo caso, en el gobierno de Chile aún no hay novedades sobre si el Presidente se encontrará finalmente o no por primera vez con uno de los líderes que más ha cuestionado por su actuar en la guerra de Ucrania.

”Quiero que el Presidente Xi sepa y ratifique la visión de que Chile no es solamente un socio confiable, sino un socio estratégico para China en el mundo”, dijo Boric en sus primeras palabras en el gigante asiático.

Luego partió a sus actividades del primer día: una clase magistral junto a estudiantes de la Universidad de Sichuan, una reunión junto al secretario del Partido Comunista de Sichuan, Wang Xiaohui, y el gobernador Huang Qiang.

Posteriormente, dejó un espacio para conversar con los parlamentarios y autoridades chinas. En la cena, el senador Iván Moreira (UDI) se le acercó al Presidente para hacer un brindis con “baijiu” (bebida alcohólica típica de China) y aprovechó de bromear: “Este es el único país en que hago brindis con los comunistas”, le dijo el parlamentario a Boric.

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