Acuerdo nacional: Gobierno, Chile Vamos y oposición fijan plazo de dos semanas para alcanzar pacto
Fuerzas políticas -desde la UDI al Frente Amplio- se reunieron ayer y consensuaron un diseño de trabajo para avanzar en un acuerdo en materia de protección social, reactivación económica y estrategia fiscal. Pese a eso, desde la oposición cuestionaron el rol del ministro Mañalich e, incluso, algunos pidieron su renuncia.
Dos semanas. Ese fue el plazo que se fijaron este viernes el gobierno junto a Chile Vamos y la oposición -desde la DC al Frente Amplio- para lograr un pacto acotado que permita hacer frente a la emergencia provocada por el coronavirus.
En una reunión liderada por los ministros Gonzalo Blumel (Interior), Ignacio Briones (Hacienda) y Sebastián Sichel (Desarrollo Social) y a la que se sumaron los presidentes partidistas de la DC, el PPD, el PR y RD, además de la UDI, RN, el PRI y Evópoli, las fuerzas políticas consensuaron un diseño de trabajo para avanzar en tres áreas: protección social, reactivación económica y estrategia fiscal.
Y si bien la cita estuvo marcada por momentos tensos y recriminaciones de la centroizquierda respecto del manejo del Ejecutivo ante la pandemia y, particularmente, hacia el liderazgo del ministro de Salud, Jaime Mañalich, tanto desde la oposición como desde Chile Vamos valoraron que, al menos, se haya logrado establecer algunos consensos para iniciar un trabajo coordinado.
“Valoramos la disposición de los presidentes de partido para buscar un acuerdo por la protección social y la reactivación económica. Ahora iniciaremos un trabajo para concordar propuestas que permitan apoyar a las familias y recuperar nuestra economía, con un foco especial en el empleo que es la principal prioridad”, sostuvo Blumel tras la cita, destacando que el Ejecutivo quedó “muy conforme”.
Finalmente, el diseño que terminó imponiéndose fue viabilizar el diálogo técnico mediante las comisiones de Hacienda del Congreso. Según explicaron los dirigentes, la idea es que los proyectos de ley e iniciativas que se vayan consensuando en lo político, queden plasmados en redacciones que estarán a cargo de los integrantes de esas instancias. Adicional a eso, si bien no participarán de la deliberación, se manifestó la intención de algunos de contar con el apoyo de expertos.
Con todo, al término de la reunión los partidos definieron quiénes serían los parlamentarios que los representarían durante las negociaciones. Así, por parte de la oposición se convocó a los senadores Carlos Montes (PS) -quien trabajará en coordinación con los diputados Manuel Monsalve y Marcelo Schilling-; Ricardo Lagos Weber (PPD); los diputados Giorgio Jackson (RD); Alexis Sepúlveda (PR) y José Miguel Ortiz (DC).
Las colectividades de Chile Vamos, por su parte, designaron a los senadores Juan Antonio Coloma (UDI) y José García Ruminot (RN).
Este mismo viernes, el ministro Briones sostuvo un encuentro, que ya estaba agendado, con los miembros de la comisión de Hacienda del Senado donde se fijó un marco de trabajo. El jefe de las arcas públicas propuso a los legisladores que esa labor se diera con el apoyo de los economistas que redactaron la propuesta del Colegio Médico, entre ellos, Andrea Repetto, Rodrigo Valdés y José De Gregorio, a quienes se sumaría el exsubsecretario de Economía, Álvaro Díaz, y otros técnicos ligados a la derecha.
Con todo, el hito fue valorado por la centroizquierda. El presidente del PS, Álvaro Elizalde, aseguró que “hemos concurrido a este diálogo de urgencia para enfrentar la emergencia de buena fe, pero esperamos que el gobierno tenga real voluntad de escuchar”. Mientras que su par de la DC, Fuad Chahin, señaló: “concurrimos para iniciar un trabajo con sentido de urgencia, para lograr dar respuestas satisfactorias a millones de familias”. En la misma línea, se manifestaron Heraldo Muñoz y Carlos Maldonado.
Desde Chile Vamos, en tanto, los dirigentes oficialistas también destacaron la apertura al diálogo. “Tuvimos una reunión positiva sobre la necesidad de acuerdo para la protección social y la reactivación económica. Fue un diálogo con sentido de urgencia que permite ir construyendo las bases de un acuerdo”, señaló el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, mientras que su par de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, destacó que “se avanzó, se llegó a que esto tiene que ser un tema acotado (...). Demuestra que en todos los sectores hay sentido de urgencia para sacar esto adelante”.
Las tensiones y los dardos a Mañalich
Que al ministro Mañalich se le acabó la “línea de credibilidad” para enfrentar la emergencia sanitaria y una serie de cuestionamientos al hecho de que el gobierno marginara del encuentro a partidos sin representación parlamentaria en las comisiones de Hacienda del Congreso. Esos fueron algunos de los puntos que provocaron momentos de tensión y terminaron, inevitablemente, marcando la cita.
Pese al nivel de consenso que se alcanzó en el encuentro, la centroizquierda no perdió la oportunidad para manifestar sus reparos a la forma en que La Moneda ha enfrentado la pandemia.
Fueron Carlos Maldonado (PR), Catalina Pérez (RD) y Heraldo Muñoz (PPD), quienes al tomar la palabra cuestionaron duramente al titular de Salud. Según presentes, los dirigentes apuntaron a la supuesta “falta de credibilidad” del secretario de Estado para seguir liderando la cartera y, asimismo, a sus polémicas declaraciones en que admitió no conocer los niveles de pobreza y hacinamiento que han quedado a la vista en el país con la crisis del coronavirus.
En ese sentido, durante la cita los timoneles señalaron que Mañalich había perdido el “crédito” y remarcaron que la discusión sobre un posible acuerdo económico debía ir acompañada de la estrategia sanitaria, materia que, dicen desde la oposición, el oficialismo no quiso abordar. Estas críticas, incluso, fueron más duras a la salida de la cita, donde los dirigentes llegaron a solicitar públicamente que el titular de Salud “diera un paso al costado”.
En la misma línea, con un tono crítico, pero según destacan en el gobierno “más constructivo”, se manifestó Elizalde, quien reafirmó que el diálogo debía ser acotado, que la principal responsabilidad era del gobierno y que su partido esperaba que esta vez el Ejecutivo escuchara realmente sus planteamientos. Asimismo, cuestionó la estrategia de “vuelta a la normalidad” que impulsó el gobierno a principios de mayo y destacó que cualquier “medida sanitaria sería un fracaso si no se acompaña de protección social”.
No obstante, Larraín Matte luego advirtió a sus pares de la centroizquierda que no correspondía que se emitiera ese tipo de críticas ni menos deslizar solicitudes de “renuncia” en ese espacio. A su vez, Van Rysselberghe habría defendido la gestión de Mañalich, apuntando a que las críticas no “contribuían” a la discusión. Desde RN, en tanto, Mario Desbordes subrayó que la política sanitaria debía ser conducida por el Ejecutivo. Finalmente, habría sido el ministro Blumel quien zanjó la polémica pidiendo a los invitados “no desviar el foco” del debate.
“Críticas a la conducción sanitaria son legítimas pero se deben hacer en la mesa social Covid o en las comisiones de salud en el Congreso. Yo creo que no hay que agregar temas, es condenar el trabajo el fracaso. Hay que concentrarse exclusivamente en medidas sociales y económicas”, sostuvo tras la cita Desbordes.
Otro momento de tensión se dio cuando los partidos de la oposición cuestionaron que el Ejecutivo haya “marginado” de la cita a colectividades del sector que no tienen representación parlamentaria en las comisiones de Hacienda del Congreso, pero de todas formas haya convocado a partidos oficialistas como Evópoli o el PRI, quienes no cumplen con ese criterio al no contar con integrantes en dichas instancias.
La determinación complicó particularmente al Frente Amplio, coalición que el día anterior había acusado al Ejecutivo de no estar haciendo una invitación abierta, pese a que sus partidos se habían mostrado disponibles a concurrir a un diálogo.
En ese sentido, el punto fue planteado por la presidenta de RD y luego respaldado por sus pares de la centroizquierda. Según presentes, la diputada apuntó directamente a Blumel y le señaló que no había “excusa” para excluir a otras colectividades.
Así, desde la oposición manifestaron que ese hecho “agravaba gratuitamente” las condiciones para un diálogo, debido a que, según algunos de ellos, no sería “sostenible” iniciar una conversación con exclusiones. Sin embargo, según explican, el punto no habría sido recogido por el oficialismo de forma directa, aunque otras fuentes señalan que se planteó buscar fórmulas para incluir a otras fuerzas al trabajo.
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