Bassa y propuesta de Vamos por Chile de mantener período presidencial: “Busca obtener un rendimiento electoral de corto plazo”

Jaime Bassa 03

El vicepresidente de la Convención Constitucional explicó que la constituyente ya tiene una regulación “respecto del proceso a través del cual se llevan adelante las discusiones de norma constituyente”. No obstante, considera “razonable" que el próximo período presidencial se ejecute íntegramente, "pensando en que haya ahí un espacio de estabilidad, de certeza, para que se puedan discutir correctamente las leyes que van a implementar los cambios que represente la nueva Constitución”.


El miércoles pasado, 16 convencionales de Vamos por Chile ingresaron una norma transitoria para mantener el período parlamentario y presidencial de las autoridades recientemente electas.

Pero la indicación presentada por la derecha no fue vista con buenos ojos por parte del vicepresidente del órgano, Jaime Bassa, quien la calificó de “irregular”, “oportunista” e “impertinente”.

Durante un seminario organizado por la Universidad de Valparaíso -en la facultad de Ciencias Sociales-, el constituyente por el distrito 7 conversó con La Tercera PM y explicó que la Convención ya cuenta con un procedimiento para llevar adelante este tipo de discusiones. No obstante, consideró “razonable” que el próximo período presidencial se ejecute íntegramente.

¿Qué le parece la propuesta que presentaron convencionales de la derecha, de comprometer que el próximo período presidencial se complete?

Es importante respetar los procesos de discusión y deliberación que lleva adelante la Convención Constitucional, sin prefigurar o condicionar anticipadamente los márgenes de esas discusiones, ni mucho menos los contenidos de las discusiones que se llevan adelante. La constituyente tiene una regulación respecto del proceso a través del cual se llevan adelante las discusiones de norma constituyente. Y esta propuesta que está haciendo la derecha es una propuesta no solamente irregular, sino que además muy oportunista. Porque se salta el proceso de generación de la norma constituyente, que contempla nuestro propio reglamento, y además no tiene por finalidad colaborar con el proceso constituyente, sino que obtener un rendimiento electoral de corto plazo.

¿A qué se refiere con “rendimiento electoral de corto plazo”?

Esta no es la primera iniciativa que lleva adelante la derecha dentro de la Convención que busca tensionar la discusión al interior de la constituyente, con cuestiones de contingencia política, que no están vinculadas con el mandato popular que hemos recibido, sino con los procesos electorales que están en marcha y que buscan muchas veces arrinconar e incomodar a ciertos candidatos, o ciertas candidaturas, con temas que no son propiamente de discusión constituyente.

¿Es pertinente que un grupo de convencionales intente dejar amarrados ciertos temas antes de que empiece la discusión de fondo?

Los constituyentes nos debemos al mandato que hemos recibido del pueblo. Ese mandato significa que en mayo, junio, de 2022, le entreguemos a la ciudadanía un proyecto de nueva Constitución que la ciudadanía pueda conocer, estudiar y someter a plebiscito. Y creo que debemos ser muy respetuosos de llevar adelante esos procesos de deliberación, de manera abierta, democrática, sin triquiñuelas y sin tratar de obtener rendimiento electoral de corto plazo (...). Desde esa perspectiva, sí, es impertinente.

¿Le parece razonable lo que está pidiendo la derecha, con esta norma transitoria? ¿Es la primera vez que lo hace?

Esta es la primera vez que la derecha hace algo como esto, que es tratar de prefigurar el contenido de la deliberación.

¿Y la solicitud respecto a la libertad de enseñanza?

Así de la forma cómo lo están haciendo, formalmente, como si se tratara de una iniciativa constituyente, es la primera vez que lo hacen.

¿Pero es razonable?

El proceso de implementación de la nueva Constitución va a tardar un tiempo que hoy día es difícil de determinar, porque hay muchos cambios que se están avizorando, según lo que se ha conversado en otras comisiones temáticas, como la de forma de Estado o de sistema de justicia, que muy probable van a significar cambios importantes en la estructura orgánica del Estado. Y la implementación de esos cambios tiene que programarse en el tiempo. Pensando en esa programación (...) a mí efectivamente me parece razonable que el primer período de implementación de esos cambios se desarrolle a lo largo de todo el período que significa la próxima legislatura ordinaria, y que permita al Presidente, sea cual sea, llevar adelante todo su mandato con esa primera función de implementar la nueva Constitución. Lo mismo del período legislativo ordinario, que va también de marzo de 2022 a marzo de 2026.

Entonces, ¿usted es partidario de que se complete el próximo período presidencial?

Creo que estas son definiciones que tiene que tomar la Convención Constitucional, en atención a los cambios que se introduzcan en la nueva Constitución. Pero dada la programación necesaria para la implementación progresiva de esos cambios, parece razonable que el próximo período presidencial se ejecute íntegramente, pensando en que haya ahí un espacio de estabilidad, de certeza, necesario para que se puedan discutir correctamente las leyes que van a implementar los cambios que represente la nueva Constitución.

¿Esto de “razonable” lo dice como Jaime Bassa, convencional constituyente?

¿Y cómo más podría ser? (risas). Lo encuentro razonable en cualquier escenario.

Anteriormente, usted había dicho que era posible que se acortaran los plazos.

Es que claro, una cosa es identificar los escenarios posibles y otra cosa distinta es tomar postura respecto a esas posibilidades. Efectivamente es una alternativa, que el articulado transitorio de la nueva Constitución establezca un régimen de transición entre las viejas instituciones y las nuevas, que eventualmente signifique acortar algún período, algún mandato de alguna autoridad. Pero desde mi perspectiva, a mí me parece más razonable pensar hoy día que el proceso de implementación de la nueva Constitución requiere un período de estabilidad para poder llevar adelante las reformas legales necesarias.

Esto que usted está planteando, ¿sería tanto para el candidato Gabriel Boric como José Antonio Kast?

El mandato que tiene la Convención Constitucional, el ejercicio del poder constituyente, se va a llevar adelante con plena independencia de quién sea la persona que ocupe el cargo de Presidente de la República. Lo mismo respecto de la forma en que se distribuyen las correlaciones políticas en el Congreso nacional. Con radical independencia de quién sea el próximo Presidente, la constituyente tiene que cumplir el mandato que recibió del pueblo, y va a llevar adelante ese encargo de ejercicio del poder constituyente hasta el final.

Régimen parlamentario y Congreso unicameral

Usted se ha manifestado a favor de establecer un régimen parlamentario en la nueva Constitución, ¿qué beneficios observa?

Chile se caracteriza hoy por ciertas dinámicas de concentración del poder y de acumulación de la riqueza, que son estructurales (...). Y toda esa lógica de concentración del poder tiene varias manifestaciones. Una es la concentración del poder territorial en la capital. Otra es la concentración del poder funcional en el Presidente, que es jefe de Estado, de gobierno, de la administración (...). Y eso genera varios problemas. Primero, los regímenes de responsabilidad, en el derecho comparado, distinguen las funciones. Hay regímenes de responsabilidad para el jefe de Estado y para el jefe de gobierno. En un modelo presidencial al tener concentradas las funciones en la misma persona tú no puedes hacer efectiva la responsabilidad del jefe de gobierno sin hacer efectiva la responsabilidad del jefe de Estado, porque es la misma persona.

¿Y en el régimen parlamentario?

El régimen parlamentario te permite hacer esa distinción, de funciones encargadas a personas distintas: jefe de Estado y jefe de gobierno. Y hacer efectivas las responsabilidades por la ejecución del programa de gobierno en una persona, o la representación del Estado en otra. Por otro lado, una de las gracias que tiene el régimen parlamentario es que deja en evidencia que la política es una acción colectiva, que se construye a partir de programas y proyectos que se levantan en conjunto (...). Y no es funcional a la concentración del poder en el Presidente, porque le entrega las facultades de gobierno a una asamblea. Y esa dinámica de distribución del poder político es muy característica del tipo de demanda que estamos viendo en la sociedad hoy en día, por mayor autonomía, representación y participación. Esas tres dimensiones: autonomía, representación y participación se realizan mucho mejor en un régimen parlamentario, donde gobierna una asamblea, que en un régimen presidencial donde gobierna una sola persona.

¿Y en el Congreso unicameral?

En Chile tenemos un bicameralismo simétrico, donde la Cámara Alta y la Cámara Baja cumplen exactamente las mismas funciones (...). Además, representan políticamente lo mismo. Hay distritos que eligen la misma cantidad de senadores y diputados, lo que es una anomalía. La única justificación que podemos encontrar para tener una segunda cámara es tener, en esa segunda cámara, una forma de representación territorial, si es que tuviéramos una forma de Estado no unitaria. O bien tener ahí un tipo de organismo de control o de representación plurinacional. Sin embargo, un régimen unicameral no solamente hace más eficiente el proceso legislativo, porque lo hace mucho más simple...

¿Y expedito?

Y expedito. Es lo que hemos visto en la constituyente, que es un órgano legislativo unicameral y ha funcionado bien. Sino que además permitiría reunir en un mismo espacio de representación institucional formas de representación distintas, por ejemplo, representación proporcional (...), territorial, con escaños reservados y en un régimen de paridad. Y eso generaría condiciones institucionales para que distintas formas de representación concurran en un mismo espacio institucional, y dialoguen en condiciones de igualdad (...) creo que es interesante combinar las dos cosas: el sistema unicameral pero con un sistema electoral mixto, que permita representación proporcional, territorial y plurinacional.

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