Bolivia envía señal a la corte y dice que tiene propuestas para negociar
Evo Morales aseguró que está disponible para restablecer relaciones diplomáticas si se generan las condiciones. Nuestro país endureció el tono y acusó al mandatario paceño de actuar con doble estándar.
Un día de contrastes fue el que se vivió el lunes en La Haya, tan cambiante como la temperatura que se registró en esta ciudad holandesa donde tiene su sede la Corte Internacional de Justicia. Primero, en el alegato final, Bolivia envió una señal a los jueces de que estaría preparada para ofrecer a Chile propuestas "modernas" y "de mutuo beneficio" en caso de que se obligue a nuestro país a negociar una salida soberana al océano Pacífico.
"Bolivia tiene propuestas concretas para poner sobre la mesa de negociaciones. Bolivia busca que ambos países tengan una relación ganador-ganador. Chile tiene simplemente que aceptar esta oferta de buena fe y cumplir de manera consistente con su promesa histórica", afirmó casi al finalizar su discurso el coagente boliviano Sacha Llorenti.
Ante los jueces, el también embajador de Bolivia en la ONU aseguró que "hacia adelante, Bolivia está dispuesta a generar las condiciones necesarias para reanudar las relaciones diplomáticas", aunque no mencionó qué condiciones previas requería su país ni el momento para hacerlo.
Bolivia rompió relaciones en 1968, tras acusar a Chile de desviar las aguas del río Lauca. En 1975, las volvió a restablecer en el marco de las negociaciones por el Acuerdo de Charaña, pero las volvió a cortar en 1978, tras el fracaso de las conversaciones. Desde entonces, los dos estados mantienen relaciones sólo a nivel de consulados generales.
La idea fue deslizada por el Presidente Evo Morales durante su paso por Santiago el 11 de marzo, cuando pidió disculpas al pueblo chileno por "las interpretaciones" de algunos de sus mensajes ofensivos contra Chile y sus autoridades, junto con señalar que tendía "la mano al pueblo chileno". Sobre esa frase volvió el lunes el agente Eduardo Rodríguez Veltzé. "Bolivia ha tendido la mano, ha dado señales muy concretas aquí en La Haya de dar las condiciones para restablecer las mejores condiciones de acercamiento, incluso diplomático", dijo.
De hecho, el agente boliviano recordó que cuando ejerció de manera transitoria la presidencia de Bolivia logró acercamientos con el entonces mandatario chileno Ricardo Lagos en temas de libre tránsito de personas, aunque no llegó a tocar el tema marítimo.
El tono de las autoridades bolivianas contrastó con el que usaron algunos de sus abogados durante los alegatos e, incluso, con el del Presidente Morales, quien en su primera declaración desde el Palacio de La Paz, al finalizar las exposiciones, no dudó en descalificar la validez del Tratado de 1904. "El Tratado de Paz y Amistad de 1904 no garantiza ni paz ni amistad. Fue un tratado impuesto, injusto e incumplido, que no establecía el derecho de Bolivia a obtener un acceso al mar", dijo.
Poco antes, en los alegatos, el abogado Antonio Remiro Brotons comenzó señalando que "ni Dios ni la corona de España le dieron a Chile el litoral de Atacama: Chile se apropió tras invadir, violando los tratados sacrosantos que hoy pide respetar". El alegato del español tuvo un fuerte componente emocional, el que caracterizó buena parte de la argumentación boliviana del lunes. El abogado habló de Bolivia como "un vecino herido", mientras que la francesa Monique Chemillier-Gendreau dijo que "Chile asume el papel de carcelero de un pueblo cautivo".
Estas frases no eran un mero recurso estilístico para atraer la atención de los jueces. Bolivia planteó su demanda como un "caso de justicia" que está "enraizado en el derecho internacional", interpelando a los magistrados a ir más allá del derecho internacional para dar solución a la controversia. Así, una vez más Bolivia apeló a la conciencia de los jueces y los instó a aprovechar este caso como una oportunidad para sentar jurisprudencia que permita solucionar otras controversias a nivel mundial.
Pero, sin duda, el tema más fuerte de las intervenciones fue el de las resoluciones de la OEA entre 1979 y 1983. Tres de los seis abogados de Bolivia las mencionaron para intentar demostrar que hay un tema pendiente que fue reconocido por ese organismo. En ese momento, los abogados mostraron una carta de 1983 del entonces canciller de Pinochet Miguel Alex Schweitzer, dirigida a su homólogo colombiano, en la que dice que el tema marítimo es algo "pendiente".
El equipo jurídico chileno había previsto que podría exhibirse ese documento, pues se trataba de una de las frases "más desafortunadas" que consta en los registros. El domingo en la noche, mientras preparaban minutas para reforzar los alegatos con que Chile responderá este miércoles a Bolivia, el subsecretario y coagente Alfonso Silva solicitaba encarecidamente a los abogados asesores que tuvieran copia de la carta de Schweitzer.
Bolivia también exhibió como pruebas declaraciones del ex secretario general de la OEA José Miguel Insulza a un periódico boliviano, señalando que éste era un tema de preocupación hemisférica.
Las resoluciones de la OEA permitieron a Bolivia retrucar el planteamiento de Chile de que el acuerdo fallido de Charaña había puesto fin a las negociaciones en 1978 y, de esa forma, fortalecer la tesis de de que hay continuidad en los "compromisos" de Chile.
También les permitió insistir en que lo único que solicitan es que se devuelva a Chile a la mesa de negociación, en cumplimiento de la carta de Naciones Unidas y de la OEA, que llaman a los estados a solucionar sus controversias de manera pacífica. Este es, sin embargo, el piso mínimo que pide Bolivia y con el que pretenden asegurar una salida para que los jueces puedan dar un fallo que acoja parcialmente lo que pide ese país. Tres veces, Bolivia sostuvo que esta era una obligación de negociar por conducta, pero en otros pasajes ese país volvía a solicitar que el fallo estableciera una obligación de negociar con resultado, es decir, que la negociación sólo puede terminar cuando Bolivia consiga alguna fórmula de acceso soberano al mar que la satisfaga.
"Bolivia insiste en despojarnos de nuestros territorios soberanos, sin importarle ni el derecho internacional ni el Tratado de 1904 ni la tragedia humanitaria que eso implicaría", dijo el canciller Roberto Ampuero tras los alegatos.
Endureciendo el tono, Chile advirtió a la corte la tragedia humanitaria que podría generarse en el norte, si es que se acoge la demanda boliviana, por el desplazamiento de "miles y millones de chilenos" que viven en los territorios que Bolivia reivindica. A las críticas se sumaronvarios de los parlamentarios chilenos que son parte de la delegación. El senador RN Andrés Allamand, incluso, calificó a Morales de "aspirante a dictador".
Pese a la escalada que se produjo en el tono de las declaraciones, las dos delegaciones se reencontraron a las 16 horas en el Palacio de La Paz, en una recepción protocolar que les brindó la corte a los representantes de las dos partes y en la que, obviamente, estaba prohibido hablar del caso.
Al cóctel llegaron siete jueces, entre ellos el presidente del tribunal, el somalí Abdulqawi Ysuf. Según miembros de la delegación chilena, Morales no compartió con los chilenos y se mantuvo la mayor parte del tiempo en compañía de sus ministros y miembros cercanos de su delegación.
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