Daniela Peñaloza, alcaldesa de Las Condes: “El proyecto político de la centroderecha, tal como lo conocemos, está muerto”

daniela peñaloza

La alcaldesa de Las Condes entrega su diagnóstico sobre la situación que atraviesa el sector tras la derrota presidencial en diciembre pasado y dice que con el triunfo del Frente Amplio hay un cambio de paradigma en la política. “Fuimos muy reactivos a lo que estaba pasando. Nos movimos en el diagnóstico de la izquierda”, dice.


“No estoy disponible a perfumar el cadáver”, comentó el miércoles de la semana pasada, en el marco de un conversatorio del IES, la alcaldesa de Las Condes, Daniela Peñaloza.

La jefa comunal hacía alusión a unos dichos del columnista Pablo Ortúzar, quien habló de la necesidad de renovación en la derecha, una visión que ella comparte. En esta entrevista, Peñaloza profundiza en su mirada crítica respecto de la situación que enfrenta el sector y afirma que “fuimos muy reactivos a lo que estaba pasando. Nos movimos en el diagnóstico de la izquierda”.

Usted dijo hace unos días que “la centroderecha está muerta porque el ciclo político cambió de alguna forma el paradigma”, ¿por qué es tan tajante?

Lo que creo es que el nuevo proyecto de la centroderecha no puede simplemente basarse en que al gobierno del Frente Amplio le vaya mal, sino más bien que tenemos que ser capaces de levantar un proyecto político con una visión de país que, primero, conecte con todos los aspectos sociales, que sea reformador, transformador, que tenga la posibilidad también de conectar con la diversidad que es Chile, con las diversas familias, con los distintos chilenos.

¿Y eso pasa por cambios en lo ideológico y en lo estético? Es decir, en el relato y la forma en que se estructuran los partidos.

Tiene que ver con ambas. Acá no puede haber una vocación de ganar espacio, de influir si es que no hay un contenido, y eso es un nuevo proyecto político. ¿Y por qué soy enfática en el nuevo proyecto político? Porque el actual proyecto político de la centroderecha, tal como lo conocemos, está muerto, y hay distintas señales que nos hablan de que tenemos que ser capaces de subirnos a un nuevo paradigma, porque no solo perdimos elecciones durante este año que fue tan electoral, sino que también hay un paradigma nuevo que tenemos que ser capaces como centroderecha de poder abrazar.

¿Cuál sería la fórmula?

Tiene que ver con conocer a quién le estamos hablando, volver a conectarnos, a vincularnos, a reparar confianzas: el feminismo, las causas de la mujer, seguir trabajando con una mayor equidad, pero también seguir aumentando los espacios donde las mujeres podamos vincularnos. Y el ser capaz también de conectar mejor con una clase media que le prometimos durante los últimos 40 años que iban a estar mejor.

¿En qué cree que falló el sector?

Prefiero en estas cosas ser bien mesurada. Soy un liderazgo nuevo dentro de la centroderecha, por lo tanto, creo que los ciclos tienen un inicio, un fin, sus contextos. Los últimos dos años no fueron fáciles, pero acá creo que es importante volver a retomar lo más básico, y es que todos queremos vivir con tranquilidad, con seguridad.

Una de las cosas que usted planteó también es la falta de liderazgos y de rostros nuevos. ¿Cree que fue un error en ese sentido las cartas presidenciales que se posicionaron en el momento?

Esto hay que evaluarlo. Creo que, efectivamente, los resultados electorales nos dan la señal de que a lo mejor la forma tradicional en que los partidos de centroderecha buscamos a los candidatos, hay que evaluarla. Tenemos que ser críticos con esa búsqueda de candidatos y liderazgos, porque cuando gana el FA, insisto, creo que acá no solamente ganan una elección, se nos está abriendo un nuevo paradigma de cómo vincularnos, de liderazgos horizontales, de banderas en que la derecha no se puede quedar abajo y que también son banderas nuestras. Y se nos abre un espacio distinto de simbolismos, de relato.

No es nueva esta discusión en el sector, ¿por dónde debería ser el cambio y por qué esta vez debería funcionar?

Uno no tiene acá que disfrazarse o desdibujarse. Los proyectos políticos no son solamente con una mirada electoral, acá las volteretas la gente las reconoce y las castiga también. Aquí lo más importante es que la centroderecha, definiendo cuáles son sus líneas bases, tiene que ver con un proyecto de profunda libertad, con un proyecto donde el sueño de cada chileno, familia, de progreso, de desarrollo, en las áreas que signifique, se pueda concretar. Nadie puede discutir que en ese sentido fue un año difícil para nosotros, particularmente la que encuentro mas crítica es la pérdida de tantos municipios o la de gobernadores, que si tú solamente lo miras desde los partidos tradicionales, el único gobernador de centroderecha es independiente. Ahí hay una mirada. Y bueno, no hablar de la presidencial, entonces hay una cosa electoral, una cosa cultural, porque efectivamente creo que en torno al relato, a las explicaciones, estamos al debe y fuimos muy reactivos a lo que estaba pasando. Nos movimos en el diagnóstico de la izquierda.

La derecha siempre ha estado más reticente a los cambios más profundos y esa discusión de alguna manera se evidenció en el plebiscito, en donde se dividió el sector entre los que estaban por el Apruebo y los que estaban por el Rechazo. Usted estuvo por el Rechazo, ¿se arrepiente?

No estoy de acuerdo en que quienes votamos Rechazo es porque estamos reticentes a cambios. No sería propio de alguien de 39 años. Voté Rechazo no por eso. Por ejemplo, respecto de la Convención, todavía tengo mucha esperanza en que el proyecto de nueva Constitución que resulte en los próximos meses sea uno que nos represente a todos los chilenos y que no sea un proyecto que representa a una mayoría circunstancial.

Pero la señal que se entregó es que un sector de la derecha se oponía...

Estoy convencida de que la centroderecha está abierta a todas las reformas y a todos los cambios siempre y cuando exista la tranquilidad de que eso se pueda hacer democráticamente. Creo que esa tensión también es una tensión para el futuro gobierno del Frente Amplio. Por ejemplo, todos los aspectos moderados que hemos visto en las últimas semanas del gobierno electo en materias de desarrollo, de la importancia de abrir las escuelas. El presidente electo dijo que los primeros en abrir y los últimos en cerrar tienen que ser los colegios. Esa misma moderación, templanza y posibilidad de construir en diálogo no lo estamos viendo en materia de seguridad, y uno no puede avanzar en cambios estructurales si la seguridad no está garantizada. Y lo que sabemos hoy, por ejemplo, del nuevo gobierno en materia de seguridad, que me genera incertidumbre, es que quiere hablar con la CAM, indultar a los presos del estallido.

En cuanto a las alianzas, ¿cree que el Partido Republicano debería ser parte de Chile Vamos?

Más allá de si tiene que ser parte de la coalición, el paraguas en la centroderecha tiene que involucrarnos a todos los actores y liderazgos y tiene que, efectivamente, ser muy estratégico.

¿Esta alianza también debería ir a buscar el centro?

Acá lo que uno primero tiene que desarrollar es este nuevo proyecto político, es difícil plantearse la estructura primero, quienes tienen que estar adentro, estar afuera, si hay que moverse más al centro o menos al centro. La primera respuesta que tenemos que tener es cuál es ese nuevo proyecto político, cómo nos vemos en 30 años más.

Usted como militante de la UDI, ¿cree que el partido sigue vigente?

La UDI sigue vigente y estoy muy esperanzada en el claro espíritu e intención de la UDI de mirar hacia adentro, de tener un proceso de diagnóstico importante y de poder renovar los espacios.

¿Cree que para la UDI es más compleja esta renovación? Está asociado a ser un partido más conservador y tradicional.

No sé si acá se me sale lo psicóloga, pero los hechos son más que palabras y habérsela jugado por un liderazgo femenino, joven, que no venía del mundo tradicional de la política, como el mío, y disculpa la autorreferencia, para disputar la alcaldía de una de las comunas más importantes para la derecha habla de esa renovación. Las señales del partido en el último tiempo nos dejan en un mejor pie para estar disponibles a hacer este análisis, a hacer los cierres de los ciclos.

En este contexto en que debe haber renovación, ¿qué rol tienen liderazgos como el de Joaquín Lavín y José Antonio Kast?

En esto soy como bien abierta, cuando uno busca este nuevo proyecto político nadie sobra. Todos con distintos roles, funciones y aportes que puedan entregar. Algunos quizás hayan anunciado que en la faceta electoral, tal vez, ya van más de retirada. Ellos decidirán.

Investigación al municipio

Respecto de las millonarias sumas que se detectaron en actividades privadas sin fiscalización, como en la Unión Comunal, ¿ha seguido la investigación de la fiscalía?

No hemos tenido últimos avances, estamos obviamente siempre muy atentos a lo que pase.

Aparte de entregar la información a la fiscalía usted pidió una revisión de todas las contrataciones de la municipalidad. ¿En qué quedó eso?

Es un proceso que ya se terminó. Lo que es verdaderamente importante, que me interesa hacer, es un municipio que refleje ciertas cosas que me identifican a mí en mi rol de alcaldesa. Me interesa mucho poder promover la participación de los vecinos, que se sientan identificados y parte del municipio. Por lo tanto, toda la agenda está en aumentar la participación.

Pero en la revisión de los contratos, ¿encontró alguna irregularidad?

Está todo en orden. Acá también hay que ser bien claros. Uno siempre tiene que tener el espacio y la disponibilidad para mejorar en la gestión, para ser más eficientes, para mejorar la administración y esos espacios de mejora no son sinónimo de irregularidades o de hechos que eventualmente pudieran constituir algún delito, etcétera. Y acá siempre está abierta la posibilidad de ser más eficientes.

Respecto del uso de las corporaciones de derecho privado, ¿tiene pensado terminar con ellas?

Quiero resaltar que aquí lo importante es que todas las entidades públicas sean corporaciones, la municipalidad tienen que tener altos estándares de probidad, avanzar en buenas prácticas y estamos efectivamente avanzando en esa agenda.

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