Del portazo a las primarias al ministro más importante del gabinete: la travesía de Elizalde para llegar a Interior

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El extimonel del PS ha ido construyendo un largo y tenso camino con el Presidente Boric y el Frente Amplio. Ese derrotero, de manera improbable, hizo que pasara de la indignación en 2021 -cuando acusó a los frenteamplistas de "humillar al partido de Salvador Allende"- a saltar desde la Segpres a la cartera de mayor peso político de La Moneda.


Hace casi cuatro años atrás, y minutos antes de que el reloj marcara las 00.00 del miércoles 19 de mayo, el entonces presidente del Partido Socialista (PS), Álvaro Elizalde, llegaba hasta la sede del Servicio Electoral en calle Esmeralda con un evidente rictus de indignación. Pese a la profunda molestia que rodeaba al timonel socialista, enfrentó con calma a la prensa que llevaba horas esperando la inscripción de una frustrada primaria entre el entonces diputado de Convergencia Social, Gabriel Boric, el exalcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC) y Paula Narváez, (PS), la mujer que aglutinaba a las fuerzas de la antigua Concertación.

Elizalde se destapó su boca -llevaba puesta una mascarilla porque aún regían las restricciones heredadas de la pandemia- y protagonizó un episodio que luego pasaría a los registros como el momento en que el PS fue humillado por los frenteamplistas, la nueva fuerza política que irrumpía en la izquierda chilena y llegaba para impugnar la herencia de los 30 años concertacionistas. “No se humilla al partido de Salvador Allende”, afirmó Elizalde. Fue tal la indignación de los socialistas, que esa misma noche recibió un llamado de Boric, quien intentó calmar los ánimos.

MINISTRO SECRETARIO GENERAL DE GOBIERNO,  ALVARO ELIZALDE

La icónica frase pasó a la historia. Y, junto con eso, Elizalde sumó una dura derrota en su largo historial político. Como timonel del PS tuvo que resignarse a ser espectador de cómo el FA vetaba a uno de sus socios históricos, el PPD. Con esa negativa, se quedó fuera de la primaria legal, posteriormente se sumó a la candidatura de la senadora Yasna Provoste (DC), para luego -y a regañadientes- abrazar la campaña de Boric.

La rabia que significó el ninguneo desde el FA al PS el día de las inscripciones no evitó que Elizalde -un político conocido por su pragmatismo- le entregara su apoyo sin “ambigüedades ni negociaciones” al entonces diputado Boric. Al día siguiente de la primera vuelta, incluso, lo visitó en el comando.

Ese miércoles de mayo de 2021 volvió a la memoria de varios de los socialistas que este martes vieron cómo Elizalde, tras la renuncia de la ministra Carolina Tohá, abandonaba la Segpres para ser nombrado por Boric como su nuevo ministro del Interior.

El aterrizaje del exsenador en Interior es especialmente significativo. El socialista se transformará en el primer ministro de esta cartera, luego de que ocurra la división -a partir del 1 de abril- cuando entre en vigencia el proyecto estrella de Tohá: el nuevo Ministerio de Seguridad. Con esa escisión administrativa, Elizalde se transformará en el jefe político del gabinete, ya que todas las funciones de seguridad pública pasarán a manos de otro ministro.

Elizalde y el Frente Amplio

La relación de Elizalde -el mismo que protagonizó la traición del PS al expresidente Ricardo Lagos en 2017- con el FA nunca ha sido muy buena. De hecho, al interior del partido ven a Elizalde como un ministro calculador y heredero de los famosos “30 años”.

La relación con Boric también se ha ido forjando de a poco y nunca ha integrado su círculo más íntimo. Luego de que Elizalde se plegara a su campaña en el balotaje de 2021, el exsenador tuvo que enfrentar otra difícil decisión: sumarse o no a su gobierno.

elizalde boric

Elizalde fue el dique de contención para que el PS se integrara desde un inicio al gabinete del primer gobierno frenteamplista. Pero como todo en la vida del socialista, tuvo una fuerte disidencia interna. En ese momento los disidentes Maya Fernández y Manuel Monsalve fueron quienes, antes de la decisión institucional del partido, optaron por subirse al barco de Boric. Eso hizo que en un inicio fueran considerados por el Mandatario en su equipo. En ese tira y afloja, Elizalde contuvo lo que más pudo a otro socialista: Carlos Montes, quien también había estrechado su vínculo con Boric.

Los caminos del exparlamentario han tenido otros encontrones con los frenteamplistas. En su ambición por querer más, no solo se conformó con llegar al Senado, sino que además quiso presidir la Cámara Alta, desde donde paulatinamente se convirtió en orejero de Boric. Ese objetivo instaló una soterrada pugna con su antecesor: el exministro Segpres Giorgio Jackson (FA). El exdiputado no apoyó su postulación a la presidencia del Senado y optó por buscar un acuerdo paralelo con el senador de oposición Manuel José Ossandón (RN). Pero finalmente, otra vez, el duelo lo ganó Elizalde.

Con el primer proceso constitucional en curso, el dirigente PS volvió a mostrar los dientes. Para nadie fue un misterio que el exsenador se transformara en un férreo detractor de la cruzada frenteamplista por eliminar al Senado en el texto de nueva Constitución que redactaba la Convención Constitucional. Los intentos por reemplazar la Carta Magna pusieron en el camino de Elizalde la misión de liderar el segundo proceso constitucional. Pese a que nunca estuvo convencido de la pertinencia de insistir en esto, lideró con éxito una dura negociación con la derecha.

En esas tratativas volvió a demostrar otra de las cualidades que lo identifican. Quienes lo conocen dicen que es un político extremadamente cauto, resguardado y precavido con todas sus acciones y declaraciones en público. En la negociación de ese segundo proceso constitucional solía repetir en privado que su objetivo era que todos sus pasos pasaran desapercibidos, ya que en el momento en que se supieran, el acuerdo fracasaría. Ese estilo es algo que desplegó en más de una vez al mando de la Segpres cuando negoció importantes proyectos de ley.

Ahora, Elizalde iniciará una nueva etapa en el gobierno de Boric. Deberá instalarse en el corazón de Palacio y asumir la jefatura política del gabinete en un momento especial, cuando la administración Boric cumple tres años en La Moneda y se prepara para enfrentar el último año de gobierno.

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