Diputada Carmen Hertz y los 50 años del Golpe: “Habría esperado más del gobierno”
La vicepresidenta de la Cámara sostiene, ad portas de un nuevo 11 de septiembre, que "el Presidente puede hablarles a todos los sectores, pero no puede negar la verdad histórica" y que, en ese sentido, "hubo un error si la pretensión fue tener una mirada común sobre el Golpe de Estado". Además, la parlamentaria comunista califica como una vergüenza el comportamiento del Congreso esta semana, donde se aprobó la lectura de la declaración del 73 en contra de Allende.
“¿Por qué la vicepresidenta de la Cámara (...), contra el reglamento, está ocupando en su solapa un cartel? ¿Hay algún privilegio por estar sentado en la vicepresidencia de la Cámara?”.
Esa fue la pregunta que el diputado Gonzalo de la Carrera le hizo a la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Carmen Hertz (PC) este martes. Ella respondió que se trataba de una foto de su marido, Carlos Berger, de quien, según cuenta, solo pudo encontrar un pedazo de mandíbula y otro de metatarso luego de que fuera ejecutado en dictadura. “La foto de mi marido masacrado por una comitiva militar la coloco en la solapa cuándo y dónde yo quiera”, replicó.
En esta entrevista, la parlamentaria reconoce que esperaba que, en el marco de los 50 años, la derecha “al menos admitiera que el Golpe de Estado fue un crimen”. Sin embargo, dice, hasta el momento ha visto justificaciones. En todo caso, tampoco está satisfecha con la forma en que el Ejecutivo ha abordado la conmemoración.
Queda menos de un mes para que se cumplan los 50 años. ¿Cuál es su expectativa?
Mi expectativa es más bien la obligación de que el Estado de Chile tiene de conmemorar este crimen como tal, como un acto de Estado, señalando la verdad de lo que ocurrió. Amén de esa verdad colectiva, hemos señalado siempre que otra fuente importante de memoria es y será la justicia. En esos pilares se asientan las garantías de no repetición de los crímenes de exterminio.
Pero, en concreto, ¿qué espera?
Yo espero no que haya un evento artístico, sino que haya actos de Estado. No solo proyectos de ley, sino que lo que haga el Ejecutivo ese día 11 sea con rasgos de Estado. Imagino un discurso del Presidente de la República que se señale el carácter de la verdad histórica respecto de lo que fue el Golpe.
Con lo que se ha visto hasta ahora, ¿habría esperado más de este gobierno en relación a este hito?
Sí, habría esperado más del gobierno. Creo que ahora de alguna manera se está tomando un sentido de Estado en relación a la conmemoración.
¿En qué sentido habría esperado más?
En el sentido de lo que señalaba: los 50 años tienen que ser un acto de Estado, pero no es porque se me ocurra a mí, sino que el sistema internacional ha establecido que en las sociedades que sufrieron opresión o prácticas genocidas o de exterminio, el Estado está obligado a hacer colectiva la verdad histórica. Eso es lo único que entrega garantías de no repetición, no frases vacías. El ‘nunca más’ no puede ser una frase retórica, tiene que ser con contenido. En ese sentido, yo valoro el Plan Nacional de Búsqueda que está implementando este gobierno.
Usted dice que esperaba más. ¿Podría deberse a un factor generacional de este gobierno? Al no haber vivido la dictadura como sí la vivió su generación, hay diferencias.
Sí, puede ser. Pero yo creo que respecto de procesos históricos tan decisivos, como fue el Golpe de Estado, la aproximación que tú tienes no depende tanto si los viviste o no.
Pero quizás el factor generacional explica cosas como que el Presidente Boric, por ejemplo, intente dar señales a los distintos sectores políticos...
Yo creo que el Presidente puede hablarles a todos los sectores, pero lo que no puede hacer, y no lo puede hacer nadie, es negar la verdad histórica de lo que fue el Golpe de Estado en Chile, que fue una felonía y un crimen de lesa humanidad.
¿Considera que es un error intentar hablarle a la derecha en el marco de la conmemoración?
Considero que hubo un error si la pretensión fue tener una mirada común sobre el Golpe de Estado. No sé si esa fue la pretensión.
Esta semana se cumplieron 50 años desde la declaración de la Cámara del 22 de agosto de 1973. ¿Cómo se toma el comportamiento que tuvieron los diputados?
Para mí es una vergüenza. Que toda la derecha, no solo la extrema derecha, haya pedido la lectura de la declaración que, a mi juicio, deshonró en su momento a la Cámara de Diputados. Una declaración en la cual se llama a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, que eran ministros del Presidente Allende en ese momento, a intervenir. Es claramente una declaración golpista.
¿Cuál es el riesgo de que se reivindique en este contexto?
Es algo muy peligroso, porque muestra cuál es el talante político de este sector. Son todos, parece ser, los herederos políticos de quienes propiciaron el Golpe y el exterminio. Son los herederos políticos, y eso es un peligro social. Están evidenciando que si las condiciones se dan, volverían a hacer lo mismo.
Con esos antecedentes, ¿espera algo de la derecha en la conmemoración?
Yo esperaba que al menos admitieran que el Golpe de Estado fue un crimen. Al menos. Hasta ahora no ha sido así, es todo lo contrario. Están justificando el Golpe de Estado parlamentarios de derecha, cuestión que hace cinco años no habría sido posible en este país.
Desde la derecha han acusado que el Partido Comunista quiere imponer su visión en lo que respecta a la conmemoración. ¿Cómo se lo toma?
Son falacias y sofismas a los cuales está acostumbrada la derecha, a lugares comunes, como el anticomunismo completamente frenético. Enarbolan esto cada vez que tienen que pronunciarse sobre crímenes o felonías cometidas por su sector.
Lo otro que acusan es que en la izquierda, en general, hace falta una reflexión sobre cómo se llegó al Golpe de Estado.
Yo tengo una clara opinión sobre cómo se llegó: el programa de la Unidad Popular abordaba reformas estructurales no menores para una sociedad que era muy oligárquica en ese momento. Es necesario recordar que la intervención de los Estados Unidos comenzó antes de que Allende asumiera y fueron capaces de asesinar al comandante en jefe del Ejército, René Schneider, porque él dijo que iba a respetar la Constitución del 25. Eso fue. Pretender algo distinto parece completamente fuera de lugar, porque eso fue.
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