Ernesto Ottone, sociólogo y cientista político: "No veo una propuesta en los partidos de centroizquierda"

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Foto: Mario Téllez

Para el exjefe de asesores del gobierno de Ricardo Lagos, lo relevante es que el sector recupere la capacidad de gobierno y que más allá de buscar hoy la unidad, debe clarificar las diferencias.


Marx y sus amigos, para curiosos y desprejuiciados (Catalonia), lleva por nombre el libro que lanzará en las próximas semanas, el que define como "serio, pero no grave". Instalado en el escritorio de su departamento, cercado por diversos textos que ha estado consumiendo -recomienda además Gorbachov, vida y época, de William Taubman (Debate)-, Ernesto Ottone sentencia que la oposición debe partir por aclarar las diferencias que separan a sus partidos antes que apurar una reunificación de cara a las próximas elecciones.

El cientista político y exjefe de asesores del expresidente Ricardo Lagos asevera que este sector vive y sufre fuera de las murallas de Palacio, su situación "sigue siendo muy fragmentada". Está un sector "que plantea el tipo de oposición propia de una democracia madura; de no estar de acuerdo, de buscar determinados acuerdos, de no quitar la sal y el agua de acuerdo a su visión del país y posibilidad de coincidencias.

¿Ha sido el informe de Michelle Bachelet por Venezuela un rompeaguas del sector? El PS se cuadró y el PC la criticó.

No agrava el cuadro, sino que pone a flote que el PC tiene aún hoy una relación de doble estándar con los derechos humanos en el caso de los regímenes dictatoriales que coinciden más o menos con su pensamiento. El PC ha tenido ese doble estándar, nace así.

Usted dejó de ser comunista hace muchos años. ¿Hay algún prisma que permita comprender esa conducta del PC chileno?

Es la historia. Es la concepción de cómo Cuba lo del sistema de partido único se considera como una etapa superior. El PC siempre ha sido muy esquizofrénico en esto.

Entiendo, pero ¿esta controversia sincera las diferencias en la oposición?

Saca las cosas a flote. Los temas que podrían estar más o menos callados aparecen en toda su contradicción. Sincera una izquierda que considera que la democracia representativa es un valor permanente y que se defiende en todas partes, y una visión diferente, la del PC, de algún sector del Frente Amplio. Esas contradicciones que están más o menos latentes quedan hoy a flote.

¿Qué tan oportuno es este debate, si es que impide al sector hacer propuestas de fondo para el país?

Pongo el problema al revés. Si no se clarifica esta posición de "mira, no quiero revolución antisistema sino que seguir con las reformas, regulaciones, mayores niveles de igualdad", si no se sincera ahora, vamos a vivir en una confusión que nos lleva a la derrota. Fue esa confusión lo que hizo que el gobierno de Michelle Bachelet terminara sin apoyo.

La situación "miserable" del PS

Ottone pasa al menos tres meses al año en Francia, dedicado a la academia. "En Europa se daba por muerta hace unos meses la socialdemocracia (...). En España el PSOE recogió sus banderas, su historia, su memoria, orgullosos. Podemos se encogió ante el PSOE, y la relación entre ambos no se va a resolver si no tienen un sinceramiento", observa.

Pero acá no pasa lo mismo con el PS.

El PS chileno está en una situación muy miserable.

¿No hubo un error profundo de la izquierda chilena de no leer antes lo que pasaba en Venezuela?

Los leyó muy mal. Una de las razones por la cual la centroizquierda perdió su fuerza, su carácter, es porque negó su propia memoria. Chile ha avanzado más en disminución de la pobreza, en desarrollo, en todo, que en todos los países sobre los cuales muchos dirigentes de centroizquierda corrían como calcetineras a pedir un autógrafo. Me refiero a (Néstor) Kirchner; a la situación del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil -que terminó como terminó, con un monstruo como Bolsonaro-; con este (Rafael) Correa.

¿Y cómo se comparte la torta con el Frente Amplio?

Ese es el problema. Mi preocupación no es compartir la torta, sino clarificar las cosas. El problema principal no es la unidad, sino la clarificación de tu identidad, de lo que eres, de lo que quieres. Pero no veo una propuesta en los partidos de centroizquierda. Tampoco en el Frente Amplio.

Si eso es más urgente que la unidad, ¿hay que pedirle al sector que camine mascando chicle y además ponga temas en la agenda?

Tiene que hacerlo simultáneamente. Un sector progresista, reformador, debe tener una visión de país.

Pero vamos en el segundo año fuera del poder y aún no hay una propuesta de peso.

No la hay. Debería existir. Mi preocupación no es si se ponen de acuerdo, ni cuáles son las municipales; entiendo que la política es una cosa concreta, pero acá es más delicado el fondo. Cuál será la orientación principal; después puedes llegar a acuerdos. Y quién define eso.

¿Aunque se corra el riesgo de bancarse otros cuatro años en la oposición?

No sé cómo serán los tiempos, en política cambian mucho. Mi preocupación central es que se recupere una centroizquierda con capacidad de gobierno. Eso puede demorarse más o menos. Pero si no se sinceran las diferencias, eso no existe.

¿La oposición debe perderle el miedo a que la derecha siga gobernando?

Es que si hay una mirada larga… porque no estamos en una situación en que tenemos que salvar al país frente a un régimen fascista, no están los vándalos a las puertas de Roma, ¿ah?

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