Francisco de la Maza, exalcalde de Las Condes: "Lo que la gente percibe en el liderazgo de Lavín es su cercanía"

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Foto: Rudy Muñoz

Para el dirigente UDI, el buen resultado que tuvo el exministro en la CEP está asociado a su capacidad de "adecuarse a los tiempos", algo que también tuvo Bachelet, pero perdió por ofrecer soluciones "demagógicas".


Es uno de los más cercanos al alcalde Joaquín Lavín, por lo que -dice- no le extraña el primer lugar que obtuvo en la evaluación de los personajes políticos nacionales que realizó el Centro de Estudios Públicos (CEP). Bien sabe Francisco de la Maza (UDI) de la capacidad que tiene el edil de Las Condes para "reinventarse", pues ha formado parte de su "círculo de hierro" en sus aventuras presidenciales y en los diversos desafíos que el también exministro ha enfrentado, con mayor o menor éxito, en sus cerca de 30 años de vida política.

La encuesta CEP mostró que Joaquín Lavín es el político mejor evaluado y con el menor nivel de evaluación negativa. ¿Qué lo hace volver a estar en primer lugar?

Hay políticos que son capaces de adecuarse a los tiempos en forma más rápida que otros. Por otro lado, muchas veces, las estigmatizaciones de algunos políticos no tienen que ver con la realidad misma, sino con lo que les toca de acuerdo a los niveles de dificultad que tienen que enfrentar. No nos olvidemos que Lavín fue ministro de Educación en un momento muy, muy complejo.

Lo que le significó una caída de varios puntos en la CEP de 2010...

Exactamente. Lo que está pasando hoy día no me extraña desde el punto de vista de una persona como Joaquín Lavín, con las capacidades que tiene. Hay un grupo de personas que, por nivel de conocimiento y capacidades van a estar siempre en la primera línea; a lo mejor, uno o dos años más arriba, otro año más abajo. Son personas que tienen esa capacidad de leer lo que está pasando.

Y creo que eso también lo tuvo Bachelet en su momento. Ella salió elegida con propuestas muy demandadas por la ciudadanía, lo que pasa es que después, las soluciones que planteó fueron demagógicas.

El exdirector del CEP Harald Beyer planteó que "la gente está dispuesta a darle una nueva oportunidad a Lavín". ¿Comparte ese análisis?

Más que dar oportunidades, es cómo se están percibiendo los liderazgos. Y lo que la gente percibe en el liderazgo de Lavín es su cercanía, poner temas que son sensibles, como la integración social, que es una necesidad en Chile. La integración social está absolutamente postergada y, en materia de vivienda, Lavín puso ese tema, y también otras necesidades, como el mejoramiento urbano, el transporte público, que tienen que ver con la calidad de vida. Son temas vigentes y van a seguir vigentes hasta que alguien sea capaz de darles una solución.

¿Y si no son resueltos?

Hay figuras que emergen "de la nada" en la medida en que los que están -la institucionalidad- no son capaces de resolver adecuadamente las expectativas y los problemas de los ciudadanos por mucho tiempo. Es lo que pasó en Brasil con el caso Bolsonaro y, probablemente, con Trump en Estados Unidos y con Macron en Francia.

En ese análisis, ¿José Antonio Kast podría convertirse en el Bolsonaro chileno?

Obviamente. Si la institucionalidad vigente no es capaz de satisfacer adecuadamente, con soluciones concretas, las demandas ciudadanas, hay un límite de agotamiento. La gente da oportunidades, tiene expectativas, esperanzas, pero pasado un cierto límite, se va para otro lado.

"El gobierno fue demasiado optimista"

¿El gobierno está siendo capaz de satisfacer las demandas? Tiene una aprobación de 37%...

La lectura inicial del gobierno fue demasiado optimista. Pensó que bastaba que hubiese un cambio de gobierno a una centroderecha para que ciertas situaciones se dieran, como la confianza en la inversión, el aumento del empleo, la actividad económica. Al gobierno le faltó entender que el principal motor de empuje para un país, que estaba bastante paralizado producto de las reformas, la desconfianza y una serie de factores, era el propio gobierno como motor del desarrollo para ir generando esa confianza. Eso, hasta ahora, no se ha dado.

Este fin de semana, el Presidente Piñera lideró un consejo de gabinete ampliado. ¿Se podrá dar, a partir de allí, una nueva forma de conducción?

Más que la forma cómo se está conduciendo es dónde uno prioriza la agenda. Este es un tema de prioridades.

Y al gobierno le ha costado mucho mantener el control de la agenda...

Yo creo que la tiene bastante perdida en el último tiempo, está más bien tratando de recuperarla. Pero esperemos que el diagnóstico que se haga en estas reuniones dé con lo que está necesitando el país para poder recuperar esa agenda.

Parte del desafío del gobierno es entregar el mando a alguien de Chile Vamos. Hoy día, varios miran a Lavín, pero ¿querrá él ser candidato presidencial?

Eso habría que preguntárselo a él. Yo creo que está feliz en el cargo en que está. Además, este gobierno tiene por delante más de tres años, que es más del 75% del período del gobierno. Que tan temprano se esté hablando de la sucesión, ¿es que este gobierno no fue capaz de nada más? ¿Hizo lo que pudo y se acabó? Yo creo que no. Queda tiempo, en la medida en que en esta reunión del fin de semana se definan cosas importantes.

Usted ha declarado su apoyo a Javier Macaya en la elección interna, pero más allá de quién resulte electo el 16 de diciembre, ¿cómo espera que se recuperen las confianzas al interior del partido?

La confianza tiene que ver también con cómo plantear el proyecto político de la UDI. Si lo planteas con unos grados de diversidad -donde las diferencias en materia valórica quedan despejadas-, lo que queda es el modelo de desarrollo y cómo, con ese modelo, logramos la integración de las personas que están en las últimas filas del tren para poder emparejar la cancha. Pero de una manera responsable, con empleo, que es la base de cualquier economía sana.

En base a lo que usted plantea, pareciera como que la UDI debiera "lavinizarse"...

No, es plantear esto como proyecto político integral, donde esta integración social se lleve a todas las áreas: salud, educación, pensiones, seguridad, transporte público. Tenemos que pensar de una manera distinta, manteniendo el modelo de desarrollo, potenciándolo en términos de generar las condiciones para que haya más inversión, para que esa inversión sea acompañada de más empleo. Pero, dada la situación actual, quien tiene las herramientas para poder hacer eso, con un poco de acción y decisión, es el gobierno.

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