Giorgio Jackson, diputado de Revolución Democrática: "Se decía que no ofrecíamos gobernabilidad, pero el gobierno tampoco la está ofreciendo"
El parlamentario del Frente Amplio también hace una dura crítica sobre el actuar de su conglomerado durante la crisis: "Quizás hemos estado errando los tiempos y prioridades y nos ha faltado unidad".
El diputado de Revolución Democrática, Giorgio Jackson, no duda en apuntar al gobierno y al Presidente Sebastián Piñera como uno de los principales responsables de la violencia en las manifestaciones. "El gobierno en buena parte fue el que transformó las evasiones masivas en campos de batalla", dice.
Sin embargo, el frenteamplista dice que desde que empezó la crisis social que atraviesa al país, el Frente Amplio no ha actuado en unidad ni ha tenido la capacidad de dejar de lado sus banderas.
"Nos ha faltado mucho", señala.
¿Pensó que un estallido de esta magnitud iba a ocurrir?
Si el 2010 cuando asumía como presidente de la FEUC me hubieran preguntado si el movimiento estudiantil iba a explotar como lo hizo en 2011, yo hubiera dicho que no. De hecho, no lo pensaba. Pero, si me hubiesen preguntado si existían razones para que explotara hubiera dicho que sí. Ahora diría exactamente lo mismo: si pensaba que por los 30 pesos esto iba a estallar de esta manera diría que no, pero las razones las hemos dicho hace tiempo y hay de sobra. El momento nos pilló de sorpresa, a toda la institucionalidad.
¿Si las manifestaciones no hubiesen tenido un inicio violento se hubiese llegado a este estado?
Si el gobierno hubiese comprendido en el primer momento que esto se trataba de una demanda donde, más que el reclamo por el aumento de la tarifa del transporte público, era porque las familias trabajadoras no podían llegar a fin de mes, esa escalada de violencia no hubiese ocurrido. El gobierno en buena parte fue el que transformó evasiones masivas de estudiantes en campos de batallas.
¿ Y cómo se ataca a la violencia directamente? En las manifestaciones hay algunos hechos de vandalismo...
Es una mala noticia para cualquier país que las instituciones a cargo de la seguridad pierdan prestigio por los abusos que se están cometiendo, de los que va a costar mucho sanar. Uno esperaría que esas instituciones pudieran generar procesos de inteligencia, para que aquellas personas que están manifestándose de manera pacífica y libre no tengan que sufrir la represión. Por lo tanto, pensar que solo una agenda de seguridad va a hacer que la gente deje de salir a protestar, la verdad es que es bastante miope. Que el Presidente venga tres semanas después a decir que la agenda que importa es la de seguridad pública, citando al Cosena, es algo inentendible, es solo una señal para los sectores más duros de la derecha.
¿ Y por qué cree que el gobierno opta por una línea más dura?
El gobierno responde a las encuestas y no sé cuáles estarán mirando para pensar que apelar todo el tiempo al orden y la seguridad les va a traer réditos políticos. He estado hablando con mucha gente estos días, en las manifestaciones y cabildos, y lo que las personas quieren son respuestas a sus demandas. Eso el gobierno ha intentado invisibilizarlo, centrando todo el discurso en lo que se conoce como populismo penal, y esa no es la vía para resolver un problema social y político.
¿Y dónde podría derivar el gobierno si sigue con esa agenda?
El gobierno está siendo un poco preso de las acciones que con mucha fuerza ha emprendido fuera del territorio nacional, y los juicios que emite constantemente frente a otras situaciones de crisis que se han vivido en otros países. Acá hay sectores del gobierno y del oficialismo que minimizan los hechos, y tratan de poner el énfasis en que ellos fueron electos hace dos años y que, por lo tanto, los tienen que dejar gobernar hasta que termine su periodo, pero la situación cambia y un gobierno que quiera mantener la legitimidad en su cargo tiene que adaptarse a los procesos.
¿Y qué puede pasar si el gobierno sigue poniendo énfasis en eso?
Elegir el camino del populismo penal y seguir creando un enemigo interno va a llevar al gobierno al camino del autoritarismo y eso va a ser muy difícil deshacerlo. El Presidente Piñera va a recibir cada vez menos invitaciones del extranjero, porque lo que se está viendo fuera son situaciones que en el resto de los países son calificadas como violaciones a los derechos humanos. Alguien que sí está entendiendo lo que está pasando es Mario Desbordes, presidente de RN. Él ha comprendido que la violencia que está en las calles es más fácil abordarla si es que logras satisfacer las demandas de fondo. También es interesante lo que está haciendo la Asociación Chilena de Municipalidades, porque están dando un cauce de participación vinculante para una nueva Constitución.
¿Cómo ha visto a la oposición reaccionar frente a todo esto?
Nos he observado primero con bastante desunión. Todos estábamos un poco aturdidos en momento que esto aparece y nos ha faltado diálogo, porque hay desconfianzas que se arrastran. Pero a medida que han sucedido los hechos de violaciones a derechos humanos, o desde el minuto en que ya hay un poco más de claridad en torno a varias de las demandas y ejes centrales, ha habido actos bastante unitarios desde la oposición, como disminuir la dieta parlamentaria o reducir la jornada laboral.
¿Y el Frente Amplio, ha estado a la altura?
En el FA estamos atrincherados. Nuestra posición hoy es de una minoría en ambas cámaras, por lo tanto, nos ha faltado mucho. Nos ha faltado conversación, unidad, ser capaces de dejar nuestras banderas y ser más abiertos a que las cosas cambien. Hay harto espacio para la autocrítica en el FA, y sobre todo porque venimos de ahí, precisamente de estos reclamos. A veces el estar en esta posición de representante nos deja aislados en una dinámica que no es la que se está viviendo en la calle.
¿Se están alejando de su origen?
No puedo hablar por todos los parlamentarios, pero al menos puedo responder por lo que he visto en mis compañeros de partido y por mí mismo. Cuando estoy acá en el Congreso siento que estamos desconectados de lo que está pasando afuera, y cuando estoy afuera siento que tengo que venir a cambiar algunas cosas acá adentro. Así que sí, quizás como FA hemos estado errando los tiempos y prioridades y nos ha faltado unidad en qué cosas avanzar primero y cuáles después. Reclamo para que no haya más violaciones a los derechos humanos, pero quizás las responsabilidades políticas van a venir después; hacer una agenda corta, pero al mismo tiempo no ser condescendientes para que las cosas de largo plazo no sucedan; o no quedarse solo en el plebiscito porque la gente tampoco puede quedarse sin agenda corta. Hay que encontrar un tono, y cuando somos 20 personas es difícil saber cuál es la prioridad y en dónde enfocas todos tus recursos.
¿Y Revolución Democrática?
No solo RD, en el FA hemos estado sometidos a tensiones que son muy propias de las ebulliciones sociales y hemos tratado de responder a la escala de valores con los defectos que se pueda tener. Por ejemplo, ir a La Moneda como si no estuviera pasando nada mientras estaban los militares en la calle era una decisión muy difícil de tomar, pero al mismo tiempo no podíamos, porque no nos nace, quedarnos solo en la crítica y no hacer propuestas ni tender puentes de diálogo. Lo mismo con la acusación a Piñera, no se nos ocurriría nunca pensar que la forma de solucionar una diferencia política es tratar de boicotearlo para que no termine su presidencia, obvio que no, pero no se nos ocurriría nunca dejar de lado las atribuciones que la Constitución nos entrega en el caso que haya cosas tan graves como violaciones a los derechos humanos y personas muertas.
Desde la oposición han sostenido que la derecha tendría más responsabilidad en la crisis. ¿El FA tiene alguna responsabilidad?
No nos podemos hacer responsables ni de la Constitución del 80 ni de las modificaciones que se generaron como pactos posteriores, porque no existíamos. Lo que sí, hoy tenemos una tremenda responsabilidad de lo que ofrecemos como alternativa. Tenemos que prepararnos y ser mucho mejor coalición de lo que somos para poder ofrecer gobernabilidad, porque se decía que nosotros éramos los que no ofrecíamos gobernabilidad, pero vemos que hoy el gobierno tampoco la está ofreciendo.
Y sacando al FA de la balanza, ¿la ex Nueva Mayoría tiene el mismo nivel de responsabilidad que la derecha?
No, en ningún caso. Yo puedo tener muchas críticas con la Concertación, con la Nueva Mayoría, pero quien impuso este modelo y no quiso quitarle las trabas a tiempo, antes que estallara, fue Chile Vamos, y en eso no me pierdo.
¿El plebiscito por una nueva Constitución es la respuesta a las demandas sociales?
Si miras las distintas encuestas hoy desde un 78% a un 85% creen que hay que hacer una nueva Constitución y entre un 8% y un 3% creen que el Congreso es el lugar para cambiar la Constitución, por lo tanto, la conclusión es que no podemos seguir siendo desde el Congreso una traba para que la gente decida si quiere una nueva Constitución o no.
¿Impulsar las acusaciones constitucionales contra Chadwick y el Presidente contribuye a salir de la crisis?
La que está en curso es la del exministro del Interior, quien desde que ocurrió el asesinato a Camilo Catrillanca hasta este conflicto ha demostrado ser responsable político de todo lo que han significado estas vulneraciones a los derechos humanos. Y la acusación del Presidente es algo que permite que, al menos, entiendan que tienen que medirse y controlarse.
En el caso de la acusación contra Piñera, ¿es el momento?
No creo que sea conveniente hacer dos acusaciones en paralelo, hay que ver una vez que finalice la de Chadwick y, posterior a eso ver en qué está el conflicto. Pueden pasar muchas cosas que, ojalá no, agraven la situación o que la vayan resolviendo.
¿Dará su voto a favor de las dos?
La acusación de Chadwick ya la analizamos como equipo y nos parece que hay razones suficientes. En la otra hay que juntar todos los antecedentes y cuando esté redactado ese texto podría responder.
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