Hernán Larraín M.: “Es importante que Chile Vamos comprenda que quienes tienen la responsabilidad de gobernar tienen también un deber de lealtad”
Quien era presidente de Evópoli en octubre de 2019 hace un recuento de cómo quedó parada la derecha durante y después de esa crisis. Plantea que, si bien hubo dirigentes y partidos que apoyaron a Sebastián Piñera en su momento más crítico, muchos otros actuaron empujados por la "supervivencia electoral". Dispara contra la responsabilidad "brutal" de la izquierda y asegura que el Partido Republicano no estuvo a la altura.
A cinco años del estallido, ¿cómo queda parada la derecha en su conjunto ante esa crisis que le tocó vivir a un gobierno de su signo?
Mi primera reflexión es que los chilenos ven hace cinco años y nuestro país está peor. Lo dicen en muchas dimensiones: económica, en seguridad, en cuanto a las demandas sociales. La política en términos generales también es más débil, menos capaz de resolver problemas, de generar acuerdos. La buena política fue más fuerte, por así decirlo, en el pasado, particularmente en la transición.
¿El estallido es un punto de quiebre?
El estallido es un punto de inflexión en la trayectoria que estaba llevando Chile de desarrollo, una política que buscaba construir acuerdos. Todo eso, después del estallido, se ha ido debilitando. Y la hoy oposición también es parte de ese cuadro. Ese es un primer punto. El segundo punto, es que hay que hablar de las derechas, que están en una batalla hegemónica. Por un lado el P. Republicano, por otro lado Chile Vamos. Y creo que tenemos una gran responsabilidad, particularmente en Chile Vamos, porque hay una posibilidad real de ser gobierno, y no hemos estado a la altura como Chile Vamos del liderazgo de Evelyn Matthei. Las elecciones de octubre van a ser un balde de agua fría para Chile Vamos, porque el P. Republicano en concejales va a ser probablemente el partido más grande de Chile. Y yo espero que eso genere una reacción en Chile Vamos para que estemos a la altura de lo que puede ser un posible gobierno.
Respecto a esas dos derechas, ¿eran tan nítidas para el estallido?
Ya existía el P. Republicano. Pero en ese momento la hegemonía estaba radicada en Chile Vamos, que había llegado con el presidente Piñera por segunda vez a La Moneda. Y en ese momento el P. Republicano -que ya iba presentando una voz de lo que sería su proyecto político- era un grupo bastante más pequeño.
¿Fue una voz leal en la crisis?
Lamentablemente muchas personas del P. Republicano fueron parte del primer gobierno de Sebastián Piñera, y luego pasaron a ser opositores, en un momento de mucha fragilidad política e institucional. Por supuesto esto hay que ponerlo en contexto: quienes son los principales responsables de haber usado y abusado de lo que ocurría en las calles fue la izquierda, la izquierda política y particularmente la que encabeza el actual gobierno. Pero creo que son responsabilidades muy distintas.
A la derecha también se le puede atribuir la responsabilidad de no haberse cuadrado con su Presidente.
Eso es correcto, y lamentablemente creo que el P. Republicano no estuvo a la altura de lo que ese momento exigía y optó por ser opositor en un momento que fue muy delicado.
¿Pero se les podía pedir lealtad a los republicanos?
No sé si la palabra es lealtad, yo creo que la palabra correcta es responsabilidad. ¿Estuvo a la altura, fue responsable el P. Republicano en ese frágil momento de nuestra democracia? Mi respuesta es no. Privilegió potenciar su nicho electoral en vez de cuidar la democracia, proteger a las instituciones y apoyar a un presidente que estaba en condiciones muy débiles.
¿Y Chile Vamos estuvo a la altura?
En términos generales Chile Vamos hasta el 15 de noviembre estuvo bastante a la altura. Hubo cohesión, había obviamente perplejidad respecto a lo que estaba ocurriendo, pero hubo un apoyo cerrado al presidente Piñera. Y respecto de la negociación del 15 de noviembre -creo que es importante recordarlo- hubo mucha generosidad, por de pronto de la UDI, del senador Coloma, que jugó un rol muy importante, y de su presidenta, Jacqueline van Rysselberghe, porque para ellos fue particularmente difícil. En general los partidos de Chile Vamos estuvieron muy cerca del Presidente, pero lamentablemente -hay que decirlo- después con la pandemia hubo materias muy jodidas: mociones parlamentarias de la izquierda, inconstitucionales, que contaron con votos de Chile Vamos.
Habla de los retiros...
Bueno, entre otras. Pienso en el congelamiento de tarifas, en la extensión del postnatal y, por supuesto, los tres retiros. Y donde hubo importantes dirigentes de Chile Vamos que los promovieron, no solo que pusieron sus votos. Y esa cuestión vista en perspectiva respecto del daño del país es brutal. Ahora, también creo que aunque venga de cerca, es importante destacar que en ese contexto hubo un partido que se opuso a todos los retiros y fue Evópoli, con todas las dificultades, con todos los costos electorales que eso tuvo.
¿Qué pasó con RN y la UDI en el tema de los retiros? ¿Hubo un abandono al Presidente?
Hubo, creo yo, un, entre comillas, sentido de supervivencia electoral. Eso Evópoli lo sabe, tuvimos un costo electoral muy importante. Y otros parlamentarios privilegiaron su supervivencia electoral.
¿A costa de?
A costa de ser parte del gobierno, de votar de acuerdo a nuestros principios, y de respetar la Constitución.
¿Abandonaron al gobierno y a Piñera en la práctica?
Lo plantearía de la siguiente manera. Lo que ocurrió en materia de retiros, en materia de desalineaciones con Piñera en el débil momento que tenía en términos políticos y de apoyo en las encuestas, es algo que debemos aprender si el día de mañana tenemos la responsabilidad de volver a gobernar.
¿Y qué tiene que aprender?
Hay que aprender que puede haber momentos de mayor apoyo ciudadano, otros de mucha debilidad, pero hay convicciones que no se deben transar. Y no se debe apoyar proyectos que son inconstitucionales, porque eso daña a la democracia y a las instituciones. Tampoco se puede abusar de las acusaciones constitucionales, eso daña a nuestra democracia, y si queremos ser una opción para la ciudadanía, las convicciones que defendemos son muy importantes.
A cinco años, ¿hay una reflexión en la derecha respecto de lo que significa el haber abandonado al gobierno sobre todo en materia de retiros?
Un grupo importante de personas, de estructuras y partidos, sí fueron leales con Sebastián Piñera, sí estuvieron con él. Es importante que, a cinco años del estallido, Chile Vamos comprenda que gobernar tiene muchas virtudes. Es una gran responsabilidad, tiene la posibilidad de hacer muchas cosas. Muchos parlamentarios de Chile Vamos que no estuvieron ahí en los momentos más difíciles se vieron muy beneficiados para llegar al Congreso o tener muy buenas votaciones cuando Piñera ganó la elección. Y aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar tienen también un deber de lealtad, de compromiso.
Ahora, si me preguntas por responsabilidades, el primero que debería hacer una cuestión en serio es el Presidente de la República. La izquierda en esta materia está profundamente al debe. Porque lo que hicieron fue brutal.
¿No han sido suficientes las autocríticas de Boric?
Por supuesto que no. Una cosa es hacer un comentario respecto al perro Matapacos, y otra es preguntarse por la actitud que tuvieron respecto a la violencia y cómo expresa o tácitamente la legitimaron, debilitando a Carabineros. Trataron con sus votos de hacer caer a un presidente democráticamente electo. Todo aquello es una cuestión realmente grande y compleja de la cual yo creo que no se han hecho responsables.
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