No se va: Boric mantiene a Velasco como embajador tras polémicas declaraciones

Fueron al menos dos las ocasiones en las que hablaron el representante de Chile en España con el canciller, quien se coordinó con el Presidente. En el Congreso, el ministro planteó que "no fue una expresión particularmente afortunada", por lo que se le llamó al orden. Sin embargo, recalcó que "eso no da pie para pensar en una medida disciplinaria extrema como la destitución". Así, se decidió solo hacer un llamado de atención verbal.


Tras seis días de polémica, este martes el embajador de España, Javier Velasco (CS), fue reafirmado en su cargo diplomático por el gobierno del Presidente Gabriel Boric, con quien comparte una amistad hace años.

Velasco -durante la semana pasada- señaló en un foro en Madrid que, ante el debilitamiento de las relaciones con Israel producto del conflicto en Gaza, Chile podría buscar en España un nuevo socio en el sector de defensa.

Frente a ello, el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, manifestó el viernes pasado que Velasco se habría “excedido en sus competencias” y, mandatado por el Presidente Boric, le solicitó un informe al embajador, el que entregó el pasado sábado 15 de junio. En documento, el diplomático frenteamplista buscó “dar cuenta de lo que exactamente dijo y, además, del contexto en el cual lo dijo”.

Tras analizar los antecedentes, Van Klaveren decidió solo realizar un llamado de atención verbal a Velasco, a quien respaldó este martes. En el Congreso, en el marco de la Comisión de Defensa de la Cámara, el canciller indicó que si bien “las declaraciones fueron inoportunas”, su intención “fue básicamente atraer inversiones en el sector aeroespacial”.

Esto, pese a las presiones de diferentes sectores políticos que emplazaron al Mandatario a remover al representante diplomático del cargo.

En su intervención, el titular de Relaciones Exteriores también transmitió que en todas las embajadas “hay luces y sombras”, pero que “la relación con España está en un excelente nivel”.

Sobre la polémica, Van Klaveren comentó que “nunca un embajador nuestro se involucra en una adquisición de armamento” y blindó a Velasco al decir que “el embajador no se refirió concretamente a compras de armas. Si lo hubiera hecho habría sido una falta mayor”.

Luego, el secretario de Estado profundizó en la decisión del gobierno durante un punto de prensa. “No es una actividad propia de la defensa. La audiencia de la que participó en ese seminario no era especializada en materia de defensa y en ningún caso se refirió a una política específica de la adquisición de armamento por parte de nuestro país. Si lo hubiera hecho se hubiera excedido, claramente, de sus competencias”, partió diciendo Van Klaveren.

En esa línea, sostuvo que “creemos que las palabras del embajador Javier Velasco no fueron las mejores. Pero es un error y, obviamente, ese error provocó el llamado al orden del Presidente”.

De todas formas, recalcó que “él se mantiene como embajador en Madrid”. En ese sentido, justificó la decisión: “No fue una expresión particularmente afortunada, creemos que fue innecesaria, pero la verdad es que eso no da pie para pensar en una medida disciplinaria extrema como la destitución”.

Los factores que consideró La Moneda

La decisión fue tomada en el Ejecutivo luego de que Boric mandatara en Europa a Alberto van Klaveren a analizar la polémica y aplicar medidas, lo que recién hizo este martes.

Desde ese momento, la agenda del ministro de RR.EE. ha sido movida. Durante el día estuvo en las dependencias del Minrel y, previo a su partida al Congreso, el canciller estudió el informe enviado por Velasco el pasado sábado 15 de junio.

Dentro de sus tratativas, Van Klaveren llamó a su par de Defensa, Maya Fernández, para coordinar su participación de este martes en la comisión de Defensa de la Cámara. Pero no fue el único llamado que hizo el secretario de Estado. Considerando que España tiene seis horas de diferencia, el ministro se contactó en al menos dos ocasiones con el embajador Velasco, para despejar su futuro como diplomático.

Del intercambio entre ambos no hay mucha información, sin embargo, habría sido en uno de esos contactos en donde el ministro le reforzó a Velasco que se quedaría en Madrid.

En su evaluación, Van Klaveren no solo tuvo presente la última polémica de Velasco y el documento enviado por el embajador. Según plantean en el Ejecutivo, en la determinación también se sopesó la conveniencia política de mantener a un diplomático tan mediático, más allá del error cometido la semana pasada.

Esto último fue conversado dentro del gobierno de Boric, lo que llegó a transformar el debate en si a la Cancillería le suma tener un embajador que se transforme en noticia y que esté en el centro de la contingencia, como la vez en la que expuso sus ideas sobre los “30 años” de la Concertación o cuando se viralizó una imagen suya acariciando los pies de su pareja dentro de un vehículo. Este último caso significó el primer llamado al “orden” del Presidente a su representante en España.

La tesis de la descontextualización

Por estos días, Velasco ha transmitido a dirigentes del Frente Amplio que sus palabras están descontextualizadas, tesis que ha sido compartida y expuesta por algunos de los principales rostros de su sector.

Uno de los que empleó la idea el fin de semana fue el diputado Gonzalo Winter, quien, en TVN, aseguró que “en la conversación sale el tema del quiebre de relaciones armamentistas de Israel con muchos países, incluyendo Francia. Lo que el embajador Velasco dice que ‘esto puede ser una oportunidad para nuevos oferentes’. ¿De verdad eso es un escándalo? Yo creo que no”.

En Cooperativa, el mismo parlamentario afirmó este martes que “el embajador plantea que está de acuerdo con que eso (la situación de Israel) abre oportunidades para nuevos oferentes, pero en esa opinión no veo ningún escandalo ni un error”.

Velasco también habló con el presidente de su partido, Convergencia Social, durante el fin de semana, a quien le explicó la situación. Al respecto, el diputado Diego Ibáñez indicó a La Tercera que “conversé personalmente con el embajador, he sido testigo en España de un trabajo reconocido transversalmente, y concluyo, al igual que el senador Insulza, que no hay ninguna cosa terrible sobre la cual debamos referirnos”.

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