BTG Pactual: “Aparecieron interesados en industrias como los agronegocios, salud, tecnología y servicios relacionados a la minería”

José Ignacio Zamorano

José Ignacio Zamorano, director de finanzas corporativas de BTG Pactual, dice que entre los inversionistas predomina la cautela, sobre todo por la Convención Constitucional. "Donde hay incertidumbre, el inversionista penaliza esta volatilidad con una mayor tasa de descuento”. Aquello ha hecho más difícil algunas operaciones en retail, consumo y real estate. Sin embargo, distingue cuatro industria donde pueden haber transacciones.


Mientras las grandes transacciones se siguieron realizando, en 2021 las operaciones de tamaño medio parecieron estancarse. Así evalúa José Ignacio Zamorano, director de finanzas corporativas de BTG Pactual al año pasado, ejercicio donde la incertidumbre económica sí golpeó a las empresas ligadas al sector consumo.

“No hubo transacciones relevantes de empresas de tamaño medio, sino más bien grandes corporaciones que hicieron aumentos de capital para financiar sus planes de crecimiento, como por ejemplo fue el caso de SQM e Itaú, además de la OPA sobre Enel Américas. Es algo atípico tener tres operaciones por más de US$1.000 millones cada una, todas transacciones con un componente internacional vía ADRs en la Bolsa de Nueva York″, analiza Zamorano sobre el mercado de las acciones.

A juicio del ejecutivo, en el mercado de renta fija el componente de emisiones de deuda local redujo fuertemente su actividad, pues los grandes compradores -institucionales locales como AFP y compañías de seguros- vieron afectado su apetito de inversión y liquidez por los retiros de fondos previsionales y cierto ruido regulatorio.

Esta fuerte contracción de la demanda llevó a que las tasas base en Chile subieran entre 200 y 300 puntos en el último año, encareciendo el costo de fondeo. “Eso quiere decir que a una empresa le cuesta más caro endeudarse en Chile, pero no en Estados Unidos, por ejemplo, donde la tasa base se mantuvo en niveles similares que el año pasado, y por debajo que en años anteriores. Por eso vimos la colocación de bonos en el extranjero de los típicos emisores chilenos, y también otras compañías nuevas CCU y Agrosuper, que históricamente habían preferido el mercado local debido al calce natural de monedas con su negocio principal”, dice el ejecutivo.

Según Zamorano, entre los inversionistas hay incertidumbre respecto del destino de la Convención Constitucional y están en un modo de espera y cautela, mientras que al nuevo gobierno le están entregando, por el momento, un voto de confianza. “Donde hay incertidumbre, el inversionista penaliza esta volatilidad con una mayor tasa de descuento”, recalca el ejecutivo.

Hay procesos de compraventa en stand-by, sobre todo en aquellas industrias que podrían verse más afectadas, enfatiza Zamorano y apunta a que “en las transacciones de tamaño mediano de las industria tradicionales como consumo, retail y real estate, que fueron las más afectadas por crisis social y pandemia, no se están alineando aún las puntas entre lo que exige el vendedor y lo que quiere el comprador. Hay varias transacciones entre US$50 y US$200 millones en esos sectores que se están intentando, y esperemos que tengan una concreción este año”.

Cómo viene el 2022

“El 2020 ya había sido un año récord para BTG Pactual y este 2021 fue aún mejor. Estuvimos presentes en las grandes transacciones en M&A, y lideramos las únicas tres colocaciones de acciones de tamaño relevante. Creemos que el 2022 podría ser igual de bueno”, dice José Ignacio Zamorano.

El director de finanzas corporativas del banco de inversión, explica que durante 2021 hubo una limitada participación de compradores chilenos en las transacciones de M&A, algo que podría reflejar el estado de ánimo de los inversionistas locales respecto del futuro de la economía.

Por ejemplo “CGE fue comprada por State Grid de China, Colbún Transmisión por un fondo de pensiones de Holanda, y Gasmar por un fondo de infraestructura basado en Houston. La semana pasada vendimos el parque solar San Andrés a la canadiense Innergex Renewables Energy; y están en proceso de venta GNL Quintero, Sonacol, Metrogas, entre otras. El mínimo común múltiplo de estas operaciones es que el tamaño es relevante, pertenecientes a la industria de energía e infraestructura, relativamente menos afectados por la crisis, y donde lo más natural es que los compradores sigan siendo extranjeros al ser industrias reguladas, o con contratos de largo plazo, con fuerte inversión en activos fijos y flujos dolarizados y con protección a la inflación”, dice Zamorano.

Para este año, el ejecutivo explica que esos sectores -energía e infraestructura- seguirán dominando las transacciones considerado el tamaño, pero en el horizonte “aparecieron nuevos interesados en industrias como los agronegocios, salud, servicios relacionados a la minería y tecnología, creo que esas cuatro industrias pueden dar sorpresas en 2022″, dice.

En esa línea, apunta que el año pasado “en agronegocios está el valor intrínseco de la tierra, donde su precio tiene sólidos fundamentos. Por ejemplo, vendimos David del Curto al fondo Hancock Natural Resource basado en Boston; y un fondo de BTG Pactual adquirió más de 80.000 hectáreas forestales a Arauco”. En tanto, en el área de tecnología detalla que existen compañías pequeñas y de mediano tamaño que en algún momento deberán fusionarse o que las grandes del sector tratarán de comprarlas.

Recompras y crecimiento en la región

Uno de los factores que marcaron el mercado de capitales en 2021 fueron las recompra de acciones por parte de las empresas y de las sociedades controladoras, como las hechas por SQYA en la cascada de SQM, Quinchamalí en Cencosud y AES en Gener.

Al respecto, Zamorano comenta que además de las conocidas “hubo varios intentos de otros, tres o cuatro al menos, que lo llevaron al directorio, pero que finalmente no prosperaron. Excepto un par proyectos puntuales en energía y minerías no hay mega proyectos de inversión, y por ende las compañías no necesitarían realizar aumentos de capital, los precios de las acciones aún cuando se han venido recuperando en las últimas semanas siguen en niveles demasiado bajos y la caja extra que las compañías han generado renta poco, por eso optan por esta opción. La contrapartida de las recompras es que le quita flotación a las acciones de la compañía, disminuyendo su liquidez, y los pesos en el IPSA y en los índices internacionales, que miden sus índices en base al free float de la acción, no el tamaño de la empresa”.

Pero hacia 2022, el ejecutivo señala que con “el IPSA acercándose a 5.000 puntos y las empresas mostrando planes de inversión, las recompras no debería ser un boom. Para financiar este 2022 las compañías se financiaron con bancos, no fueron al mercado con aumentos de capital. Lo más sano ahora es que vayan al mercado accionario vía aumentos de capital”.

¿Volverá, como ocurrió hace años, a haber un boom de empresas chilenas expandiéndose en la región?

No es probable que eso suceda por ahora. Brasil es demasiado grande y ha costado entrar sin un socio adecuado. En Argentina lamentablemente hay malas experiencias previas, México está quizás demasiado alejado de nosotros y ellos mirando más bien mira hacia EEUU. Por otro lado, tenemos a Perú y Colombia que si bien han tenido problemas en el ámbito político y social, tienen similitudes con Chile en ser economías emergentes enfocadas en materias primas, siendo los candidatos más obvios como destino de inversión chilena, aunque cada vez más hemos visto apetito de empresarios chilenos de diversificarse no sólo en el eje andino, sino también mirando a EEUU y Europa.

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