“Las cuarentenas, cuidados sanitarios y los problemas logísticos han determinado que los volúmenes de alimentos que intercambiamos con el mundo hayan sido menores a los que proyectábamos a inicios de año. También la disminución del número de personas dispuestas a incorporarse a la fuerza de trabajo ha sido un escollo indudable para enfrentar la producción. Todo ello ha impactado los costos de la industria de alimentos del país”.

Ese fue uno de los pasajes de la carta que envió el presidente de la Asociación de Empresas de Alimentos de Chile A.G. (Chilealimentos) Alberto Montanari, en el marco de la entrega de su último reporte anual. El fundador de Invertec Foods estuvo al mando del gremio entre 2003 y 2021, siendo reemplazado por Gonzalo Bachelet, tras la asamblea de socios del 15 de diciembre del año pasado.

El mensaje cobra especial relevancia y actualidad para la industria agroalimenticia, luego que el 19 de abril de 2022, el gerente general del gremio Guillermo González acudiera al Ministerio de Relaciones Exteriores para reunirse con el director General de Asuntos Económicos Bilaterales, Sebastián Gómez.

En la reunión uno de los tópicos abordados fue justamente el alza en los costos de mano de obra que enfrenta la industria agroalimentaria en Chile motivada, entre otras razones, por la mayor liquidez de la población tras los retiros de fondos de pensiones y las entregas de ayudas estatales. A las empresas del agro, afirman, les está costando conseguir personas que estén dispuestas a trabajar por la misma paga que recibían antes.

“Regularización de la situación de inmigrantes en Chile, por la falta de capital humano existente hoy”, consignó el acta oficial del encuentro como uno de los temas a tratar.

A través de un cuestionario vía escrita, el gerente general de Chilealimentos, Guillermo González explicó que “hoy hay muchas empresas que están trabajando en el país con dotaciones de personal muy por debajo del 100% de ocupación que tenían previo a la pandemia. Eso determina que el potencial de oferta de las empresas esté siendo subutilizado. En el país hay una dotación de trabajadores extranjeros que podrían emplearse y salir de la informalidad si la autoridad regulariza su situación. En este sentido, hemos solicitado que se agilicen los esfuerzos para hacer que todas esas personas cuenten con autorización de trabajo lo antes posible, pues seguirán permaneciendo en el territorio nacional y, lo que es más lamentable, que lo sigan haciendo en calidad de trabajadores informales”.

Según consta en el acta oficial del encuentro -efectuado a través de la plataforma de Ley de Lobby- el gremio planteó a la autoridad la necesidad de una “regularización de la situación de inmigrantes en Chile, por la falta de capital humano existente hoy”.

Según conocedores del encuentro, en la reunión el represente de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) habría explicado que dicha petición no es de competencia de Cancillería, sino del Ministerio del Interior.

Hoy el Código del Trabajo establece que, a lo menos, el 85% de los trabajadores que sirvan a un mismo empleador tendrán que ser de nacionalidad chilena, para el caso de empresas con más de 25 empleados. Es decir, el porcentaje de trabajadores extranjeros permitidos por empresa es de un 15%.

Otra de las preocupaciones mencionadas en la reunión fueron los problemas de logística portuaria, en donde Subrei sí cuenta con relación, pero también compete a los ministerios de Transportes y Obras Públicas.

Chilealimentos reúne a 70 empresas, entre ellas: Cambiaso Hermanos S.A.C; Cristalerías de Chile S.A.; Empresas Carozzi S.A. - Agrozzi; Ideal S.A. (Bimbo); Kellogg Chile Ltda.; Kraft Heinz Chile Ltda. y Tres Montes Lucchetti S.A.

En el acta también quedó registro que otro de los tópicos abordados fue el ingreso de Chile al Acuerdo Transpacífico - TPP11, foro que reúne a grandes economías como Singapur, Vietnam, Japón y Estados Unidos.

El ejecutivo del gremio afirmó a Pulso PM que “no ingresar al TPP11 implica, para los rubros representados en Chilealimentos, perder ventajas arancelarias en favor de nuestros competidores. Los negocios agroindustriales en el mundo son de muy estrecho margen, por lo que un par de puntos de arancel que tengamos que cancelar al ingresar a los países del TPP11, nos deja fuera de competencia frente a otros oferentes”.

Por otro lado, el ejecutivo explicó a la autoridad de Subrei que existe inquietud por parte de las empresas asociadas al gremio por los cambios en la regulación de certificación de productos orgánicos que se exportan a la Unión Europea (UE).

A partir de julio próximo, la UE aplicará un nuevo sistema para acreditar las exportaciones de productos orgánicos a Europa, que pasará de documentación física a un sistema electrónico. Ello implica que la UE debe habilitar a Chile para que pueda operar este nuevo sistema. “Las autoridades chilenas del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Servicio Agrícola y Ganadero vienen solicitando que la UE habilite a Chile en este nuevo sistema. De hecho, el gobierno ya envió el mes pasado una nota diplomática haciendo notar el problema. Hasta el momento no se ha tenido respuesta, lo que tiene muy intranquilos a todos los exportadores de este tipo de productos”, añadió González.

“No es posible esperar que llegue la fecha límite para que se implemente el sistema, ya que hay tratos comerciales entre privados que tienen tiempos rigurosos de cumplimiento. Como Chilealimentos, aparte de hacer notar nuestra preocupación, estamos monitoreando el avance de esta materia para tranquilidad de nuestros socios y de todos los exportadores de productos orgánicos a la Unión Europea”, recalcó el gerente general de Chile Alimentos.