Colocaciones de bonos se disparan en 2022 mientras AFP aumentan inversión a niveles cercanos al pre estallido
Para noviembre del año pasado, las AFP tenían el 48,1% de los fondos de pensiones en renta fija nacional ($73.402.292 millones), cifra cercana al 50,5% que tenían en septiembre de 2019, un mes antes del estallido social ($79.653.472 millones).
El 2023 promete ser el año de la renta fija. Y es que las políticas monetarias contractivas de los bancos centrales para contener la inflación desatada por los estímulos fiscales en medio de la pandemia, y los efectos adversos en materias primas de la invasión de Rusia a Ucrania, prometen retroceder durante el ejercicio para dar un impulso y evitar, o salir, de una recesión.
Así, la baja en las tasas de política monetaria generaría una ganancia de capital en el mercado de renta fija, y para ello los inversionistas aumentaron su exposición a los activos de deuda desde los últimos meses de 2022. En ese contexto, también repuntó el mercado local de deuda.
Según datos de la Bolsa de Santiago, la colocación de bonos el año pasado llegó a $7.926.677 millones (US$9.302 millones), 505% por sobre el monto negociado en 2021 y que incluso se posiciona por sobre los $3.107.861 millones (US$3.647 millones) de 2020.
Sin embargo, las cifras aún no dan cuenta de un año normal. Y es que el retiro de US$50.000 millones de los fondos previsionales entre 2021 y 2021 mermó fuertemente el mercado de deuda.
Así lo señala Martina Ogaz, economista de EuroAmerica, para quien “el mercado de renta fija ha ido lentamente recuperándose tras los retiros de fondos de pensiones, ya que la profundidad del mercado se redujo bastante afectando a los precios, desincentivando las colocaciones y de igual manera los montos transados”.
De hecho, los montos transados en bonos por parte de inversionistas cayeron 21,78% en 2022 a US$148.136 millones. Pero el dato también es menor al reportado en 2020, 2019 y 2018, cuando llegó a US$226.934 millones, US$291,134 millones y US$245.197 millones, respectivamente.
Con todo, datos de la Superintendencia de Pensiones muestran cómo las AFP, los principales inversionistas locales, han ido retomando su exposición al mercado de deuda local, lo que también ha despertado el mayor interés por emitir. Así, para noviembre de este año, las AFP tenían el 48,1% de los fondos de pensiones en renta fija nacional ($73.402.292 millones), mucho más que el 38,8% del mismo año de 2021. Incluso la cifra ya es cercana al 50,5% que tenían en septiembre de 2019, un mes antes del estallido social ($79.653.472 millones).
Ante este escenario, los expertos apuntan a que este año podría ser más que positivo para la renta fija. Guillermo Kautz, gerente de renta fija de la AGF de MBI, sostiene que “nosotros vemos un buen 2023 para el tipo de activo, con una TPM que comienza el año en niveles históricamente altos y que se espera vaya bajando a partir del segundo trimestre de 2023 para terminar el año en 7% o menos, esto en la medida que el ciclo hiper inflacionario visto en 2022 vaya revirtiéndose”.
Ogaz, si bien coincide en la recuperación del sector, también advierte que “hay bastante riesgos, el principal una eventual nueva discusión de un nuevo retiro de fondos de pensiones que tiene como fecha mediado de abril, fecha en la que termina la restricción reglamentaria en el congreso. Por su parte la incertidumbre y la desaceleración de la economía podría afectar el numero de colocaciones que se realicen en el año. En definitiva, el mercado de renta fija se recupera lentamente ante esta serie de complejidades que se estarían presentando en 2023 tanto a nivel económico como político”.
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