El ánimo del consumidor estadounidense está empeorando
Las amenazas arancelarias y las turbulencias de los mercados causan nerviosismo al inicio del segundo mandato de Trump. Los consumidores estadounidenses creen que tendrían que cubrir casi la mitad del costo de un hipotético arancel del 20%, por término medio, según una encuesta encargada por economistas académicos desde mediados de diciembre hasta principios de enero.
La mejora en la confianza del consumidor gracias a Trump ya ha terminado.
Las amenazas arancelarias, las oscilaciones bursátiles y la rápida reversión de las órdenes ejecutivas están provocando que los estadounidenses de todo el espectro político se sientan considerablemente más pesimistas sobre la economía que antes de que el Presidente Trump asumiera el cargo.
El sentimiento del consumidor cayó alrededor del 5% en la encuesta preliminar de febrero de la Universidad de Michigan entre los consumidores, a su lectura más baja desde julio de 2024. Las expectativas de inflación para el año que viene saltaron del 3,3% en enero al 4,3%, el segundo mes consecutivo de grandes aumentos y la lectura más alta desde noviembre de 2023.
“Es muy raro ver un salto de un punto porcentual completo en las expectativas de inflación”, sostuvo Joanne Hsu, que supervisa la encuesta. Los republicanos vienen de un aumento de la confianza tras las elecciones, dijo, y los demócratas e independientes también parecen creer que las condiciones económicas se han deteriorado desde el mes pasado.
También el reciente índice de confianza del consumidor de Morning Consult cayó entre el 25 de enero y el 3 de febrero, impulsado principalmente por la preocupación por el futuro económico del país.
“No me gustan las turbulencias. No me gusta el caos en el mercado”, manifestó Paul Bisson, de 58 años, que redacta propuestas para una empresa de seguridad aérea y es copropietario de una guardería canina en San Antonio. Bisson votó a Trump, pero cree que “sus políticas han llevado a ese caos”.
Bisson espera jubilarse en un futuro no muy lejano, y le preocupa que eso no sea posible si Trump sigue adelante con sus amenazas arancelarias, en lugar de usarlas solo como táctica de negociación.
“Eso empeorará la economía, y eso no es lo que firmamos”, comentó Bisson. “Ya hemos recortado. No hay más recortes que hacer”, agregó.
Inmediatamente después de la victoria de Trump en noviembre, la confianza del consumidor se disparó, un movimiento impulsado en gran medida por el nuevo optimismo entre los republicanos. El sentimiento se mantuvo elevado durante todo el periodo previo a la toma de posesión.
Trump ganó las elecciones en gran medida haciendo campaña con la promesa de mejorar la economía y reducir la inflación. Los economistas advirtieron de que sus planes arancelarios podrían tener el efecto contrario. El propio Presidente ha advertido que los aranceles podrían causar cierto dolor, pero que en última instancia darían lugar a más empleos y a una economía más fuerte.
Trump ha puesto en pausa sus planes de imponer aranceles a las importaciones procedentes de Canadá y México. Sin embargo, los consumidores están claramente preocupados por sus posibles efectos.
Los temores sobre la inflación se dispararon tras la rueda de prensa de Trump del 16 de diciembre, en la que amenazó con aranceles del 10% a China y del 25% a México y Canadá, según la Universidad de Michigan. Y volvieron a aumentar el 21 de enero, cuando el mandatario afirmó que cumpliría sus promesas a comienzos de mes.
“Parece que los consumidores están prestando atención a las noticias”, señaló Hsu.
Los consumidores estadounidenses creen que tendrían que cubrir casi la mitad del costo de un hipotético arancel del 20%, por término medio, según una encuesta encargada por economistas académicos desde mediados de diciembre hasta principios de enero.
“Esta idea de que ‘los extranjeros pagan nuestros aranceles’ no está realmente respaldada por esta encuesta”, dijo Michael Weber, economista de la Universidad de Chicago y uno de los organizadores de la encuesta.
Los republicanos encuestados estimaron que los consumidores asumirían el 41% de los costos de la tarifa. Su visión de la política es significativamente más favorable que la de los demócratas, que esperan que los consumidores asuman el 68% de los costos.
John Schinkel, por su parte, que votó a Trump, está de acuerdo con la agenda económica del Presidente, pero comentó que estaba “un poco nervioso” en vísperas del lanzamiento previsto de los aranceles.
La preocupación de este inversor inmobiliario de 53 años era que los aranceles pudieran resultar contraproducentes económicamente y poner en peligro otros planes de Trump.
Aliviado por el aplazamiento de algunos aranceles, Schinkel aseguró que sigue confiando en que Trump reducirá los precios y los tipos de interés, aunque no inmediatamente.
“No culpo a Trump por el precio de los huevos en este momento”, indicó. “No importa quién esté en la Casa Blanca, le daría a esa persona un año para que establezca sus políticas antes de comenzar a culpar a los precios por cosas de consumo como esa”, añadió.
Las expectativas de que los precios de las acciones caigan en los próximos seis meses aumentaron hasta el 42,9% en la última encuesta semanal de la Asociación Americana de Inversores Individuales, el nivel más alto desde noviembre de 2023 y muy por encima del promedio histórico.
Sanjay Dayal, fundador de una empresa de recarga de vehículos eléctricos, ya se está retirando de sus inversiones en empresas individuales. En su lugar, está invirtiendo en oro e inmuebles, que considera apuestas más estables en un entorno económico precario.
“Parece como si no supiéramos qué va a pasar mañana”, sostuvo Dayal, que tiene 56 años y anotó el nombre de su perro Heidi como candidato a la presidencia en las últimas elecciones.
En Durham, Carolina del Norte, Nicholas Schuch está pensando en convertir la mitad de sus ahorros en divisas.
Este genetista de 38 años quiere elegir un país en cuya política monetaria confíe más. “Estaba pensando en Suiza, potencialmente”, afirmó.
Schuch, que votó por Kamala Harris, dijo que le preocupa que Trump pueda dañar la reputación de Estados Unidos como socio comercial, manipular la Reserva Federal e interrumpir la financiación de subvenciones en su industria.
“Solo espero que las cosas sean caóticas, y así es la vida ahora”, comentó Schuch.
Erica Atisso, por su parte, se pasó la semana preguntándose si llegarían los tres pares de vaqueros que encargó a la empresa china Shein por US$ 48 hace un mes, creyendo que podrían retrasarse por una suspensión temporal de las importaciones de China (aparecieron el viernes).
La propietaria de la guardería de West Lafayette, Indiana, también experimentó un retraso de semanas en la recepción de la financiación del programa federal de alimentos de la guardería para diciembre, debido a lo que ella cree que fue la confusión en torno a la orden de Trump y la rápida reversión de una pausa en la asistencia federal.
“Simplemente no hay manera de planificar el futuro”, aseguró esta mujer de 45 años, que votó por Harris. A ella le preocupa que el país esté en la cúspide de una recesión económica que hará que sus clientes pierdan sus empleos y, a su vez, no puedan pagar el cuidado infantil.
“No sabes si serás financieramente estable o si te van a arrancar la alfombra de debajo de los pies”, concluyó.
-Traducido del inglés por Pulso.
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