El pacto que gobernará la nueva Latam Airlines: el presidente seguirá siendo Ignacio Cueto
La alianza entre los Cueto, Delta y Qatar deberá invertir casi US$ 1.800 millones para tener el 27% de la futura propiedad de la aerolínea. Podrán nominar a cuatro de los nueve directores y elegirán al presidente, quien deberá ser un chileno, al menos durante los primeros dos años. Será Ignacio Cueto. Los acreedores tendrán cinco directores y el vicepresidente.
La nueva Latam tendrá además una nueva estructura de propiedad. Totalmente diferente de la actual. Las actuales acciones representarán tan solo el 0,1% del accionariado futuro de la compañía y el aumento de capital previsto en su plan de reorganización dejará otro equilibrio de poderes. Si el plan, tal como está, es aprobado en el Tribunal de Quiebras del Distrito Sur de Nueva York, los acreedores podrían tener el 65% de la propiedad a futuro y los actuales accionistas, el restante 35%. Pero para ello deberán multiplicar su inversión.
El grupo de los accionistas principales, la alianza formada por la familia Cueto, la estadounidense Delta y Qatar Airways, que hoy suma casi 47% de las acciones, podría tener el 27%, pero para ello deberá aportar casi US$ 1.800 millones de los más de US$ 8 mil millones que Latam espera obtener en recursos frescos a través de tres vías: nuevas acciones, bonos convertibles y endeudamiento.
Ese grupo de accionistas estratégicos y los principales acreedores, quienes negociaron junto a la administración de la empresa el plan de reorganización anunciado el viernes pasado, también negocian otra cosa: un pacto de accionistas que defina el gobierno futuro de la aerolínea. Así lo describen los documentos ingresados en el tribunal de Estados Unidos.
El pacto de accionistas ya determina una cosa: que durante los primeros dos años siguientes a la entrada en vigor del plan tanto acreedores como accionistas principales otorgarán sus votos para que los acreedores elijan cinco de los nueve directores de Latam Airlines, así como al vicepresidente. La alianza Cueto-Delta-Qatar nombrará a cuatro integrantes de la mesa, incluyendo al presidente de la junta directiva, “quien deberá ser de nacionalidad chilena”, dicen los documentos. Diversas fuentes afirman a Pulso que la intención es que al mando de la Latam siga Ignacio Cueto, quien lleva más de 30 años en la empresa, se hizo gerente general en 2005 y entró al directorio en abril de 2017.
Hoy el directorio de Latam está presidido por Ignacio Cueto e integrado además por su hermano Enrique Cueto, su aliado Nicolás Eblen, y los directores Henri Philippe Reichstul, Alexander Wilcox, Sonia Villalobos y Enrique Ostalé. Los minoritarios, entre ellos las AFP, eligieron en Latam a Patrick Horn y Eduardo Novoa.
El pacto de accionistas en negociación incluirá otros aspectos, pero no, dicen personas al tanto de las gestiones, derechos de compra y venta de acciones entre acreedores o accionistas principales. Tampoco habrá restricciones.
Los accionistas principales tendrán dos vías para incrementar su apuesta en Latam. Primero, en el aumento de capital por US$ 800 millones a través de la emisión de nuevas acciones: Cueto-Delta y Qatar se comprometieron a poner al menos la mitad de ese monto. Lo mismo en el caso de los bonos convertibles clase B, que ascienden a US$ 1.373 millones: los tres socios se comprometieron a respaldar por completo la suscripción, la que está abierta para todos los accionistas. El plazo para realizar esta conversión -a un precio atractivo- tardará cuatro años, pero también podrá ser realizada -como excepción, dice un negociador- en los 60 días siguientes al cierre del plan de reorganización.
Aquello ocurrirá a mediados de 2022. Y si Cueto, Delta y Qatar deciden realizar la conversión en el inicio del período, tendrán un período de bloqueo de cuatro años durante el cual no podrán vender sus acciones. Aquella restricción no afectará al resto de los accionistas que adopten este camino: solo a los denominados “accionistas estratégicos”. Aunque el pacto con los acreedores limita la presencia de Cueto-Delta-Qatar al 27% de la nueva Latam en el plan de reorganización, los tres socios sí podrían seguir comprando acciones después del cierre del programa, dicen personas familiarizadas con el negocio.
Pero aquello tampoco será fácil: los tres socios deberán colocar unos US$ 1.800 millones para preservar el 27%. Si Cueto, Qatar y Delta deciden dividir su presencia en tres tercios iguales, cada uno debería aportar unos US$ 600 millones. La familia chilena facilitó a Latam en 2020 unos US$ 250 millones a través del financiamiento DIP (Debtor in Possession), recursos que serán pagados por la aerolínea antes del aumento de capital, lo que les permitirá contar con más de US$ 300 millones -dada la alta tasa de interés considerada- para los nuevos aportes. Pero no será suficiente: los Cueto requerirían al menos otros US$ 200 millones adicionales y para ello deberán conseguir nuevos recursos. O nuevos aliados.
Los otros bonos, las series A y C, destinados a sus acreedores, tienen 60 días para realizar el cambio en acciones sin que la relación de conversión sufra una merma del 50%. Con ello, el incentivo es a transformar a los acreedores en accionistas en el mismo 2022 y no después.
Plan de retención a ejecutivos
Los documentos presentados en Estados Unidos incluyen además un plan de retención que será destinado a los 40 ejecutivos principales de la aerolínea, por un importe no inferior a US$ 35 millones en total. La intención de los accionistas y acreedores es mantener al equipo ejecutivo que ha liderado el proceso del chapter 11 en Estados Unidos, encabezado por Roberto Alvo, CEO de Latam.
En los documentos se confirma que el Enterprise Value de Latam considerado en las negociaciones llegó a US$ 14 mil millones.
Además, se detalla que al cierre de septiembre la flota de Latam está compuesta por 237 Airbus y 65 aviones Boeing. Entre enero y septiembre de 2021, Latam operó al 39,1% de la capacidad que reportaba en igual fecha de 2019, antes de la pandemia que azotó a la industria aeronáutica. En sus operaciones internacionales, la cifra llega solo al 20%. En el segundo trimestre de 2020, el peor momento de la expansión del Covid, sus operaciones cayeron al 6,3% de su volumen regular.
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