La columna de Karin Moore: “Equidad empresarial y buen gobierno corporativo”
"En las reflexiones sobre el futuro de las empresas, la equidad de género y el buen gobierno corporativo emergen como pilares fundamentales para la construcción de compañías más sólidas, éticas y sostenibles".
“Tan pronto como despegamos supe que, desde entonces, tendría que volar”. Las palabras de Amelia Earhart, quien rompió barreras en un cielo donde las mujeres no se habían aventurado hasta entonces, resuenan hoy en el mundo empresarial. Earhart, guiada por Neta Snook, nos recuerda que, a pesar de las restricciones circunstanciales, el potencial femenino es inmenso y transformador. Esta historia de pioneras recogida en el epílogo del libro “La disrupción del liderazgo femenino” de Cubeiro & Cubeiro, es un paralelismo poderoso con la realidad actual de las mujeres en la alta dirección de las organizaciones.
En las reflexiones sobre el futuro de las empresas, la equidad de género y el buen gobierno corporativo emergen como pilares fundamentales para la construcción de compañías más sólidas, éticas y sostenibles. De esto da cuenta el reciente informe sobre Equidad Empresarial y Buen Gobierno Corporativo de Fundación Chile Mujeres, basado en el reporte de cumplimiento de la normativa (NCG Nº461) de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Arroja luz sobre la disparidad existente en los niveles de liderazgo, con un preocupante 18,1% de mujeres en directorios y un 18,8% en la alta gerencia. Este panorama no solo refleja un déficit de equidad, sino también una oportunidad perdida para enriquecer la toma de decisiones y fortalecer la innovación a través de la diversidad.
La presencia femenina en espacios de poder va más allá de una cuestión de justicia social; es un imperativo estratégico que influye directamente en la rentabilidad y la capacidad de atracción de talento de las empresas. Sin embargo, la participación femenina tiende a disminuir a medida que aumenta el nivel de responsabilidad, un fenómeno que no solo se observa a nivel local, sino también global. A pesar de los lentos avances hacia la equidad de género, los datos sugieren que aún enfrentamos un camino largo y desafiante.
En este contexto, es esencial reconocer que el avance hacia la paridad de género no puede desligarse de la valoración de lo femenino en todas sus dimensiones. La diversidad en los equipos directivos y la implementación de un liderazgo genuinamente inclusivo y auténtico se presentan como factores clave para la adaptación a la nueva realidad laboral y empresarial que demanda mayor colaboración, flexibilidad, creatividad, transparencia y empatía.
La conversación sobre equidad de género y buen gobierno corporativo es, en última instancia, una conversación sobre el tipo de sociedad y economía que queremos construir. Es imperativo que las organizaciones lideren con el ejemplo, adoptando prácticas que no solo aborden las disparidades actuales, sino que también preparen el terreno para futuras generaciones de líderes. La equidad y la inclusión deben ser vistas no como metas distantes, sino como componentes integrales de la estrategia corporativa que, implementados con compromiso y visión, pueden transformar positivamente el panorama empresarial.
La historia de Amelia Earhart no es solo una crónica de hazañas aeronáuticas; es una invitación a desafiar el statu quo, a buscar el progreso a través de la inclusión, y a creer en el poder transformador del liderazgo desde lo femenino. Las organizaciones que se atrevan a despegar hacia un futuro de equidad de talento no solo alcanzarán nuevas alturas, sino que también trazarán la ruta para que otros sigan. Porque, al final del día, este es un viaje que debemos emprender juntos.
*La autora de la columna es coordinadora legal de Clapes UC
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