La trastienda de la sesión en que la CMF definió los bancos sistémicos y la diferencia interna que hubo sobre los cargos de capital

La trastienda de la sesión en que la CMF definió los bancos sistémicos y la diferencia interna que hubo sobre los cargos de capital

No fue un acuerdo unánime el que tomó el Consejo de la CMF cuando en marzo determinó los bancos sistémicos y sus cargos de capital. Así lo revela el acta de la sesión de ese día.


El jueves 28 de marzo el Consejo de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) se reunió a las 10.42 horas para realizar su sesión ordinaria. El punto seis de la tabla versaba sobre la calificación anual de los bancos de importancia sistémica en Chile y la resolución de cargo de capital adicional para cada uno de ellos.

Esta era precisamente una de las definiciones más importantes que esperaban los bancos por parte del regulador de cara al cumplimiento de las normas de Basilea III, ya que eso determina una parte relevante del dinero adicional que tienen que constituir para cumplir con dicha regulación. Y hasta ahora la industria no ha quedado conforme con la determinación que adoptó el regulador, ya que estiman que el requerimiento de capital estuvo muy por sobre lo que esperaban.

En esa sesión los comisionados definieron que este año mantienen la calidad de bancos sistémicos y los cargos de capital las mismas entidades que en 2023: Banco de Chile (con cargos de capital básico adicional respecto de los activos ponderados por riesgo de 1,25%), Bci (1,75%), BancoEstado (1,25%), Itaú Chile (1%), Santander Chile (1,5%) y Scotiabank Chile (1,25%).

Esa definición, cuando el Consejo se reunió el 30 de marzo de 2023, fue unánime. En ese momento eran sus comisionados Solange Berstein, Augusto Iglesias, Bernardita Piedrabuena, Mauricio Larraín y Kevin Cowan. Pero en marzo de este año, cuando tuvieron que tomar la misma definición, no hubo unanimidad entre los consejeros respecto del capital que zanjaron para cada entidad, ya que hubo un voto de disidencia. Este año, en vez de Larraín y Cowan, hay dos nuevos consejeros en la CMF: Beltrán de Ramón y Catherine Tornel.

Según revela el acta de la sesión del Consejo del 28 de marzo de 2024, ese día no estuvo presente el comisionado Beltrán de Ramón, quien tenía permiso administrativo. Mientras que la comisionada Catherine Tornel fue precisamente el voto de disidencia en la ocasión.

El voto de disidencia

El director general de regulación prudencial de la CMF, Luis Figueroa, acudió a esa sesión para presentar al Consejo el detalle de la propuesta. Argumentó que según la metodología establecida en la norma que dictó la CMF hace algunos años, revestirían la calidad de bancos sistémicos las entidades anteriormente mencionadas, con las mismas exigencias de capital adicional, cargos que deberían constituirse en un 75% a más tardar el 1 de diciembre de 2024.

El Consejo analizó la propuesta presentada, y luego Berstein, en su calidad de presidenta de la CMF, sometió el punto a votación. Allí, la unanimidad de los consejeros presentes acordó calificar como de importancia sistémica e imponer los cargos de capital propuestos a Itaú Chile, con un 1%; y a BancoEstado, con un 1,25%.

Sin embargo, respecto de las otras entidades, la votación no fue igual. Berstein, Iglesias y Piedrabuena acordaron calificar como de importancia sistémica e imponer los cargos de capital anteriormente planteados a los bancos restantes: 1,25% a Banco de Chile y Scotiabank; 1,5% a Santander, y 1,75% a Bci.

Tornel se abstuvo de participar y votar en relación con Banco de Chile, ya que hasta julio de 2023 se desempeñó como gerenta de área en esa entidad, y hasta octubre de 2023 fue directora de Banchile AGF, por lo que le afectaba la causal de inhabilidad al haber estado trabajando allí en los últimos doce meses previos a su ingreso a la CMF.

Si bien no se pronunció sobre el Chile, sí lo hizo respecto de las otras entidades, donde no estuvo de acuerdo con el resto de los comisionados, por lo que manifestó su voto en contra.

Según revela el acta de la sesión, Tornel lo argumentó de la siguiente manera. “Primero, que las exigencias adicionales de capital para bancos sistémicos buscan acotar su impacto sistémico en casos de insolvencia y/o resolución de la entidad bancaria. Segundo, que, en su opinión, la banca chilena, a nivel de industria, ha demostrado un nivel de robustez y resiliencia que permite sostener que existe una muy baja probabilidad de llegar a escenarios de insolvencia y/o resolución, debido, en parte, al bajo grado de sofisticación de los productos ofrecidos, a su modelo de negocio conservador basado principalmente en intermediación crediticia, y al número acotado de bancos en el país, lo que permite una supervisión altamente intrusiva y efectiva por parte de la CMF”, señala el documento.

Agregó: “Tercero, que la imposición de cargos de capital excesivos no solo puede tener efectos sobre la competitividad de los bancos chilenos, sino también en el acceso al crédito por parte de la población, provocando que ciertos segmentos sean desplazados hacia mercados de crédito informales e ilegales”.

El acta de la sesión explica que Tornel continuó “indicando que los argumentos expuestos y las decisiones sobre cargos sistémicos que han adoptado otros supervisores a nivel internacional, justifican que el cargo a aplicar a cada banco sea el cargo mínimo de la categoría en la cual se ubica según su puntaje”. Esto es, un 1% para Itaú Chile y Scotiabank Chile; y un 1,25% para BancoEstado, Santander Chile, y Bci.

Finalmente, Tornel solicitó que durante 2024 se revise la normativa vigente aplicable, “considerando especialmente los costos de los requerimientos patrimoniales adicionales en términos de acceso al crédito e inclusión financiera, además de los cargos de capital impuestos a bancos sistémicos en otras jurisdicciones”.

Los argumentos a favor

Luego Piedrabuena tomó la palabra para fundamentar su voto. En ese sentido, recordó que “los bancos sistémicos son aquellos que, en caso de presentar problemas de solvencia, producirían un impacto significativo sobre la estabilidad financiera del país. Luego, la falla de mercado que se intenta corregir es la externalidad que producirían al sistema financiero en caso de volverse inviables”. Añadió que, en dicho contexto, a su entender, “existen dos aspectos que deben considerar para la fijación del requerimiento sistémico a los bancos nacionales: nivel absoluto y nivel relativo”.

Respecto al nivel absoluto, Piedrabuena señaló, según constata el acta de la sesión, que “existen dos factores que llevan al rango de niveles propuestos: la ley y razones económicas, donde estas últimas fueron ponderadas por los legisladores para establecer este rango. Estas razones obedecen, en primer lugar, a nuestra condición de economía pequeña y abierta, donde la volatilidad financiera en momentos de crisis, sea gatillada por factores externos o internos, es mayor que la de países desarrollados; en segundo lugar, obedecen al contexto de resolución vigente y la no disponibilidad de herramientas de resolución apropiadas para resolver bancos en problemas”.

Sobre el nivel relativo, esto es, diferenciar el cargo por bancos, Piedrabuena planteó que “es claro que un banco más grande, interconectado y complejo de resolver en caso de problemas, la externalidad que producen es mayor, por tanto, el cargo es mayor”.

La vicepresidenta de la CMF dijo que eso quedó plasmado en la norma, la cual “se discutió ampliamente con el Consejo, con el Banco Central (BC), y entre los equipos al interior de la CMF”. Agregó “que los modelos y estadísticas que se usan para fijar los requisitos, se basan en la regulación y experiencia internacional, considerando las características del mercado chileno, y están en línea con los requerimientos establecidos a nivel mundial. La metodología desarrollada y ampliamente discutida, trata de evitar cargos subjetivos que no se puedan explicar posteriormente a los regulados ni al público”.

A continuación, Iglesias tomó la palabra: manifestó estar conforme con los argumentos que entregó el equipo liderado por Figueroa en la propuesta que hicieron, pero también se sumó a un punto planteado por Tornel, en cuanto a que se revise, durante el año 2024, la normativa vigente “con el objeto de identificar posibles perfeccionamientos a la misma”.

Por último, para argumentar su voto, Berstein sostuvo estar de acuerdo en mantener los cargos de capital tal como estaban definidos, apoyando la propuesta del equipo técnico de Figueroa, “la que además cuenta con la opinión favorable del BC”. Señaló “que esta decisión se funda no solo en el análisis técnico de los equipos, sino también en la aplicación de la metodología aprobada por el Consejo de la CMF y contenida en la norma correspondiente, en la que se ha trabajado de manera rigurosa durante, al menos, los últimos cuatro años”. También hizo presente “que la metodología fue modificada recientemente y que es conocida por la industria, habiendo sido sometida al proceso de consulta pública”, donde, “además, se requería del informe previo favorable del BC”.

Berstein aseguró que esa norma fue hecha considerando estándares internacionales y siguiendo las directrices del Comité de Basilea. Recordó que los cargos sistémicos tienen un rol macroprudencial, pues permiten mitigar riesgos. Dijo que “si bien se cuenta con una banca solvente y robusta, se debe recordar que se encuentra pendiente avanzar en un marco de resolución bancaria y seguro de depósito, en línea con el documento de trabajo publicado en el año 2023 por la CMF”. Por lo tanto, concluyó “que será importante continuar cerrando estas brechas”.

La presidenta de la CMF destacó que Chile “es una economía pequeña en la que tenemos un número acotado de bancos. En este contexto, la solvencia de cada uno de ellos es tremendamente importante para la estabilidad del sistema. La exigencia de capital adicional a bancos sistémicos es consistente con la mitigación del riesgo asociado a la externalidad que estos generan. Así, la decisión de los cargos de capital considera el resguardar a los depositantes, contribuyendo a la generación de crédito de manera sostenible por parte de la banca”.

Finalmente, Berstein realzó “el trabajo técnico de los equipos, tanto de la CMF como del BC, siendo la metodología actual producto de un trabajo serio y profesional, que tuvo a la vista la experiencia internacional, no de una improvisación infundada. No obstante, indicó “que este es un trabajo que sin duda puede seguir siendo perfeccionado y que es siempre necesario evaluar y revisar las normativas y su impacto, por lo que es algo en lo cual se deberá seguir haciendo esfuerzos de mejora continua”.

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